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Cómo el segundo hombre más rico del mundo y aliado de Trump se está comprando Oxford

Cómo el segundo hombre más rico del mundo y aliado de Trump se está comprando Oxford
Larry Ellison, el propietario de Oracle y aspirante a controlar TikTok, ha comprado hasta el pub favorito de Tolkien y está construyendo un multimillonario centro de investigación con ánimo comercial como parte del desembarco de grandes donantes de Estados Unidos en las universidades británicas Larry Ellison: el nuevo poder a la sombra de Trump que disputa a Musk el título de 'hombre más rico' En octubre de 2023, el Instituto de Tecnología de Larry Ellison anunció la compra de un pub en un edificio victoriano destartalado en Oxford que presume ser del siglo XVII aunque es de mitad del XIX. Las letras góticas de plástico con su nombre, The Eagle and Child, son de la década de 1980.  La relevancia para la ciudad viene sobre todo de las tertulias de C.S. Lewis y J.R.R. Tolkien, que entre 1930 y 1960 comían allí a menudo con otros escritores. En una sala trasera, comentaban Las crónicas de Narnia y El señor de los anillos hasta que la nueva dueña los empujó a cambiarse al pub de enfrente. “No bebían mucho, así que un día les dijimos amablemente que necesitábamos esa habitación para jugar a los dardos. Básicamente, los echamos”, contó ella en una entrevista en 2016. “El pub The Eagle and Child es una sede verdaderamente histórica que ha albergado algunas de las grandes mentes de Oxford durante más de 300 años”, dijo David Agus, director y consejero delegado del instituto de Ellison, sobre el edificio del que apenas queda el perímetro y la puerta de 1840, reformado varias veces desde 1960, y que comparte el nombre con otro pub del siglo XVII pero cuya localización se desconoce, según el informe encargado para la restauración actual. La empresa de Ellison pagó ocho millones de libras (más de nueve millones de euros), según el Wall Street Journal. En 2004, el college de St. John 's, el más rico de la Universidad, lo compró por algo más de un millón en una subasta, e intentó convertirlo en un hotel. El pub lleva cerrado desde marzo de 2020. La marca de Oxford, con su pátina de antigüedad y edificios a menudo con menos años de los que aparentan, es lo que ha traído a Ellison y a otros multimillonarios estadounidenses a una de las universidades de historia más larga. Como otras en el Reino Unido, sus finanzas sufren desde el Brexit por la pérdida de estudiantes, investigadores y becas europeas, además de los recortes públicos de un Estado en apuros. A la vez, como explica a elDiario.es un experto en donaciones estadounidenses, un nuevo flujo de dinero llega de la riqueza acumulada en Estados Unidos en los últimos 20 años con el boom tecnológico de “personas que nunca esperaron tener tanto dinero tan rápido” y ahora les atrae “el aura” de la historia de Oxford o Cambridge para “inmortalizar” su nombre y su legado. Los que llegan al Reino Unido, además, son los multimillonarios que se pueden permitir tener empresas en el país y evitar pagar más impuestos por las donaciones que no desgravan de la misma manera que en Estados Unidos. “Entre los milmillonarios estadounidenses, hay un cierto prestigio en estar asociados con una institución como Oxford, fundada (supuestamente) en 1096, siglos antes que Harvard, que lo fue en 1636”, explica a elDiario.es Chuck Collins, investigador del Institute for Policy Studies de Washington experto en desigualdad y filantropía, y autor del libro de próxima publicación Burned by Billionaires. “Los multimillonarios de Estados Unidos han buscado a menudo la legitimidad del 'viejo mundo'. Para hombres que lo tienen todo, esto es lo más cerca de la inmortalidad que pueden conseguir”. El pub The Eagle and Child, cubierto con una tela para las obras, en Oxford, este septiembre. El pub es una anécdota para Ellison, que tampoco ha sido el primer estadounidense interesado en comprar el lugar. Su gran proyecto en la ciudad es otro. A través de varias empresas y su fundación, el fundador de Oracle está construyendo un gigantesco centro dedicado a la investigación científica a las afueras de la ciudad en un proyecto estimado en más de 1.000 millones de libras (más de 1.100 millones de euros). De Oxford, además de la marca, le interesa la posible conexión con los datos personales del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido, que tiene una gran y eficaz estructura digital para relacionarse con los pacientes. En septiembre, la Universidad anunció un proyecto específico con el dinero de Ellison de 118 millones de libras (más de 135 millones de euros) dedicado a la investigación de las vacunas con inteligencia artificial.  Ellison es uno de los grandes donantes y aliados en Silicon Valley del presidente Donald Trump, que esta misma semana ha promovido falsedades contra las vacunas y el paracetamol, desmentidas por las agencias de medicamentos del Reino Unido y de la Unión Europea. Todavía es pronto para saber si las posiciones del presidente de Estados Unidos tendrán impacto en los focos de la investigación que reciben más donaciones. Sin relación con Oxford La Universidad de Oxford tiene una larga historia de asociaciones cuestionables y de falta de transparencia en las donaciones, que no es una obligación legal en el Reino Unido. Hasta ahora, la donación más grande a la universidad ha sido de otro multimillonario y financiador de Trump, Steve Schwarzman, el consejero delegado de Blackstone, el mayor fondo de inversión privado del mundo y cuestionado por su papel en la crisis de la vivienda por sus inversiones inmobiliarias. Hace unos días, estaba entre los invitados al banquete ofrecido por Carlos III en honor a Trump en el castillo de Windsor. Schwarzman, uno de los 30 milmillonarios más ricos del mundo, donó 150 millones de libras (más de 170 millones de euros) a la Universidad para construir un centro de humanidades que lleva su nombre en la universidad con la que hasta entonces no tenía ningún vínculo.  Tampoco lo tenía Ellison, que estudió un tiempo en dos universidades en Illinois y nunca se graduó. La mayor parte de su vida ha vivido en California, donde fundó Oracle en 1977. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, con Carlos III y la princesa de Gales durante el banquete en el castillo de Windsor este miércoles. Desde la victoria de Trump en las elecciones de 2024, Ellison ha expandido su alcance público con un foco especial en los medios en su país. El fundador de Oracle financió la fusión de Paramount y Skydance, propiedad de su hijo, en una operación que los convierte en la pareja más poderosa del cine y la televisión. Ellison está en el consorcio que puede hacerse cargo de TikTok en Estados Unidos y Oracle promete “reentrenar” el algoritmo de la plataforma. También está interesado ahora en comprar Warner, la dueña de la CNN. El 10 de septiembre, superó por primera vez en riqueza a Elon Musk por el valor de las acciones de Oracle. Desde entonces, ha bajado otra vez al segundo puesto en el índice de milmillonarios de Bloomberg, pero sigue por delante de Mark Zuckerberg y Jeff Bezos. Apoyo constante a Trump Ellison ha sido aliado de Trump incluso en los tiempos en los que otros dudaban. El Washington Post publicó que Ellison estaba hasta en llamadas de campaña para cuestionar la victoria de Joe Biden en noviembre de 2020. “Incluso después del asalto al Capitolio, Larry Ellison es una de las personas que siguió defendiendo la negación del resultado de las elecciones para apoyar a Trump”, explica a elDiario.es Becca Lewis, investigadora académica en la Universidad de Stanford que está escribiendo un libro sobre las raíces conservadoras de los grandes empresarios de tecnología en Estados Unidos. “Es una de las principales figuras de los consejeros delegados del ala derecha en Silicon Valley, y lleva allí desde los años 80. Fue un competidor temprano de Bill Gates y ahora es uno de los hombres más ricos del mundo”. Lewis explica, además, que Ellison fue uno de los primeros que entendió la importancia de la fama en la cultura popular para su negocio y se alejó del cliché de aislamiento de los ingenieros. “Se convirtió de manera deliberada en un famosillo. Fue al programa de Oprah en los años 90. Entonces desarrolló su personaje desmesurado. Y decía que eso era bueno para el negocio porque se convertía directamente en hype para Oracle. E incluso cuando no tenía el software preparado, podía vender licencias para software que no había construido”.  Las promesas de Ellison para Oxford ya han tenido impacto, si bien falta mucho camino para resolver los “problemas más graves y persistentes” del mundo, como promete su centro en su presentación.  Los detalles más conocidos del proyecto son acerca de su apariencia: un campus de 30.000 metros cuadrados con aulas, laboratorios, un auditorio y una clínica oncológica, todo obra del estudio del arquitecto Norman Foster.  “Un proyecto muy complicado” La relación entre la Universidad y Ellison sigue sin estar clara, en particular por la estructura comercial montada por el empresario destinada a la explotación de la propiedad intelectual y lejos de otras donaciones filantrópicas más tradicionales. Ellison defiende que sólo así se consiguen avances, ya que las organizaciones sin ánimo de lucro, según él, son más lentas y menos productivas.  El instituto combina, según su propia descripción, “investigación puntera y capacidad comercial” para “guiar avances científicos y crear empresas éticas, sostenibles”. John Bell, genetista, ex catedrático de Medicina de Oxford, asesor del Gobierno británico desde hace décadas e involucrado al principio del proyecto, ha abandonado el instituto junto a varios miembros de su equipo. Esto ha sucedido después de desacuerdos, según el Wall Street Journal, por el personal contratado y en particular la relación entre académicos y empresarios involucrados. Bell prefiere no dar explicaciones en público y dijo en un comunicado hace unos días que se trata de “un proyecto muy complicado”.  El diario The Times aseguraba este mes que “las preocupaciones” actuales incluyen “ambiente tóxico”, acusaciones de “matonismo” y retrasos en los procesos para contratar o construir laboratorios en un artículo titulado “¿Está en riesgo de desmoronarse el proyecto científico de Larry Ellison en Oxford?” Santa Ono, ex rector de la Universidad de Michigan, es ahora el nuevo presidente “global” del futuro instituto. Ono renegó de las políticas que había apoyado en Michigan para fomentar la diversidad que ahora persigue el Gobierno de Trump, pero fue rechazado en junio como rector de la Universidad de Florida, en Miami, por su respaldo anterior. La Universidad de Oxford sólo repite que el modelo del instituto de Ellison encaja en su “misión”, pero no ha aclarado cómo será su relación ni las dudas sobre la autonomía del instituto, la independencia académica o la propiedad intelectual. Un experto en donaciones explica que “la intención comercial” puede ayudar a que los centros sean autónomos y no tengan que depender constantemente de otra donación, aunque también aprecia que los procesos británicos sean más largos que los estadounidenses para asegurar que “las expectativas están alineadas”. Chuck Collins, más crítico, insiste en los riesgos de esta mezcla de intereses para la independencia en la investigación “aunque las instituciones académicas lo nieguen”. “No se trata sólo de lo que se estudia —las preocupaciones favoritas de los donantes multimillonarios—, sino de qué se excluye o está fuera de la conversación”, explica Collins. “Necesitamos más investigación académica sobre los daños y disrupciones causadas por la concentración de riqueza y poder, y la reducción de obligaciones fiscales para milmillonarios... ¿Qué investigación académica va a examinar el impacto ecológico y la polución de los aviones privados y los superyates?” Collins recoge en su libro que Ellison tiene una huella de carbono “cientos de veces superior” a la del estadounidense medio, en gran parte por su superyate, que incluye una pista de aterrizaje para helicópteros, submarinos y una piscina. Dudas sobre el futuro El nuevo instituto en Oxford, que supuestamente también estudiará la crisis climática, promete estar listo a finales de 2026. Para ello, la directora de operaciones del instituto hermano y más pequeño de Los Ángeles está dirigiendo ahora el proyecto en Oxford y el propio Ellison dice haber pasado tiempo en la ciudad este verano después de comprarse una mansión en Londres.  En todo caso, persisten las dudas sobre el desarrollo del proyecto. Ellison, que tiene ahora 81 años, se ha retirado de otros proyectos prematuramente. No hay un dinero depositado que garantice la financiación más allá de lo que quiera donar ahora el multimillonario. Otros proyectos se quedaron sin fondos antes de empezar y en las últimas décadas hay múltiples ejemplos de centros o institutos que no cumplieron con lo esperado y ahora ni siquiera existen. En 2006, le retiró de la noche a la mañana una donación de 115 millones dólares a la Universidad de Harvard para un nuevo centro de investigación médica después de la dimisión del rector, Larry Summers. En 2021, cerró la fundación que había creado en el Reino Unido tres años antes. Parte de sus fondos acabaron en el centro de consultoría e investigación que encabeza Tony Blair. El think-tank del ex primer ministro laborista que asesora a gobiernos ha recibido el equivalente a casi 300 millones de euros de Ellison, según el periodista de investigación Peter Geoghegan. Cuando se lanzó el proyecto para Oxford hace dos años con una cena privada en el museo antropológico de la ciudad, allí estaba Blair junto a Norman Foster. Blair, según el actual plan, será uno de los profesores del nuevo instituto que, según dijo entonces el ex primer ministro británico, “empujará las fronteras de la invención”. Una de las ideas que Blair repite ahora es que el Gobierno británico centralice todos los datos sobre la salud y demografía de sus ciudadanos para alimentar herramientas de inteligencia artificial de empresas como Oracle. Blair defiende que es “la única solución” para la baja productividad británica. Este viernes, el primer ministro, Keir Starmer, anunció sus planes para introducir el primer documento de identidad nacional digital del país.

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