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Omoda 9 SHS: dejándote sin argumentos para criticar los coches chinos

Si algo caracteriza al siglo XXI es la velocidad a la que se producen los desarrollos, y la industria del automóvil no es una excepción. Al contrario, la llegada de las macas chinas podría ser el paradigma que lo demuestre. Mientras los fabricantes occidentales están inmersos en ciclos de vida de ocho años con una actualización a la mitad para sus coches, desde China, los cambios van más rápido. “Tú cuéntame los puntos negativos que le hayas sacado al coche, porque desde Anhui nos escuchan y cambian lo que les decimos”, me confesó el responsable de Posventa de Omoda en España, Ramón Fernández, cuya misión era la de reducir el tiempo de espera de sus clientes mientras se reparan sus vehículos. La media actual, contando con los casos difíciles, está en 3 días. Algo deben de haber hecho bien, porque han traído varios barcos llenos del Omoda 9, su buque insignia, y vendieron los casi 500 en cuestión de un mes. Este modelo se situará en lo alto de la gama de la marca china, que ha entrado con fuerza –su 5 es el SUV térmico del segmento C más vendido en España–, y se trata de un SUV grande de casi 4,8 metros de largo. La silueta es ligeramente coupé, cuenta con cuatro tubos de escape y un frontal que impone. Se le nota grande –porque lo es, y sus 2.300 kilos lo corroboran– y moderno, con un frontal iluminado de lado a lado y pintura mate. Las llantas son enormes, las manetas de las puertas están escondidas en la carrocería y, para los ingenieros aeronáuticos en la sala, todo alcanza un coeficiente aerodinámico de 0,30, lo que significa que el viento le opone poca resistencia. Falta no le hace, claro, porque su sistema híbrido –que la marca llama superhíbrido– desarrolla 545 caballos de potencia, lo que le permite alcanzar los 100 km/h en menos de cinco segundos. Una aceleración que, aunque ya se ha visto en otros rivales de más tamaño, sigue pareciendo absurda cuando se pisa el acelerador a fondo. El propulsor se trata de un motor térmico de tres velocidades (la quinta generación de este tipo desarrollado por el Grupo Chery), unido a otro eléctrico con otras tres. En total, la combinación de ambos hacen que se superen las 11 relaciones y que, gracias a la batería de litio-manganeso-ferrofosfato de 34 kWh de capacidad de CATL, se superen los 1.100 kilómetros de autonomía –145 de ellos de forma 100% eléctrica–. Para garantizar que el sistema sigue funcionando correctamente, la carga de la batería no puede reducirse por debajo del 15%, pero el conductor puede ajustar un punto mínimo superior por si se van a realizar viajes más largos. Pero no se trata únicamente de poner un motor potente y eficiente, sino que tiene que conducirse bien. Es quizás aquí el único pero que se puede destacar del Omoda 9, que, sin ser mala, las suspensiones son demasiado blandas para una conducción dinámica. No está pensado para eso tampoco, y en un uso normal la comodidad es superlativa. Por dentro, esta se mantiene. Los asientos son mullidos, tienen masaje y están climatizados, tanto delante como detrás, el sistema de sonido Sony es envolvente –incluso hay dos altavoces integrados en el reposacabezas del asiento para recibir llamadas–. El techo es solar y, quizás otro punto negativo es que la cabeza está demasiado cerca del techo para un coche tan grande. Así que eso. Puntos flacos: suspensiones blandas y asientos altos. Los únicos peros que se le pueden sacar a un SUV etiqueta Cero que parte de los 39.100 euros (con ayudas incluidas).
abc.es
hace alrededor de 13 horas
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