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El Banco de España eleva la previsión de crecimiento al 2,6% en 2025 por el aumento del consumo de las familias

El Banco de España eleva la previsión de crecimiento al 2,6% en 2025 por el aumento del consumo de las familias
La entidad achaca la mejora de dos décimas al mejor comportamiento de la economía en el segundo trimestre, impulsada por el consumo privado y la inversiónEl Gobierno eleva una décima la previsión de crecimiento para este año hasta el 2,7% El Banco de España ha elevado la previsión de crecimiento de la economía nacional para 2025 en dos décimas, hasta el 2,6%, principalmente por el gasto de hogares y empresas, empujado por la facilidad de acceso al crédito hipotecario y al consumo. El director general adjunto de Economía de la entidad, Galo Nuño, ha indicado que “los principales motores de la economía española” son, en este momento, “la sorpresa del crecimiento del consumo privado y la inversión”. Este crecimiento, ha explicado Nuño, responde a los cambios en la política financiera que se han venido produciendo en los últimos años y que han rebajado los tipos de interésdel 4 al 2% actual desde enero de 2023 hasta junio de 2025. Estos descensos se han producido tanto para el crédito hipotecario como para el consumo de familias y empresas. “Cuando bajan los tipos de interés, la gente pide más crédito”, ha razonado el director general adjunto del Banco de España. Este “motor de crecimiento” se produce en consumo e inversión, y en todos los segmentos. “Incluso para la gente que no está pidiendo créditos se reduce la carga financiera”, ha señalado. Una reducción de la carga financiera que, a su vez, “libera recursos para consumo e inversión”. Además, entre otro de los ejes que ha favorecido ese incremento del gasto se encuentra la riqueza de las familias, que había caído en 2022 pero mantiene en 2025 un ritmo de crecimiento muy marcado. La causa es el aumento del precio de la vivienda en un país de propietarios, porque cuanto más sube el precio, más aumenta la riqueza de quien tiene una vivienda. Un aumento promedio, que, ha señalado Nuño, enmascara el “drama social y el problema económico sobre el que el Banco ha hablado reiteradamente sobre el problema de la vivienda en España”, al dificultar el acceso a quienes no tienen una casa en propiedad. Además, desde el regulador bancario han celebrado que los acuerdos en torno a los aranceles de Estados Unidos han apaciguado la incertidumbre que rondaba al trabajo del último trimestre, aunque “la mala noticia es que los aranceles a los que se ven expuestos los bienes españoles son más altos”. No obstante, Nuño ha señalado que “pese a ese lenguaje de gran volatilidad, cuando vamos a los mercados financieros, salvo el pico de abril, han sido una balsa de aceite”. Con todo, ha señalado que en torno al paquete de negociación había otros temas relacionados con el compromiso de una mayor compra de material militar y de otros tipos a Estados Unidos. Una “letra pequeña” que todavía no está escrita y que alargará la incertidumbre. El Banco de España ha corregido también la previsión de la inflación para 2025, que sitúa ahora en el 2,5%, una décima más que en el informe anterior. Este leve incremento responde, principalmente, al encarecimiento del precio de la energía, con el petróleo registrando un “fuerte incremento” en junio en los mercados internacionales, como consecuencia del conflicto bélico entre Israel e Irán, moderado posteriormente, y en menor medida la de los alimentos. Además, la mejora en las previsiones de crecimiento para 2025, responden también al buen desempeño del mercado laboral, con un patrón positivo de los datos de afiliación y una mayor facturación de las empresas. Para el ejercicio 2026, el Banco mantiene la previsión de crecimiento del 1,8%, con un perfil de de crecimiento “apoyado principalmente en el consumo privado y la inversión”, mientras “el efecto negativo de la demanda exterior neta se mantiene, aunque decreciendo” y se produce “una cierta desaceleración en el ejercicio de previsiones”, ha explicado Nuño. Para el próximo año, la estimación es que la tasa de ahorro continúe reduciéndose, aunque continuará en niveles elevados respecto a su promedio histórico. Esa caída en la tasa de ahorro supondrá, según los cálculos del Banco de España, pero también del Banco Central Europeo, un crecimiento adicional en el consumo. Por otro lado, el Banco ha rebajado en tres décimas su previsión de déficit público para este año, hasta el 2,5% del PIB, por la evolución favorable de los ingresos públicos, gracias a un mayor dinamismo de la actividad económica, que ha permitido aumentar la recaudación. Una mejora que se produce, incluso, en un contexto de crecimiento de los gastos algo mayor de lo esperado.

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