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El Gobierno se lanza a combatir a Ayuso en todos los frentes

El Gobierno se lanza a combatir a Ayuso en todos los frentes
Los socialistas mantienen la estrategia del 'cuerpo a cuerpo' contra la presidenta madrileña desde la mesa del Consejo de Ministros, ruedas de prensa o el Parlamento, mientras el Gobierno lanza la batalla ideológica y ahonda en las contradicciones del PPSánchez carga contra la negativa de Ayuso al registro de médicos objetores: “Esta era la libertad que prometía” ¿Cómo enfrentar a Isabel Díaz Ayuso? Es el eterno debate que tienen los socialistas desde que la presidenta madrileña arrasó en las urnas erigiéndose la rival de Pedro Sánchez. No es un conflicto nuevo, porque ya en los tiempos de Esperanza Aguirre o Alberto Ruiz-Gallarón la política madrileña acaba siendo nacional, y viceversa. En las filas socialistas hay quien opina que es un error que sea Pedro Sánchez quien entre en el ‘cuerpo a cuerpo’ con Ayuso y que esa estrategia eleva el perfil de la inquilina de la Puerta del Sol. Pero en Moncloa y en Ferraz la decisión está tomada: combatir a Ayuso, a quien consideran la jefa de la derecha y la ultraderecha, desde todos los frentes y, de paso, debilitar a Alberto Núñez Feijóo, que va a rebufo de la madrileña y sufre una sangría de votos por su derecha. La rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del martes ejemplificó esa estrategia, que se replica en debates parlamentarios y demás intervenciones de los miembros del Gobierno. Tres ministros escoltaron a la portavoz, Pilar Alegría: Mónica García, Diana Morant y Óscar López. Sobre la mesa, varios temas con los que dar la batalla ideológica a la derecha en temas como la sanidad o la educación y, de paso, confrontar con la presidenta madrileña. La primera salió expresamente para responder a la última arremetida del PP contra el derecho al aborto al aprobar una propuesta de Vox que obligaba a los servicios municipales del Ayuntamiento de Madrid a informar a las mujeres que iban a abortar de un supuesto síndrome sin ninguna base científica. El Gobierno lanzó inmediatamente una ofensiva, al sacar del cajón la reforma de la Constitución para blindar ese derecho y plantear cambios en un decreto para impedir la desinformación en el marco de la interrupción voluntaria del embarazo. Tres días después Sánchez envió una carta a los presidentes de la Comunidad de Madrid, Aragón, Asturias y Baleares para que creen el registro de objetores.  Una escenografía en Moncloa La ministra de Sanidad, Mónica García, presentó un mapa de la situación del aborto en España: cuatro de cada cinco mujeres abortan en centros privados. Hay otras cifras elocuentes: los abortos en la sanidad pública son sólo el 0,47% en Madrid; el 0,2% en Andalucía y un 0% en Extremadura. La también líder de Más Madrid sólo citó expresamente al alcalde, José Luis Martínez Almeida, y a la propia Ayuso para lanzarles sendas advertencias: “Al señor Almeida y a todos los negacionistas expendedores de bulos y fanáticos profesionales: no vamos a permitir coacciones ni vamos a permitir tampoco desinformación a las mujeres. Y a la señora Ayuso, muy sencillo: la ley se cumple”.  López, que estaba en la mesa para presentar una ley de transparencia de los altos cargos, aprovechó para meter una pulla. “No se incumple solo la ley del aborto, se incumple la ley de vivienda y la ley de memoria también en la Comunidad de Madrid”, dijo el secretario general del PSOE de Madrid. “La prioridad es el Gobierno de España”, reflexiona un diputado sobre si la estrategia fortalece a Ayuso en la región. Después le llegó el turno a la ministra de Ciencia y Universidades para explicar una modificación legal para poner coto a los “chiringuitos” universitarios por la preocupación del Gobierno ante la proliferación de centros privados frente a los públicos (24 vs. 0 en los últimos 20 años) que han provocado que el estudiantado aumente un 129% frente al 3% de la pública. Morant cargó especialmente contra la Comunidad de Madrid, donde “algunas de las mejores universidades de España están siendo absolutamente maltratadas”. Y se refirió a la ley impulsada por Ayuso que definió como “una última estocada del Gobierno madrileño”: “Empieza a resonar aquí, en Madrid, lo que está pasando con la administración de Trump con universidades tan prestigiosas e importantes como Harvard o Columbia”. “Coincidían los temas” “Coincidían los temas. Estaba todo bastante calendarizado. El aborto, porque está de actualidad y era justo y necesario”, argumentaron fuentes gubernamentales sobre la ofensiva contra Ayuso que contrastó con el silencio –también en las preguntas de los periodistas– sobre el escándalo de los cribados del cáncer de mama en Andalucía.  Ese asunto sí lo mencionó un par de horas después el ministro de Transportes, Óscar Puente, a quien interrogaba el PP en la sesión de control del Senado por haber dicho que el ferrocarril vive “el mejor momento de su historia”. “Le voy a hacer un ejercicio de quién no vive su mejor momento: por ejemplo, el pueblo de Gaza, que está siendo exterminado a base de fuego, y ustedes, mientras tanto, se resisten a calificar los hechos como genocidio, se burlan de la flotilla. ¿Sabe quiénes no viven su mejor momento? Los usuarios de Metro y autobús de Madrid, que llevan camino de seis semanas sumergidos en un absoluto caos, pero no se preocupen, que todo esto se va a arreglar en un pim, pam, pum en cuanto la señora Ayuso termine sus clases de euskera y se ponga manos a la obra para resolver el problema del transporte de Madrid”. Tras esa comparativa, apuntó: “¿Sabe quién no vive su mejor momento? La sanidad andaluza, y sobre todo esas 2.000 mujeres, que viven en vilo esperando un diagnóstico sin saber si tienen o no un cáncer”.  Puente y el 'pim, pam, pum' Puente se ha convertido en uno de los azotes a Ayuso por el caos en el Metro de Madrid. Pero no es el único que arremete contra la presidente regional. Y la estrategia llega hasta el propio Sánchez. “Volver a los viajes clandestinos a Londres. Al clasismo y al señalamiento. Volver 50 años atrás. No lo vamos a permitir”, respondió el presidente a través de X a la negativa de Ayuso a crear el registro de objetores. “Váyanse a otro lado a abortar”, había espetado minutos antes en la Asamblea de Madrid. El Gobierno llevará el asunto al Constitucional.  Las críticas siguieron desde la sede de Ferraz, donde creen que las palabras de Ayuso le pasarán factura en parte de su electorado más centrado. “¿Dónde quiere que se vayan? ¿A Quirón para seguir con sus negocios? ¿A Londres como nuestras abuelas?”, se preguntó la portavoz, Montserrat Mínguez, que emplazó a Alberto Núñez Feijóo a que obligue a la presidenta madrileña a cumplir la ley: “Si todavía manda algo, que lo demuestre y le exija a la presidenta que las leyes están para cumplirlas. Si es un partido de Estado, se tienen que respetar las leyes”. En Moncloa están determinados a explotar al máximo las contradicciones del PP y, especialmente, su seguidismo a Vox. Y más en un tema que para los populares es complicado, como el del aborto. “Isabel, Alberto tiene una carta para ti”, ironizó Sánchez a raíz del comunicado emitido por el líder del PP en el que se compromete a garantizar “siempre que cualquier mujer que opte por la interrupción de su embarazo pueda hacerlo con la mejor atención médica y psicológica, conforme a las leyes”. 

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