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Volar a Mallorca no cuesta más que al Caribe, el problema es que el negocio de las aerolíneas ya no son tus billetes: es tu ropa

Volar a Mallorca no cuesta más que al Caribe, el problema es que el negocio de las aerolíneas ya no son tus billetes: es tu ropa
Esta semana contábamos que, si no has reservado tus vacaciones en Canarias, Baleares o alguno de esos otros puntos “calientes” de la costa mediterránea, es posible que te salga lo mismo, o incluso más barato, una estancia en el Caribe. La paradoja es que la culpa no es de los vuelos, es de los hoteles. De hecho, el precio de volar, sin más, no se ha disparado como se suele apuntar. Lo que realmente ha cambiado es el modelo de negocio de las aerolíneas. Tu billete ya no es tan importante como lo que llevas. Un negocio multimillonario. Lo contaba la BBC en un reportaje esta semana que ponía cifras al negocio. Lo que alguna vez fue un servicio estándar (facturar una maleta sin coste, elegir asiento o recibir comida a bordo) lo han transformado las aerolíneas en una fuente colosal de ingresos. Con el auge de las compañías low-cost a mediados de la década de 2000, encabezadas por FlyBe y luego replicadas por gigantes como American Airlines, se institucionalizó el cobro por maletas facturadas, una tendencia que hoy incluye incluso al equipaje de mano (la última resolución en Europa traerá cola) y con ideas cada vez más "creativas". El resultado es un mercado de “tarifas accesorias” que solo en Estados Unidos generó más de 7.270 millones de dólares en 2024 por equipaje facturado, y que globalmente alcanzará los 145.000 millones este año, representando el 14% de los ingresos del sector. Este fenómeno ha provocado indignación entre consumidores y políticos, que acusan a las aerolíneas de aplicar las denominadas como “junk fees” (tarifas basura) camufladas en el precio final del billete. En Xataka Creíamos que las grandes cifras de soldados muertos en combate eran cosa del pasado. Hasta que llegó la guerra de Ucrania La fiebre del equipaje (de mano). Ante este escenario, millones de pasajeros han optado por viajar solo con equipaje de mano, disparando la demanda de maletas pequeñas que cumplan las estrictas dimensiones impuestas por las aerolíneas. Contaba el medio británico que marcas como Antler han visto incrementarse de forma masiva las búsquedas y ventas de modelos compactos, mientras en redes sociales (especialmente TikTok) se ha popularizado el contenido relacionado con “trucos de equipaje” y pruebas de maletas en medidores reales de aerolíneas. Aquí hacen su aparición influencers como Chelsea Dickenson, quienes han convertido este tipo de vídeos en el núcleo de su actividad online, generando más impacto que el contenido sobre los destinos en sí. Dicho de otra forma, el fenómeno demuestra cómo la industria ha influido incluso en los hábitos de consumo previos al viaje. La controversia legal. Lo hemos ido contando. El creciente cobro incluso por el equipaje de mano ha provocado una reacción formal en Europa, donde organizaciones de consumidores como BEUC han denunciado a varias aerolíneas (incluidas Ryanair, EasyJet, Vueling y Wizzair) ante la Comisión Europea. Alegan que estos cargos vulneran una sentencia de 2014 del Tribunal de Justicia de la UE que establece que el equipaje de mano, si cumple requisitos razonables de peso y seguridad, no puede suponer un coste adicional. Sin embargo, el concepto de “requisitos razonables” sigue siendo esa zona gris que aún carece de una definición legal firme y a la que se agarran las aerolíneas, lo que permite que continúen aplicando cargos según sus propios criterios. De hecho y como decíamos, la Unión Europea ha aprobado esta semana su postura a favor del reglamento que seguirá permitiendo a las aerolíneas cobrar por el equipaje de mano que viaje en cabina (eso sí, con el voto en contra de España). El caso de IndiGo. Contaba la BBC que, frente a la tendencia globalizada de monetizar cada servicio, algunas aerolíneas, como la india IndiGo, se han mantenido al margen. Su director ejecutivo defiende una política de no cobrar por maletas facturadas, argumentando que evita filas interminables y conflictos innecesarios en las puertas de embarque. Su modelo operativo, que permite cambios en apenas 35 minutos, demuestra que una logística eficiente no requiere exprimir al pasajero por cada servicio básico. Esta alternativa, aunque marginal, subraya que puede existir otro tipo de relación con el cliente en la industria aérea, desafiando la narrativa dominante del sector. En Xataka Móvil Recibió un Bizum de 20 euros por error y decidió quedárselo. La jueza le ha condenado a pagar con creces Entre la eficiencia y el abuso. En resumen, la evolución del cobro por equipaje refleja un cambio de paradigma: el viaje aéreo se ha fragmentado en partes cobrables, dejando al pasajero en una constante búsqueda de cómo evitar pagar más. Mientras las aerolíneas defienden su modelo como respuesta a la competencia y a la necesidad de ingresos, los consumidores y legisladores cuestionan hasta qué punto esta estrategia erosiona la experiencia de volar. Así, el boom del equipaje de mano y la aparición de esos “hackers del viaje” digitales ávidos de visitas reflejan una cultura del mínimo equipaje como forma de resistencia económica. Si se quiere también, como adaptación forzada a un entorno cada vez más hostil para el viajero común. Volar ha dejado de ser caro, porque lo que llevamos con nosotros es el verdadero negocio. Imagen | Stockcake En Xataka | Tras la batalla entre la UE y las aerolíneas por el equipaje de mano, así se quedan las tarifas y los tamaños para este 2024 En Xataka | - La noticia Volar a Mallorca no cuesta más que al Caribe, el problema es que el negocio de las aerolíneas ya no son tus billetes: es tu ropa fue publicada originalmente en Xataka por Miguel Jorge .
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hace alrededor de 10 horas
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