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Sánchez, de nuevo en manos de Podemos y Junts para sacar adelante el embargo de armas a Israel en el Congreso

Sánchez, de nuevo en manos de Podemos y Junts para sacar adelante el embargo de armas a Israel en el Congreso
En el Gobierno confían en que el decreto que se vota la semana que viene se apruebe, aunque los de Ione Belarra lo han criticado por insuficiente y Junts, que tiene una posición más tibia con Israel, tampoco ha dicho por ahora que lo apoyeQué prohíbe y qué no el decreto ley aprobado por el Gobierno español sobre el comercio de armas con Israel La habitual ciclotimia en la que están instalados los socialistas desde hace años ha tenido un nuevo episodio las últimas semanas: de la hecatombe interna que supuso la encarcelación del exsecretario de Organización, Santos Cerdán, que llevó a Pedro Sánchez incluso a pensar en convocar elecciones anticipadas, al cierto éxtasis que se ha vivido en Moncloa a raíz de la agenda internacional del presidente. El líder socialista está acostumbrado a llevarse las grandes alegrías fuera de España y, ahora, con su posición respecto al genocidio en Gaza, están convencidos de que ha ganado puntos frente a un PP errático. Sin embargo, la política doméstica no es como la internacional para Sánchez, que vuelve a estar en manos de Podemos y Junts para sacar adelante su medida estrella: el embargo de armas a Israel. En el Gobierno confían en que el decreto ley que se vota en el Congreso el próximo martes saldrá adelante, pero son conscientes de que por ahora no tienen los apoyos suficientes. Las miradas se posan de nuevo en el partido que lidera Ione Belarra y en los posconvergentes, que por razones diametralmente distintas aún no han manifestado su intención de apoyar la iniciativa. La aritmética parlamentaria mantiene en vilo al Gobierno prácticamente en cada votación porque necesita a todos y cada uno de los socios. Para que el embargo de armas salga aprobado, es necesario el 'sí' de al menos uno de esos grupos en caso de que el otro se abstenga dado que en el PP, aunque no han expresado el sentido del voto, nada apunta a que lo harán en blanco. Con ese escenario, si Junts se abstiene, el Gobierno necesita el apoyo de Podemos y el de Coalición Canaria, que votará a favor. En el Gobierno dan por hecho el voto del resto de los socios de investidura. El Bloque Nacionalista Galego ha confirmado que lo apoyará aunque pedirá mejoras si se tramita como proyecto de ley y otras fuerzas como Esquerra Republicana ponen más pegas. “El real decreto contempla medidas interesantes y necesarias, pero es insuficiente y nos preocupan las grietas legales y políticas que hemos detectado y que podrían hacer que el embargo no fuera real o efectivo”, sostienen fuentes republicanas, que prefieren no adelantar el sentido del voto hasta la próxima reunión del grupo. Rufián dijo la semana pasada que intentarán modificar ese texto, pero ha recordado que ellos sólo tienen siete votos y que “aquí depende casi todo de Junts”. “Es difícil que Podemos vote en contra”, señala un ministro, que ve complicado para los de Belarra argumentar el rechazo al embargo de armas a Israel que, tras una discusión en el seno de la coalición, incluyó la prohibición expresa a las escalas de los buques que transporten armamento con destino Tel Aviv. Podemos presiona para una mayor ambición Sin embargo, en Podemos han criticado con dureza el decreto que aprobó el Gobierno al considerar que, tal y como está redactado, “no sirve para nada”. “Este embargo de armas, tal y como está escrito, no va a servir para nada, porque no aborda ninguno de los elementos centrales que han permitido que España tenga las relaciones armamentísticas más abundantes de nuestra historia bajo el Gobierno de Pedro Sánchez y en medio del peor genocidio en pleno siglo XXI”, ha expresado Belarra. Lo que ha pedido la líder de Podemos es que el Gobierno retire el decreto y lleve uno nuevo al Congreso, aunque no ha desvelado qué votará el martes. Una de las opciones de negociación es que el Congreso apruebe el decreto, por lo que permanecería en vigor, y se acepte tramitar como proyecto de ley para introducir cambios en la tramitación parlamentaria, algo que ya pidió por ejemplo Sumar. No es a priori lo que quieren en el Ejecutivo, aunque tienen mayoría para dejar bloqueado el asunto en el Parlamento. Además, esta vía difícilmente servirá para convencer los de Belarra, que este miércoles ha recordado que todos los decretos que se tramitan después como proyecto de ley “duermen el sueño de los justos”. Tampoco Junts ha desvelado sus cartas. Los de Carles Puigdemont han tenido una posición mucho más contemporizadora con Israel en los dos últimos años. Por el momento, la formación independentista se ha limitado a decir que “mirará con atención” el contenido del decreto, que además de impedir las transacciones de armamento y de combustible con fines comerciales, prohíbe el comercio con los territorios ocupados. En el Gobierno tienen más dudas de que Junts entre a apoyar el decreto. “Intentaremos convencerlos. Espero que recapaciten”, expresa una ministra, que también lanza la incógnita de si el PP podría abstenerse. Aunque tampoco han revelado qué votarán, los de Alberto Núñez Feijóo no pretenden darle ninguna victoria al Gobierno y menos en un tema que consideran que Sánchez está explotando con fines electorales y para pasar página de los casos judiciales que afectan al PSOE. “Si alguien de verdad cree que se va a evitar la matanza que está ocurriendo en Israel, es que no sabe de lo que habla”, ha dicho la portavoz parlamentaria. “Sobre la posición del Partido Popular, ustedes saben que no anunciamos el voto antes de que llegue el momento. La postura del Partido Popular ha sido muy clara las últimas semanas desde que Sánchez decidió que este era un tema con el que tapar su corrupción”, ha rematado, informa Aitor Riveiro. Ante las últimas derrotas parlamentarias, el Gobierno ha intentado desdramatizar el asunto y seguir el relato de que son las formaciones que rechazan las medidas las que se retratan. No obstante, también son conscientes de que las desavenencias entre los propios aliados de la coalición ponen en riesgo la buscada estabilidad. De ahí que el Ejecutivo reclame a Podemos y Junts que dejen de cortocircuitar la mayoría parlamentaria que sostiene la legislatura.

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