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¿Quién tiene interés en cambiar un sistema eléctrico que garantiza precios bajos?

¿Quién tiene interés en cambiar un sistema eléctrico que garantiza precios bajos?
Sánchez se presenta como el héroe de los precios bajos de la luz mientras el PP asume el poco rentable papel de preocuparse por los intereses de empresas que ganan miles de millones al añoSánchez, sobre el apagón: “Vincular el debate a las nucleares es irresponsable y una gigantesca manipulación” Hay pocas cosas mejores en política que encontrar un buen enemigo en los momentos complicados. Uno al que se pueda sacudir a gusto mientras miras a la audiencia y dices: ¿veis? Si es que se lo merece. La oposición lo tiene hecho, porque su labor es criticar al Gobierno. A veces, no deja que la realidad interfiera en sus planes. El Gobierno se ocupa también de ello siempre que sea necesario. Eso es algo que Pedro Sánchez tenía muy claro antes de su comparecencia en el Congreso sobre el apagón y el aumento del gasto militar. Como no tenía nada nuevo que decir sobre las causas del apagón, Sánchez optó por una defensa agresiva de las renovables. No hizo un discurso totalmente antinuclear, pero planteó esa fuente de energía en términos claramente negativos y denunció la influencia de las empresas energéticas privadas en la política y en los medios de comunicación. Se refería a “los que han vendido su espíritu crítico a un buen pagador”. Cuando los demás son unos mercenarios, tú siempre quedas como un valiente de corazón puro. Esa es la intención.  El presidente tardó muy pocos minutos en elogiar la reacción de la sociedad española el 28 de abril. Un 24% menos de siniestros en carreteras con respecto al lunes anterior. Un 50% menos de delitos reportados en los tres primeros días de la semana. “Las series de Netflix y de ciencia ficción nos habían dicho que bastaría un apagón para que el civismo se esfumase y el orden social entrase en colapso. Quizá sea verdad para algunos países. Pero no lo fue para el nuestro”, dijo.  Eso era cierto, pero Sánchez estaba allí para informar sobre las razones del desastre. No hubo suerte con eso. Ya se ha dicho, y muchos expertos lo han confirmado, que pasará mucho tiempo, probablemente meses, hasta que exista una idea clara sobre las causas. Habría estado bien si algo de lo que Red Eléctrica ha descubierto en una semana permite reforzar o desmentir algunas hipótesis. Van a ser meses malos para el Gobierno si no se facilita ni una pizca de información. En última instancia, hay una incógnita que no es menos verdad si la dice alguien del PP: si no sabemos el origen del problema, ¿cómo sabemos que no volverá a ocurrir? Si sabemos esto último porque se han introducido algunos cambios en la generación de electricidad para reducir el riesgo, ¿es posible saber en qué consisten? No ocurre con frecuencia, pero los raptos de ingenio cómico de Feijóo no estuvieron del todo mal. “Enhorabuena por el gran apagón. Escuchándole, estarán deseando los españoles que se repita”, dijo después de que Sánchez se mostrara tan contento por la reacción sosegada de la población. “El único español que recibió con alivio el gran apagón fue su hermano”. El día del apagón, David Sánchez recibió la noticia de su procesamiento. Toda la fiesta que tenía previsto el PP para llenar ese día tuvo que cancelarse. Luego, Feijóo se centró en su estilo y empezó a lanzar bolas a todos los lados. “No es una proeza que la luz vuelva en 24 horas”, dijo alguien que tres horas después del inicio del apagón decía escandalizado que no se había dado información sobre sus causas (nadie las conocía). “Pagamos más impuestos que los países más desarrollados (falso) y recibimos servicios tercermundistas” (falso, a menos que Feijóo crea que la sanidad, educación y sistema de pensiones sean peores en España que en África). “Tuvimos que mendigar energía a terceros”, siguió. Esa es una visión deprimente de las relaciones entre países aliados que se supone que deben ayudarse en momentos de crisis. Hasta sugirió que Sánchez ya sabe lo que pasó en Red Eléctrica, pero lo oculta para evitar –no se sabe cómo– las indemnizaciones millonarias que pueden producirse. Hay algunos que lo tienen aún más claro, como el presidente de Aragón, Jorge Azcón, que ha dicho que está convencido de que el Gobierno “sabe esencialmente lo que pasó”, pero “no quiere contarlo”. Con los dirigentes del PP, está claro que los ingenieros son prescindibles. Sánchez afirmó que esto no va de elegir entre renovables o nucleares. Él ya ha apostado por las primeras. Adjudicó únicamente la responsabilidad del parón nuclear, que comenzará en Almaraz en 2027, a las empresas eléctricas que lo pactaron hace seis años. Eso obvia que las empresas trabajan en función de la regulación que dicten los gobiernos y de las facilidades que den o no a cada fuente de energía en función del interés que tengan por cada una. Se mostró abierto a escuchar a las empresas si quieren retrasar el parón, pero planteó condiciones que sabe que el sector privado no aceptará. “Siempre que sea económicamente viable y que no sea a costa del contribuyente, sino de los ultrarricos que dirigen esas empresas”, dijo. No concretó mucho más con una información que sí tiene, aunque se refirió a que compañías como Iberdrola, Endesa o Naturgy reclaman una rebaja “sustancial” de los impuestos energéticos y de la tasa de Enresa con la que se financia el tratamiento de los residuos radiactivos y el desmantelamiento futuro de los reactores nucleares. Feijóo le dijo que su modelo energético ha fracasado. Es lo mismo que decía el PP cuando llamaba “timo ibérico” a la excepción ibérica que ha hecho que España y Portugal tengan los precios de energía más bajos de Europa. Sánchez le respondió con datos. España ha aumentado un 30% la potencia instalada con su Gobierno, explicó. Cuenta con un 78% más de potencia renovable. La dependencia energética del exterior se ha reducido en seis puntos. Las emisiones de gases de efecto invernadero se han reducido en un 60%. El líder del PP le enseñó después un informe sobre el sistema eléctrico que envió a Moncloa en 2022 sin obtener respuesta. Sánchez lo calificó de texto reciclado de un informe anterior hecho en la Xunta. Pero contaba además con otro dato que es difícilmente rebatible por el PP. En esa fecha, septiembre de 2022, el precio de la luz era de 216 euros por megavatio/hora. En este mes de mayo, el precio está en 35. Sánchez tiene claro que los malos de la película son la energía nuclear y las empresas energéticas. Le sirve para pasar sin sufrir quemaduras el tiempo que falte hasta que aparezca un informe sobre las causas del apagón. El PP y algunos medios responden que la culpa es la obsesión del Gobierno por las renovables que ha creado desequilibrios en el sistema. Lo que ocurrió el 28 de abril da algunas bazas al partido de Feijóo. Nadie quiere volver a pasar por algo así. Al final, la cuestión que dominará el debate continúa estando en el precio de la energía en España, una de las razones que explican el alto nivel de crecimiento de la economía española muy por encima de la media europea. Si Feijóo insiste en que el sistema eléctrico es un horror por culpa del Gobierno, los ciudadanos y las empresas se preguntarán dónde está el problema en no tener que pagar el doble por la luz. Es poco probable que tengan miedo por el futuro de Iberdrola (5.612 millones de beneficios en 2024), Endesa (1.888 millones) y Naturgy (1.900 millones). Parece que a estas empresas no les va tan mal en esta época de precios bajos en la electricidad. ¿Cuántos votantes pueden tener interés en cambiar eso?
eldiario
hace alrededor de 19 horas
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