cupure logo
queloslasdelayusoconunaporespaña2025

La idea ultraliberal de periodismo ya tiene a un héroe y no es otro que Iker Jiménez

La idea ultraliberal de periodismo ya tiene a un héroe y no es otro que Iker Jiménez
Dos policías de Vox e Iker Jiménez se convierten en los más aplaudidos por el público en la conferencia ultraliberal sobre las virtudes de la libertad y la maldad del Estado que clausura Milei el domingoDe Andorra a Madrid con fondos cripto: quién está detrás del foro que juntará a Milei con agitadores y conspiranoicos Justo después de comer, la conferencia Madrid Economic Forum dedicó el sábado una de las intervenciones a una sesión dedicada explícitamente a relacionar inmigración y delincuencia. Era una cita inusual en este encuentro con oradores liberales y ultraliberales en el que se habló fundamentalmente de economía. Y con especial énfasis en la maldad intrínseca del Estado. Excepto en un punto, el de la seguridad y el orden público. Ahí parece que se necesita más Estado y con la porra en la mano. Samuel Vázquez y Josema Vallejo, dos expolicías, habían arrancado grandes aplausos en el auditorio, que ocupaba algo más de la mitad del Palacio de Vistalegre de Madrid, acusando a la inmigración de haber causado “la transformación evidente de nuestra cultura y nuestra seguridad”. En unos minutos, se iba a producir la reacción que permitiría saber si había más ultras que liberales. Una especie de Test de Rorschach para público enardecido. Vallejo ofreció el discurso habitual en Vox cuando desgranó cómo la inmigración está cambiando las ciudades. El público ya había tenido suficiente y se lanzó a entonar lo que se estaba aguantando: “¡¡Pedro Sánchez, hijo de puta!!”. Varias veces, con ganas. Enigma resuelto. Estaban más cerca de Santiago Abascal que de Adam Smith. Quieren que les bajen los impuestos, pero lo que les consume por dentro es que Sánchez continúe siendo presidente y que haya tantos extranjeros por la calle. Tienden a relacionar ambas cosas. Vázquez dejó la policía después de recibir seis expedientes disciplinarios por sus críticas al Ministerio de Interior y sus superiores. Hoy es portavoz de asuntos de seguridad de Vox y habitual en el programa de Iker Jiménez para dar rienda suelta al argumento que sostiene que las ciudades españolas van camino de acabar como las francesas y belgas y que “cuando derribas los muros, se acaba la civilización”. No es extraño que le encante el sistema de Bukele en El Salvador para luchar contra la criminalidad. Lo único que le molesta de ese país es que “algunos se preocupen por los derechos humanos de los criminales”. Las dos jornadas de la conferencia cuentan con una veintena de oradores para un acto patrocinado por la principal plataforma cripto en España y organizado entre otros por Víctor Domínguez, que se presenta en Twitter como Wall Street Wolverine. Domínguez fue uno de los influencers y youtubers a los que invitó Vox al Congreso para una mesa redonda hace unas semanas. El Madrid Economic Forum reclutó a veintitrés oradores, de los que veintidós son hombres y sólo hay una mujer (Esperanza Aguirre). No está claro si el libre mercado es más cosa de hombres, como decía el anuncio del coñac Soberano, o que los responsables tenían un cierto sesgo en la elección de los invitados. El público no estaba tan desequilibrado, pero la mayoría de él, entre el 70% y el 80%, eran hombres de unos 30 o 40 años. La organización puede ser un buen negocio. Excepto las entradas VIP de 1.400 euros al lado del escenario central, las de la gran mayoría de los asistentes costaban 175 euros que se quedaban en 122 con un descuento para todos del 30%. El plato fuerte es la intervención de Javier Milei, que cerrará la conferencia el domingo. Por la mañana, apareció Albert Rivera en su nuevo papel de coach de la política que advierte del futuro sombrío que nos espera. Su mensaje es que Europa va camino de sufrir una profunda decadencia –“la vieja Europa es más vieja que nunca”–, porque en general es demasiado generosa con sus ciudadanos. “La Unión Europea representa el 15% del PIB mundial, pero también el 30% del gasto social”. Y además es la región del mundo con “la mayor presión fiscal”. Países como China e India se han desarrollado lo suficiente como para hacer una aportación muy significativa al PIB mundial. Por el contrario, sus redes de protección social aún están muy lejos de las existentes en Europa. Ese es uno de los factores que ayudan a explicar la diferencia. Un momento de la intervención de Albert Rivera en el Madrid Economic Forum. Cuando era el líder de Ciudadanos y una estrella en alza de la política española, Rivera respondía que había que aumentar el gasto en sanidad y educación, invertir más en I+D y al menos mantener unas pensiones dignas. Y por encima de todo ello, bajar los impuestos. Nunca estuvo claro cómo podía cuadrar ese círculo. Ahora que ya no se dedica a la política y no tiene que buscar votos, afirma que en Europa vivimos demasiado bien. En las pantallas que acompañaban su intervención con imágenes y gráficos, apareció la frase: “Menos (Estado) es más”. Eso le ganó el primer aplauso del público, que hasta ese momento se había mostrado un poco frío con él. Quizá era demasiado liberal a secas para el ambiente de la cita. Rivera puso algo más de su parte para ganarse su apoyo. Se quejó de que la política europea está “obsesionada” con la cuestión del medio ambiente. No mencionó el cambio climático, que es en lo que estaban pensando todos. “¿En qué momento hemos confundido la agenda política con la agenda medioambiental?”, dijo. Estaba sugiriendo que todas esas medidas están reduciendo la libertad económica. No lo dijo tan claro como para ganarse una ovación. Quien no tenía ganas de disimular era su antiguo compañero de partido, Marcos de Quinto. En su discurso, afirmó que el agujero de la capa de ozono nunca existió y que el cambio climático es otro engaño que le han colado a la gente. No es que dijera que el cambio climático no se debe a la acción del ser humano, sino que prácticamente no existe, porque la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera es mínima. Fue Esperanza Aguirre quien cerró la jornada, pero la auténtica estrella del día fue Iker Jiménez, lo que da una idea del tipo de periodismo o televisión favorecido por el público. El presentador de Cuatro tenía que disertar sobre “medios de comunicación en crisis”. Dedicó casi todo su tiempo a hablar de su experiencia en Valencia durante la DANA. En su empeño de autoelogiarse con modestia, si tal cosa es posible, se presentó como el único que contó a la gente lo que sucedió: “48 horas después de una riada de la que nadie estaba contando la verdad”. Los periodistas valencianos que informaron de la llegada del temporal desde primera hora de la mañana de ese día, mucho antes de que se produjeran las muertes, se quedarán francamente sorprendidos al saberlo. Las referencias temporales cambiaron cuando dijo que llegó a Valencia 33 horas después del desastre, pero insistió en la misma idea: “Me di cuenta de que lo que estaba pasando no era lo que nos estaban contando”. Decenas y decenas de periodistas se habían matado a trabajar y seguirían haciéndolo, pero era Iker, el que venía de Madrid, el que les iba a contar la verdad. Jiménez citó el bulo de los centenares de muertos atrapados en el parking de Bonaira que extendieron los agitadores de la extrema derecha y usuarios de redes sociales que querían aumentar el drama de una situación que ya era de por sí trágica. Y también algunos medios de comunicación con el habitual “podría haber” que tanto daño hace al periodismo. El presentador dijo que la cifra de 700 muertos en el aparcamiento les llegó de un miembro de la UME, pero que no lo contaron en su programa. Él sí lo escribió en su cuenta de Twitter, mensaje que luego borró, como reconoció en su intervención. Pero insistió en que quienes se equivocaron fueron militares y policías: “Yo estaba convencido de eso porque lo decía la UME, la Guardia Civil y los forenses”. Evidentemente, como se supone que eran conversaciones, no tiene ninguna prueba de ello. Jiménez acabó su discurso con un “viva la libertad, carajo”, el grito de guerra del ultraderechista Milei. Qué más quería el público. No sólo le ovacionó, sino que la mayoría se puso en pie. Ya no era necesario disimular con todo ese rollo del liberalismo. Lo que querían era alguien que cargara contra los políticos y los periodistas y que no dejara a ninguno vivo.
eldiario
hace alrededor de 3 horas
Compartir enlace
Leer mas >>

Comentarios

Noticias políticas