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Por qué Qatar será clave para mantener el alto el fuego en Gaza y pasar a una nueva fase de negociaciones incierta

Por qué Qatar será clave para mantener el alto el fuego en Gaza y pasar a una nueva fase de negociaciones incierta
Su influencia sobre Hamás ha sido crucial pero Doha querrá mecanismos multilaterales formales para lo que suceda despuésTrump promete usar todas las medidas, incluidas militares, para defender a Qatar en caso de ataque tras el bombardeo israelí en Doha Mientras el mundo espera ver si el alto el fuego en Gaza se mantiene, el papel de Qatar, uno de los cuatro garantes del acuerdo, es absolutamente central. Probablemente más que cualquier otro país, el Estado del Golfo, inmensamente rico, tiene influencia sobre lo que Hamás decida hacer en el futuro. Esto se deriva de su complicado doble estatus como mediador respaldado por Israel y como proveedor unilateral para ayuda y dinero a Hamás en Gaza. Durante más de una década, Qatar también ha alojado al liderazgo político de Hamás en Doha. Al firmar la declaración de Nueva York el 29 de julio junto con otros Estados árabes, Qatar aceptó por primera vez el principio de que Hamás ponga fin a su gobierno en Gaza y entregue sus armas a la Autoridad Palestina (AP) “en línea con el objetivo de un Estado palestino soberano e independiente”. También “condenó los ataques cometidos por Hamás contra civiles el 7 de octubre” en un paso significativo que acercó la posición de Qatar a las de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. Pero Qatar no solo ha empezado a exigir más a Hamás en sus declaraciones formales. Recientemente, el Estado introdujo cambios en la gestión editorial de Al Jazeera, el imperio mediático de propiedad catarí enormemente influyente que se convirtió en “la voz de la resistencia” en todo Oriente Medio. De pronto, Al Jazeera había matizado la forma en la que hasta ahora describía a Hamás. En discusiones privadas los líderes de Qatar también aplicaron nuevos niveles de presión sobre el liderazgo político de Hamás. Los negociadores del Estado del Golfo se mostraron inequívocos con la idea de la liberación de los rehenes restantes en Gaza y estaban convencidos de que Donald Trump aseguraría que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no reanudaría la guerra. Fue ese compromiso –dado personalmente por el yerno de Trump, Jared Kushner, y el enviado especial del presidente de EEUU, Steve Witkoff– lo que desbloqueó las conversaciones con Hamás en Egipto con la mediación de Qatar. El ataque israelí en Doha Uno de los mensajes clave de Trump en su discurso del lunes ante el Parlamento israelí, la Knéset, fue que Israel había logrado todo lo que podía lograr mediante la fuerza de las armas. Una razón por la que Netanyahu tuvo que aceptar ese veredicto fue que el primer ministro israelí se había metido en problemas políticos después de su intento fallido de matar a negociadores de Hamás a espaldas de EEUU en Doha el 9 de septiembre. Todavía no se ha recuperado del daño autoinfligido. Trump, como admitió esta semana a los periodistas a bordo del Air Force One, no cree que esté personalmente “destinado al cielo”. Asesinará alegremente a personas que considera terroristas o engañará a un país, como Irán, si piensa que va en el interés de EEUU. Pero no estaba preparado para ser sorprendido por Israel, un país que recibe ayuda militar estadounidense y que no le dio aviso previo de los ataques a Qatar, a pesar de que Ron Dermer, la mano derecha de Netanyahu, había estado en conversaciones con funcionarios de Trump días antes de que los F-35 israelíes lanzaran sus bombas. Trump dijo que sintió que le habían “jodido”. Trump no amenazará las relaciones económicas de EEUU con los Estados del Golfo en favor de Israel El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Qatar expuso claramente las implicaciones de los ataques israelíes para la región en general en el podcast del think tank Middle East Institute Taking the Edge Off the Middle East. Majed al-Ansari se quejó de que la región se había convertido en rehén de dos personas –el exlíder de Hamás, Yahya Sinwar, y Netanyahu– añadiendo: “Uno está muerto y el otro todavía está provocando el caos”. Ansari dijo que Qatar había sido atacado “el día después de entregar una propuesta de mediación del presidente Trump a la oficina política de Hamás, y de pedirles que discutieran la propuesta en una reunión”. “Entonces esa reunión, que era de conocimiento público, es atacada por F-35 de Israel sin consultar a EEUU. ¿Qué dice eso sobre el estado de los asuntos mundiales hoy?”, añadió. Inmediatamente después del ataque, un desafiante Netanyahu ordenó a Qatar que dejara de albergar terroristas: “O los expulsan o los llevan ante la justicia. Porque si no lo hacen, lo haremos nosotros.” Ese desafío ha terminado. Trump ordenó a Netanyahu entrar en modo penitencia forzándolo a llamar al primer ministro catarí, Mohammed bin Abdulrahman Al Thani, desde el Despacho Oval para disculparse con palabras dictadas conjuntamente por EEUU y Qatar. Trump y Netanyahu en el Despacho Oval mientras Netanyahu llama al primer ministro de Qatar para disculparse por el ataque en Doha. Un alto funcionario qatarí estuvo presente para observar que Netanyahu se apegara al texto. Se acordó un mecanismo formal trilateral entre Israel, Qatar y EEUU –“el comienzo del diálogo para mejorar la seguridad mutua, corregir percepciones erróneas y evitar futuros recelos”. A partir de entonces, Trump firmó una orden ejecutiva prometiendo protección de seguridad estadounidense para Qatar, y el Pentágono acordó permitir que aviones qataríes operaran en la base de la fuerza aérea Mountain Home en Idaho. A Washington le gustaría ver cooperar a los Estados árabes e Israel. Sin embargo, Trump no amenazará las relaciones económicas de EEUU con los Estados del Golfo en favor de Israel, un país que, según recordó a los miembros de la Knéset el pasado lunes, es un punto en el mapa mundial. Pero eso no impide que Qatar se vea arrastrado por el debate altamente polarizado dentro de Washington. Sectores radicales de la derecha republicana como Laura Loomer o, de una manera diferente, el think tank conservador Fundación para la Defensa de las Democracias (FDD) siguen convencidos de que Qatar está esencialmente dirigido por una versión recalcitrante de la Hermandad Musulmana, una organización islamista suní transnacional. Loomer fantasea con pilotos qataríes entrenados por Estados Unidos recreando el 11-S. La FDD, con diferentes vías de influencia en el Senado de EEUU, por el contrario, afirma que el fallido ataque israelí puede haber obligado a Qatar a moderar su postura hacia Hamás, un análisis que no tiene en cuenta el cambio de política de Doha que ocurrió en el verano. Los dos retos de Qatar De cualquier manera, Qatar enfrenta dos desafíos inmediatos. Se espera que utilice su experiencia mediando con Hamás que se remonta hasta la administración de George W Bush para persuadir al grupo militante islamista de que se desarme. Esto requerirá un trabajo detallado y laborioso, que incluye cuestiones como la naturaleza de las armas, el futuro de la vasta red de túneles bajo Gaza y el organismo al que los combatientes de Hamás podrían entregar sus armas. Es posible que se necesite dinero qatarí, y a figuras sénior de Hamás se les podría ofrecer el exilio. Segundo, Qatar puede cambiar su atención a la Autoridad Palestina, las promesas de reformas del cuerpo gubernamental controlado por Fatah y las elecciones para un nuevo liderazgo en un año. Qatar también puede no querer verse arrastrado de nuevo al acuerdo ad hoc, alentado previamente por Netanyahu, que resultó en que el Estado del Golfo canalizara 4.000 millones de dólares de ayuda a la infraestructura de Gaza y a las familias más pobres del territorio desde 2012. Él respaldó la financiación porque debilitaba a la Autoridad Palestina, pero más recientemente un informe oficial del Gobierno de Israel afirmó que parte del dinero había sido desviado para apuntalar las actividades militares de Hamás. Eso sin mencionar el escándalo de altos cargos en la oficina de Netanyahu que aceptaron dinero qatarí. Dada la devastación monumental en Gaza y la atención global en el papel de mediación de Qatar, Doha querrá menos canales secundarios y más mecanismos multilaterales formales a medida que el alto el fuego avance más allá de la primera fase.
eldiario
hace alrededor de 3 horas
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