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Peugeot 3008 Hybrid: la potencia justa y etiqueta Eco

Peugeot 3008 Hybrid: la potencia justa y etiqueta Eco
Disponible también en versiones eléctricas e híbrida enchufable, esta ‘mild hybrid’ de acceso a la gama, de 145 caballos, ofrece un desempeño correcto pero no va sobrada de fuerza La tecnología de hibridación ligera está reportando grandes alegrías al consorcio europeo Stellantis en términos comerciales. El Peugeot 3008, uno de sus modelos más populares, puede beneficiarse especialmente de ella dado que los muchos clientes que aporta al mix del grupo valorarán con toda seguridad el ahorro de combustible que hace posible y, sobre todo, la etiqueta Eco a que da acceso. Recordemos que el 3008 ya no se vende en versiones de combustión convencionales, sino únicamente electrificadas: la microhíbrida de 145 caballos de la que nos ocupamos hoy, una híbrida enchufable de 195 CV y 87 kilómetros de autonomía en modo cero emisiones y tres variantes eléctricas de 210, 230 y 320 CV, esta última equipada con dos motores y todas con alcance superior a 490 km. Pues bien, por los mismos días en que conocíamos en Alemania los modelos Dual Motor (puedes leer aquí el artículo) hemos tenido ocasión de probar en casa el 3008 Hybrid, que es como se conoce comercialmente a la versión de hibridación suave de 48 voltios. Tal vez debido al abismo que media en general entre un vehículo eléctrico y otro de combustión -aunque mínimamente electrificado-, en este caso hemos experimentado una sensación agridulce al conducir ambos casi al mismo tiempo. Comparado con el silencioso y muy veloz eléctrico de 320 CV, el mild hybrid se antoja de primeras un coche tosco, que incluso parece vibrar en exceso, y una vez en marcha se siente pesado y lento de respuesta. Sin duda sería injusto quedarse solo con esta impresión provocada por el contraste repentino -y por supuesto subjetivo- entre dos coches tan dispares, pero la dejamos anotada en la medida en que permanece, si bien matizada, en el tiempo. Vista trasera y lateral del Peugeot 3008 en versión 'mild hybrid'. Al 3008 Hybrid le sucede algo parecido a lo del Avenger con idéntica tecnología que describimos en este otro artículo. Si los 110 caballos parecen quedarse cortos para el benjamín de Jeep, los 145 del Peugeot producen un efecto parecido, sin duda porque los 1.650 kilos en orden de marcha del modelo francés se hacen notar, pero creemos que sobre todo por culpa de otro factor. Nos referimos a la elección de los modos de conducción, tal vez acertada para un usuario francés pero no tanto para quien habita un país como el nuestro. En modo Eco, el coche es sencillamente tardo de respuesta, por lo que cuesta imaginar unas circunstancias donde merecería la pena usarlo. En el programa Normal, la cosa mejora pero tampoco hasta el punto de que el modelo pueda ser calificado de brioso o ágil. En cualquier caso, es más utilizable que el del Avenger. Por último, el modo Sport, que era el más idóneo para moverse en el Jeep, proporciona aquí el empuje que se espera de un modelo dinámico como acostumbran a serlo los de Peugeot. No es necesario emplearlo todo el tiempo, pero sí seguramente en tramos de curvas o cuando pretendamos adelantar a otros coches con rapidez y seguridad. Mención de la variante microhíbrida en el portón del coche. El 3008 Hybrid invierte más de 10 segundos en alcanzar los 100 km/h saliendo desde parado, lo cual habla a las claras de lo que estamos comentando. La ligera sensación de pesadez -valga el juego de palabras- es más evidente en las arrancadas y a baja velocidad, y se diluye en cuanto el coche cobra velocidad, de tal modo que en autovía o autopista no hay problema alguno en mantener los 120 km/h por mucho que sea el desnivel, dicho sea para evitar malentendidos. Si bien el nuevo 3008 es algo más confortable de suspensión que el modelo al que sustituye, sigue contando con ese punto de firmeza que gusta a los conductores que se precian de tales y no se limitan a trasladarse de un lado a otro. En todo caso, las virtudes dinámicas de este modelo en concreto pasan más inadvertidas en la versión mild hybrid, por no ir sobrada de fuerza, que en otras más prestacionales, como cualquiera de las tres eléctricas. Consumo y terminación Lo mejor del sistema de hibridación ligera de Stellantis es que permite un notable protagonismo del motor eléctrico a bajas velocidades, por ejemplo en ciudad, gracias a que se halla integrado en la transmisión. Como resultado de ello, los consumos se acercan bastante a los de un diésel equiparable de hace unos años; en el caso de nuestro Peugeot, bordean los 6 litros/100 km de media, buen registro para un vehículo que mide 4,54 metros de longitud, roza los 1,9 m de ancho y -como señalábamos antes- es relativamente pesado. El vistoso puesto de conducción del SUV de Peugeot. Cuanto más conducimos el 3008 en cualquiera de sus configuraciones, más nos convence el trabajo realizado por los diseñadores en el interior. Aunque a uno no le haga especial gracia el llamado i-Cockpit, lo cierto es que en esta nueva generación resulta muy vistoso con la doble pantalla curvada recorriendo la parte superior el puesto de conducción, que en el acabado GT que hemos probado es de 21 pulgadas y no presenta separación en el centro. Nos agrada de manera particular el recubrimiento en tela gris de salpicadero, consola e interior de puertas, que otorga calidez y finura al habitáculo. También merece un elogio el sistema multimedia, seguramente el mejor que ha ofrecido nunca Peugeot: responde muy rápido y de forma al toque con los dedos y presenta unos menús que, aunque semejantes a los de otros modelos de la marca, están mejor ordenados.  El Peugeot 3008 Hybrid está a la venta desde 34.000 euros en acabado Allure y desde 38.160 euros en el más completo y deportivo GT.
eldiario
hace alrededor de 16 horas
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