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Cuca Gamarra, una superviviente en la dirección del PP

Cuca Gamarra, una superviviente en la dirección del PP
Apoyó a Sáenz de Santamaría frente a Pablo Casado quien, cuando ganó, la llamó para su dirección y acabó designándola portavoz parlamentaria. Después del golpe de mano de Feijóo y los barones no solo siguió, sino que ascendió a secretaria general. Ahora deja el cargo, pero seguirá en la ejecutivaLa metamorfosis madrileña de Feijóo “Soy una mujer de partido. Y siempre me muevo por dos máximas. Una, que en política hay que estar para servir, no para servirte de ella. Y, en segundo lugar, siempre hay que estar a disposición del partido”. Así anunció este lunes Cuca Gamarra (Logroño, 1974) algo que muchos en el PP daban por seguro: que no seguirá como secretaria general tras el congreso de este fin de semana. Tres años después, dejará de ser la teórica 'número dos', pero no dejará la ejecutiva del partido. Gamarra se mantendrá en el Comité de Dirección de Alberto Núñez Feijóo, quien ha evitado anunciar en primera persona su degradación. La de Gamarra es una historia de supervivencia, como tantas otras en política. La de quien escala poco a poco en el escalafón, desde la política municipal a la estatal; desde una concejalía de capital de provincia a sentarse a la derecha del jefe de la oposición en el Congreso. Lo suficientemente cerca como para que te dicten sobre la marcha una réplica durante la sesión de control al Gobierno. Dos décadas le llevó a Gamarra ascender hasta el penúltimo escalón del poder orgánico del PP. Siempre paso a paso, con avances y retrocesos. De concejala de la oposición a teniente de alcalde, de nuevo a la oposición, esta vez como portavoz y, finalmente, alcaldesa durante dos legislaturas. Fue en 2011, cuando arrasó en Logroño con casi el 50% de los votos. Entre medias, Gamarra tuvo derrotas. En 2017 fue la candidata oficialista para liderar el PP de La Rioja. Era la heredera natural del eterno Pedro Sanz. Con el respaldo de Mariano Rajoy, perdió las primarias internas y puso fin a sus intentos de medrar en la política autonómica. Devolvió el favor cuando, un año después, apoyó públicamente a Soraya Sáenz de Santamaría en su pugna contra Casado y, aunque esto no se supo hasta más tarde, contra buena parte del propio aparato del partido: María Dolores de Cospedal y el propio Feijóo se movieron para evitar el triunfo de la que fuera todopoderosa vicepresidenta del Gobierno. Casado la rescató. Fue, de hecho, la única ‘sorayista’ que el nuevo líder integró en su equipo. Primero, en un puesto secundario como responsable de Políticas Sociales. Después, ascendió de forma inopinada por la caída en desgracia de Cayetana Álvarez de Toledo, abiertamente enfrentada con Casado y, especialmente, con su 'número dos', Teodoro García Egea. Gamarra asumió el relevo de García Egea. Dijo 'sí' a un cargo que en ese momento estaba envenenado. El dirigente murciano, hoy fuera de la política y dedicado en cuerpo y alma a ganar mucho dinero con la tecnología blockchain, fue señalado como uno de los principales responsables de la deriva de Casado. La inédita manifestación del 'ayusismo' contra la dirección del PP a las puertas de Génova firmaron el final del periplo de Casado. Porque apenas un par de días antes se aplaudía en los chats internos, Gamarra incluida, la intervención de Casado en la cadena Cope en la que se preguntó: “¿Cuando morían 700 personas al día puedes contratar con tu hermana y recibir 286.000 euros?”. Una frase que sigue publicada en la cuenta de Twitter del PP. Eso fue el viernes 18 de febrero. El lunes, el Comité de Dirección de Casado exigió la destitución de Egea. Esta se produjo el martes y, un día después, Feijóo entró en Génova, 13 como presidente de la Xunta de Galicia y salió, de madrugada, como líder del PP designado por sus pares. Un mes después, recibió una llamada de teléfono que quizá no esperaba. Feijóo la propuso como su secretaria general en el congreso extraordinario de Sevilla que debía dar carpetazo al breve y tumultuoso liderazgo de Pablo Casado, a quien había servido primero como vicesecretaria de Políticas Sociales y, cuando Cayetana Álvarez de Toledo cayó en desgracia, como portavoz parlamentaria. O quizá sí la esperaba porque, para entonces, ya había sido designada coordinadora general de un PP descabezado. En el interregno entre Casado y Feijóo, Gamarra fue la máxima autoridad del partido junto a Esteban González Pons, quien ha dejado escrito este lunes: “Ella es de las que desembarca en Normandía, pero hoy se ha ganado su puesto en el desfile de Paris”. Su labor como 'número dos' del partido no ha levantado grandes aplausos entre sus compañeros, conscientes de que, en realidad, son Feijóo y su equipo de pretorianos “gallegos” quienes dirigen la organización, estén en el puesto que estén. La elección de Gamarra fue más el producto de una necesidad que una decisión meditada por un Feijóo que en apenas un mes tuvo que levantar una organización que parecía al borde del colapso. Los estatutos internos ordenan que la Secretaría General la ocupe un miembro electo del Comité Ejecutivo Nacional saliente del congreso. Y el dirigente gallego, según se han quejado sus más cercanos todo este tiempo, tuvo más bien pocas opciones para elegir. Feijóo le puso al lado primero al andaluz Elías Bendodo, quien perdió los galones todavía más rápido que la riojana. Una vez designada no era sencillo justificar su relevo. Por eso Feijóo la propuso como presidenta del Congreso tras el 23J: si accedía a un cargo institucional tenía que dimitir de sus responsabilidades orgánicas. Algo similar a lo que pasó como Pedro Rollán cuando el líder del partido lo mandó desde su dirección al Senado. Gamarra perdió la votación. Después su nombre sonó como candidata en las elecciones europeas de junio de 2024, pero el puesto lo ocupó Dolors Montserrat acompaña de Pons. Precisamente el hueco que deja libre Pons (definitivamente volcado en la política europea tras protagonizar varios despropósitos en su intento de regreso a la política nacional) puede permitir un tercer renacimiento de Gamarra. Porque su cese como 'número dos' este mismo fin de semana no implicará su salida de la ejecutiva del PP. La semana que viene se sentará, como cada lunes, en el Comité de Dirección, según apuntaron este lunes fuentes de la dirección del PP, y confirmó después el propio Feijóo en un mensaje en Twitter. No como secretaria general, sino como vicesecretaria, probablemente con alguna cartera relacionada con las que deja libre Pons: justicia, interior y la representación institucional del PP. Después de tres años como teórica 'número dos' de Alberto Núñez Feijóo, será sustituida en el inminente XXI congreso nacional que se celebrará el próximo fin de semana. Un congreso del que la secretaria general se enteró, como casi todo el PP, por los medios de comunicación. Ante la noticia, preguntó si era cierto. Le dijeron que no, como a tantos otros, pero era que sí. El nombre de su sucesor, o sucesora, sigue sin desvelarse. Ella, superviviente, seguirá en puestos de dirección. Todo por el partido. Y por sí misma.
eldiario
hace alrededor de 17 horas
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