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Iga Swiatek, inclemente campeona en una final histórica

Iga Swiatek vuelve a ser Iga Swiatek, la dominadora del circuito de los últimos años, que había casi desaparecido en la última temporada fruto de la presión y de la autoexigencia. Vuelve a brillar en un Grand Slam, y en Wimbledon, donde nunca había triunfado, porque no ha dejado de buscar la mejora nunca. Aquí, donde palidecía en otros tiempos, consigue reverdecer y cumple con su fantástico pleno en grandes torneos: sexta final, sexto título. Triunfo de categoría por el escenario y la repercusión y porque también supera ese rival silencioso que la estuvo maniatando desde mitad del año pasado. Debutaba ella en esta final y también Amanda Anisimova, 23 años y 12 del mundo, que ha ido poco a poco conquistando también otro nivel. Campeona del US Open júnior 2017, alcanzó la semifinal de Roland Garros en 2019, pero sufrió los vértigos de la élite y la dolorosa pérdida repentina de su padre. Se refugió en el tenis primero, pero en 2022 decidió parar; ocho meses fuera del circuito para hacer vida normal y recuperar el hambre. A su vuelta, a principios de 2024, campeona del WTA 1.000 de Doha y su primera gran final, aunque le pesaron de golpe todos los nervios y la presión, de nuevo, de todo un país esperando un título de Grand Slam en Wimbledon. Lo esperan desde que Serena Williams se coronara en la Catedral en 2016, pero no tuvo ninguna opción su compatriota Anisimova ante su presión interna y una Swiatek imperial al otro lado de la red. Fue la Swiatek que apabullaba en sus encuentros, que no frenaba, que parecía entrar en trance, mirada fija en la pelota y en la victoria. Sin resquicios aparentes ni agujeros por donde meterse la rival. Reina de los sets ganados por 6-0 (83 con estos dos), no ofreció ni un respiro a Anisimova en unos 25 minutos de superioridad incontestable. Todo le salía a la polaca, un muro desde el fondo y atizando sin remordimientos de lado a lado. Anisimova se vio envuelta en un ciclón que la atosigaba con restos y ya no podía responder ni una pelota en su sitio. Y la frustración duplicó el nerviosismo, incapaz de templar la mano ni en el saque ni en los peloteos. 16 errores no forzados de mucha ansiedad en un primer set de 6-0. El último que se logró en una final de Wimbledon lo endosó Garbiñe Muguruza, a Venus Williams (presente en la pista), en 2017 (7-5 y 6-0). Pero Swiatek, a lo suyo, no atendió a la grada, que pedía más final. Que ya estaba mirando el personal cuál había sido la final de Wimbledon con menos juegos de la historia en la Era Open: Billie Jean King, a Evonne Goolagong por 6-0 y 6-1 en 1975; y en Roland Garros 1988, Steffi Graf batió a Natasha Zvereva por 6-0 y 6-0. Swiatek, que alcanza la tercera plaza del ranking, parece haber recuperado el paso firme que la había encumbrado en Roland Garros, campeona en 2020, 2022, 2023 y 2024 y US Open 2022. Y lo hace con una efeméride, pues se corona en Wimbledon por primera vez con su victoria número 100 en Grand Slam, de 120 partidos. Perdió el rumbo después de triunfar en París en junio de 2024, ya no pudo hacerse con la medalla de oro, y a partir de ahí no encontró ninguna final. Agotada por la presión, por la autoexigencia, como decía a este periódico esta pasada primavera, también se vio envuelta en un caso de dopaje por trimetazidina del que fue criticada, como Jannik Sinner, por cómo se trazó la investigación y por ese castigo de apenas un mes que cumplió a la carta, en septiembre y diciembre, cumplida ya la temporada. Se olvidó de todo eso a raquetazo limpio, saques directos, restos ganadores, un aluvión de 'winners' con los que tumbó en un segundo set también impenitente con este estilo robótico, preciso y exacto que la vuelve a llevar a las portadas y a levantar el trofeo más grande. "Amanda, tienes que estar orgullosa por estas dos semanas. Tienes tenis para seguir en las finales", felicitó Swiatek a su rival. "Para mí ni siquiera era un sueño ganar Wimbledon porque no lo veía posible. Nunca esperaba ganar este título, sinceramente. Pisar esta pista siempre me da mucha presión, pero esta vez me he sentido muy cómoda. A pesar de los altibajos, el trabajo está funcionando. Gracias, equipo, sin vosotros no estaría aquí", añadió la polaca.
abc.es
hace alrededor de 5 horas
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