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El precio de la luz en negativo es un problema. También es la mayor oportunidad de reindustrializar España en décadas

El precio de la luz en negativo es un problema. También es la mayor oportunidad de reindustrializar España en décadas
Ver el precio mayorista de la luz a cero euros o incluso en negativo ha dejado de ser una anécdota para convertirse en un fenómeno cotidiano en España. Síntoma de que las renovables dominan el mix energético, es un creciente obstáculo para la rentabilidad de las eléctricas, pero no deja de ser energía barata. Y como tal, es la mejor oportunidad para reindustrializar España en mucho tiempo. Por qué ocurre. "Los precios cero o negativos son un síntoma de abundancia de recursos renovables para generar electricidad", explica a Xataka el analista Pedro Cantuel, que trabaja en Gestión de Energía de Ignis. En Xataka La industria de España se está trasladando de las ciudades tradicionales a la España Vaciada. El motivo: las renovables En las horas centrales del día, cuando la producción fotovoltaica es masiva, las renovables inundan la red con un coste marginal prácticamente nulo, lo que desploma los precios en el mercado mayorista. El momento de reindustrializar. La abundancia de energía barata pone a España en una posición de ventaja competitiva frente a sus vecinos europeos. Si España puede ofrecer energía limpia a un coste bajísimo, se convierte en un imán para las industrias que devoran electricidad, como los centros de datos, la metalurgia o la nueva industria química verde. "En el contexto europeo, creo que esto sí puede suceder, ya que España podría llegar a ofrecer una electricidad más competitiva que algunos de sus vecinos", explica Sergio Fernández Munguía, ingeniero del sector renovable y autor de Windletter. "En un contexto global, la electricidad industrial en España sigue siendo cara porque la factura incluye muchas otras partidas más allá del coste de la electricidad". Quién tiene que adaptarse a quién. El modelo industrial del siglo XX se basaba en una premisa: la energía estaba disponible 24/7 a un coste más o menos estable. Las renovables han roto este esquema: su producción es intermitente. La solución tradicional es almacenar esa energía con baterías o centrales de bombeo, pero el alto coste de estas instalaciones ha lastrado su despliegue. Fernando Rodríguez, ingeniero industrial del sector energético, cree que la verdadera revolución no está solo en atraer a las industrias de siempre, sino en crear las del mañana. La solución, según Rodríguez, es que la industria se adapte a la energía hasta que exista un almacenamiento económico, y no al revés: "La industria del futuro tendrá que trabajar con mayores inventarios, como sucedía antes de la imposición del just in time". Manufactura flexible y modular. La idea es diseñar procesos industriales que puedan operar a plena carga cuando la energía es casi gratis y reducir su actividad o detenerse cuando es cara, sin perder eficiencia. Ya está ocurriendo en industrias adaptables como el reciclaje, la impresión 3D a gran escala o la desalinización, que pueden programar sus picos de consumo para las horas de máxima generación solar. ¿Casos concretos? El gigante del aluminio Alcoa Warrick ya ajusta su producción a la generación renovable disponible. En Alemania, la Escuela de Ingenieros de Múnich y Linde han diseñado una planta de amoniaco que funciona tanto al 100% como al 10% de su capacidad, adaptándose a la producción de hidrógeno electrolítico. La industria estará donde estén las renovables. Rodríguez cree que una relocalización industrial será necesaria, y pone como ejemplo el fracaso de las "autopistas eléctricas" alemanas, un proyecto para llevar la energía eólica del norte al sur industrial que acabará costando más de 140.000 millones de euros. "Las empresas industriales deben relocalizarse cerca de los nuevos centros de gravedad de la producción eléctrica", explica. En España, esto significa llevar las fábricas a las zonas con más sol y viento, creando polos de desarrollo en lugares que hasta ahora no eran focos industriales. Si la energía es gratis, ¿quién construirá la central? La avalancha de energía barata tiene una contrapartida inevitable que pone en riesgo todo el sistema. Si los precios son cero, los ingresos de los productores también lo son. "Los precios negativos o cercanos a cero desincentivan nuevas inversiones", confirma Sergio Fernández. "Especialmente en fotovoltaica, los que estén haciendo números para nuevas plantas verán que sus ingresos esperados en el mercado son menores que hace unos años y, por tanto, también su rentabilidad". Un castillo de naipes. Este problema no solo afecta a las futuras plantas renovables, sino también al respaldo que garantiza que tengamos luz cuando no hay sol ni viento: los ciclos combinados de gas. "A medida que el precio del mercado mayorista vaya cayendo", comenta Fernando Rodríguez, "el coste de oportunidad creciente dejará a las inversiones en generación, transporte, distribución y comercialización eléctricas sin inversores y sin financiación". El peligro a largo plazo es evidente: un parón total en la inversión que nos lleve a un sistema eléctrico obsoleto e incapaz de satisfacer la demanda futura. Sin un sistema robusto, no hay economía competitiva posible. Para aprovechar la oportunidad industrial, España tiene que reforzar su castillo de naipes, y no basta con tocar los precios artificialmente. El plan de ataque. El primer cuello de botella es la factura de la luz. Aunque la energía en el mercado mayorista sea barata, la factura sigue siendo cara. Para Pedro Cantuel, la solución pasa por una "drástica reducción de la factura final eliminando impuestos, llevar los cargos del sistema a los Presupuestos Generales del Estado y reducir al máximo costes regulados". El segundo problema es la sobreoferta. ¿Cómo se aumenta la demanda? Cantuel propone "incentivar la electrificación para sustituir el consumo de gas del invierno por electricidad". Y a nivel industrial, apoyar a los grandes consumidores "con los mismos mecanismos que tienen nuestros competidores alemanes o franceses", facilitando la conexión de nueva demanda a la red. España ante su oportunidad histórica. Un punto de inflexión que puede permitir al país reindustrializarse de forma sostenible y convertirse en una potencia energética en Europa. Pero el tiempo corre, y es fundamental "crear un plan nacional a largo plazo que aporte estabilidad y certidumbre al sector", reclama Cantuel, quien define como prioritario "fijar reglas claras para el almacenamiento y los nuevos vectores, como el hidrógeno". La relación entre las eléctricas y el Gobierno está enquistada por el impuesto del 7% a la generación. Los consumidores se quejan de que el peaje de distribución “excede con creces los costes reales de red”. Definir las reglas de una nueva España competitiva requiere un plan de país que ponga a todos los interesados a remar en la misma dirección. Sin un plan ambicioso y coordinado, la abundancia de hoy podría convertirse en la precariedad de mañana. En Xataka | El precio de luz vuelve a estar en negativo: es una señal de que el sistema necesita un rediseño - La noticia El precio de la luz en negativo es un problema. También es la mayor oportunidad de reindustrializar España en décadas fue publicada originalmente en Xataka por Matías S. Zavia .
xataka
hace alrededor de 6 horas
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