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Así funciona la red de propagandistas de Israel para poner en la diana a los periodistas de Gaza

Así funciona la red de propagandistas de Israel para poner en la diana a los periodistas de Gaza
Cada lunes, te enviamos el análisis de la semana internacional “Os presento a Anas Jamal al Sharif, de Al Jazeera, el ‘periodista’ más prolífico que queda en el norte de Gaza. Prácticamente toda la propaganda que viene de Yabalia sale de este monstruo. No crean una palabra de lo que dice”, escribía el analista israelí Eitan Fischberger el pasado 22 de octubre en un hilo en la red social X. Al día siguiente de la publicación, el Ejército de Israel incluía a Al Sharif en su lista de terroristas de Hamás junto con otros cinco periodistas del canal catarí. “Confirmado menos de 24 horas después”, presumía Fischberger, antiguo sargento del Ejército. En las semanas y meses siguientes, el portavoz de las Fuerzas Armadas de Israel en árabe, Avichay Adraee, emprendió una campaña en redes contra Al Sharif, acusándolo de formar parte de una unidad militar de Hamás y riéndose de una de sus emisiones en las que rompe a llorar cuando informa de la hambruna. “Un drama interpretado con la actuación de Anas al Sharif”, bromeaba Adraee. La operación de acoso llegó a tal punto que el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) emitió un comunicado el pasado 24 de julio anunciando su “preocupación” por la seguridad del periodista, alegando que la campaña “representa un esfuerzo para fabricar el consentimiento para matar a Al Sharif”. Leer ahora ese comunicado pone los pelos de punta. Menos de tres semanas después, el 11 de agosto, el Ejército, tal y como vaticinaba el CPJ, asesinó a Al Sharif con su chaleco de prensa puesto. “Buh bye, Anas, apenas te conocíamos”, celebraba Fischberger. La CNN publicó que antes de la guerra, Al Sharif trabajó para un equipo de medios de Hamás y Fischberger publicó selfies del periodista con líderes del grupo de hace varios años y mensajes de apoyo durante el 7 de octubre. El Ejército incluso lo acusaba de ser comandante de una unidad armada de Hamás. Desde el comienzo de la guerra, el periodista se había convertido en el rostro más conocido de Al Jazeera en Gaza por su cobertura informativa. Prácticamente todos los organismos de derechos humanos denunciaron el asesinato, ya que Israel nunca pudo mostrar pruebas concluyentes de sus acusaciones. El caso de Al Sharif refleja un perverso sistema de apoyo y cooperación entre propagandistas y el Estado de Israel. Esta semana lo hemos vuelto a ver tras el asesinato de seis periodistas en el Hospital Nasser. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, lo calificó de “trágico accidente”, pero ahí estaba Fischberger para publicar un nuevo hilo en X vinculando a los cinco periodistas asesinados con Hamás. Después, las publicaciones de Fischberger y otros propagandistas circularon por grupos de periodistas israelíes e internacionales promovidos por representantes de instituciones dedicadas a defender la guerra de castigo en Gaza. Y así tratan de imponer su relato. Imagen del ataque contra el hospital Al Nasser en el que fallecieron cinco periodistas. Por cierto, la teoría del accidente en el Hospital Nasser que plantea Netanyahu es difícil de sostener, ya que el Ejército primero atacó el hospital y, cuando los operativos de rescate, médicos y periodistas acudieron al lugar, golpeó de nuevo exactamente en el mismo punto. Es una vieja táctica que prácticamente garantiza el asesinato de civiles. Además, la brigada responsable del ataque, la Golani, es la misma que asesinó a 15 trabajadores humanitarios en abril y los enterró junto a sus vehículos en una fosa común. Entonces, las investigaciones periodísticas expusieron una a una las mentiras del Ejército sobre el suceso: desde que no iban identificados (llevaban uniformes y los vehículos tenían encendidas las luces de emergencia) hasta que los disparos fueron desde lejos (una investigación concluyó que los disparos se hicieron a escasa distancia). Un vídeo de las tropas de la Golani emitido por el Canal 14 de Israel en abril muestra a los soldados recibiendo información antes de volver a entrar en Gaza. En un momento del corte se ve a un jefe de batallón que parece darles vía libre para disparar a discreción. “Todo aquel con el que os encontréis es un enemigo. Si identificáis a alguien, lo elimináis”, dice. También se hicieron famosos por la canción escrita por un miembro del batallón 51º de la brigada, convertida en un himno no oficial para muchos soldados. “Por lo que le hicisteis a la nación de Israel, la Golani viene con gasolina... Gaza arderá”, dice la letra. “El mito de los periodistas en Gaza” Otros propagandistas también han justificado el último asesinato de periodistas en el Hospital Nasser. Khaled Hassan ha defendido la muerte de uno de ellos porque cubrió el espectáculo montado por Hamás para entregar los cadáveres de rehenes fallecidos durante el alto el fuego. Hassan, además de alabar la figura del príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán —a quien considera el “mayor líder inspiracional” de su generación—, y asegurar que en el mundo árabe la monarquía es el único sistema viable —sugiriendo que no están preparados para la democracia—, se dedica a elogiar repetidamente a los ministros israelíes en sus publicaciones. Cuando el Ejército nombró a Al Sharif como terrorista, había otros cinco periodistas de Al Jazeera en su lista, entre ellos Hossam Shabat. Horas después del anuncio, Hassan (el propagandista) publicó en redes sociales que había investigado a Shabat y que incluso había informado al Ejército de su supuesta actividad terrorista. “Pedí explícitamente a Hossam que colaborase con el Ejército y que pasase cualquier información que tuviera sobre los rehenes o terroristas de Hamás. Tristemente, no escuchó”, escribió. “Ayer fue nombrado entre los periodistas que, de hecho, son terroristas. Realmente intenté ayudarte, Hossam. Ahora es demasiado tarde”, añadió. Hossam fue asesinado en un ataque directamente dirigido contra su coche, marcado como prensa, en marzo de este año. El Ejército israelí dijo que era un francotirador de Hamás y el CPJ condenó el asesinato y pidió a Israel “dejar de hacer acusaciones de terrorismo sin base para justificar la muerte de periodistas palestinos”. Entre el ejército de propagandistas también está Leslie Kajomovitz, quien niega la ocupación de Israel “porque no se puede ocupar lo que ya es tuyo” y a quien incluso le han suspendido su cuenta en X por incumplir las normas. En un artículo reciente en su blog titulado “El mito de los periodistas de Gaza: desenmascarando la maquinaria de propaganda”, Kajomovitz dice que el 50% de los periodistas asesinados tienen vínculos directos con el terrorismo, que el 27% no eran periodistas y que solo el 23% “podrían ser descritos como periodistas independientes”. A continuación pasa a atacar individualmente a una lista de periodistas asesinados por el Ejército. En otros artículos hace lo mismo con doctores y personal sanitario que trabaja en el enclave palestino. Acusan a la ONU de la hambruna Pero la red de propagandistas no solo se limita a poner en la diana a periodistas en Gaza. A finales de julio, un grupo de influencers, incluido Fischberger, entraron en Gaza con el Ejército de Israel para mostrar la ayuda humanitaria sin distribuir y acusar a la ONU de la hambruna en la franja. Después, Fischberger consiguió publicar una columna en el diario Wall Street Journal, dando a sus acusaciones un alcance y legitimidad inigualables. “He visto las enormes cantidades de ayuda humanitaria que la ONU se ha negado a distribuir. Lo que más me ha impactado han sido los miles y miles de kilos de alimentos para bebés cociéndose bajo el sol de Oriente Medio”, escribe en el reconocido periódico. El analista incluso compara el ‘esfuerzo’ humanitario de Israel en Gaza con el envío aéreo de ayuda a Berlín entre 1948 y 1949, cuando los aliados entregaron 2,5 millones de toneladas. “Incluso entonces, la ayuda iba a una población aliada [y no a una enemiga como la gazatí]”, destaca. Camiones cargados con ayuda humanitaria esperan en el lado egipcio de la frontera con Gaza. La realidad, sin embargo, es que Israel es el principal responsable del bloqueo en Gaza, que ha desatado la primera hambruna oficial en la región y está matando a centenares de personas de inanición, según cifras oficiales. Israel ha diseñado un polémico plan con puntos de distribución de ayuda humanitaria a cargo de una opaca fundación que han acabado convirtiéndose en puntos de “asesinatos orquestados”, con decenas de fallecidos en las ya conocidas como las matanzas de los hambrientos. Lo cierto es que la ONU se ha negado a participar en una estrategia que no cumple ningún principio humanitario y que “parece diseñada para reforzar el control sobre objetos de supervivencia como táctica de presión”. Las agencias de la ONU incluso han calificado la ayuda como un “cebo”. Una recomendación Hoy te recomiendo que escuches el último episodio del podcast Mehdi Unfiltered, en el que el periodista Mehdi Hassan hace una brutal entrevista a Danny Ayalon, exdiplomático israelí, exviceministro de Exteriores, exembajador ante EEUU y exasesor de Netanyahu. Está en inglés, pero si tienes dificultades, Spotify incluye la transcripción. — ¿Cómo duerme por la noche sabiendo que su país, el Gobierno que usted apoya, es responsable de la muerte de tantos miles de personas? —le pregunta en su primera intervención. — Cuando vemos estas imágenes horribles de Gaza, puedo decirte que los israelíes pensamos en una cosa: en el 7 de octubre. Creo que no hace falta comentar mucho más. Muchas gracias por leer y llegar hasta aquí. La semana que viene no habrá boletín porque voy a estar unos días desconectado. Nos volveremos a leer el 15 de septiembre ¡Buena semana!
eldiario
hace alrededor de 11 horas
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