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Nosotros pagamos

Hace unos días el Gobierno, tras las presiones de los socios de coalición, comunicó que rescindiría el contrato de balas con Israel. Esta decisión supone la posibilidad de que finalmente se tenga que pagar (sin recibir dichas balas) 6,6 millones de euros, según la Abogacía del Estado. Sin embargo, aunque parezca que es la primera vez que el Gobierno ha negociado con Israel la compra de armamento, ya son 46 los contratos que se han efectuado desde el comienzo de la guerra entre Israel y Hamás. De hecho, actualmente hay múltiples contratos con Israel en vigor como el de unos chalecos antibalas; por cierto, adquiridos a la misma empresa de las famosas balas. Esta inmensa hipocresía se ve acentuada con la reciente noticia de la rescisión del contrato, dado que implica un enorme despilfarro de dinero público. Serán los tribunales quienes aclaren si se ha producido algún tipo de malversación o prevaricación, pero lo que está claro es la falta de responsabilidad, rigor y cuidado en el uso del erario público. ¿Hay alguien sensato en La Moncloa ? Nicolás Lipperheide . Bilbao La pérdida del poder del socialismo en Andalucía no se debió a la confianza depositada en la derecha política. En Andalucía los ciudadanos son y serán sociológicamente de pensamiento y mentalidad de izquierdas. Con la única excepción de las capitales de la zona oriental, las poblaciones siempre votaban y aún se conserva esta predisposición, de forma abrumadora, al PSOE. En Sevilla se decía que daba igual el candidato que se presentara por el PSOE, aunque fuera la «cabra de la Feria». Entonces, ¿qué ocurrió? Fácil respuesta, el escándalo de los ERE. Aún se ignora el montante exacto de la malversación de fondos públicos. La mentalidad del socialismo, en Andalucía, era que el dinero público «no era de nadie». Y esa frase, de una famosa líder del PSOE andaluz, sigue manteniéndose. Y se ha hecho extensible a nivel nacional. Que se pierden seis millones y medio de euros en el fiasco de las balas, no pasa nada. Es dinero público. Que el Tribunal de Cuentas fiscalice este desaguisado, dará igual. No es un tribunal de Justicia. La economía del socialismo está condicionada por el interés particular del líder nacional y que su Gobierno de coalición 'progresista' se mantenga 'sine die' y a cualquier precio. Y si llega a judicializarse, como las otras causas pendientes, no pasará nada. Para eso están Conde-Pumpido y la 'mayoría progresista' del Tribunal Constitucional, siempre dispuesta a recibir instrucciones del Ejecutivo, la casación al Tribunal Supremo, en amparo político al poder establecido. La malversación como delito sólo es factible si el sujeto activo del delito, presunto o condenado, es de la derecha. Recuerda el mito de Robin Hood, que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. José Elías Baturones . Sevilla
abc.es
hace alrededor de 19 horas
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