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Las soluciones a los errores más comunes al elegir un programa

Una oferta formativa abrumadora, una información no siempre clara y expectativas mal alineadas no acordes a nuestras necesidades, pueden llevarnos a elegir un máster que no sea el más adecuado. Pero que no cunda el pánico, porque equivocarse, no tiene por qué ser negativo. A veces, el error es solo el primer paso hacia una elección más consciente y ajustada. Como apunta Cristina Masa, vicerrectora de Enseñanzas de la Universidad CEU San Pablo, uno de los errores más frecuentes que se cometen es dejarse llevar sin analizar a fondo el contenido, la metodología o la empleabilidad del programa que vamos a estudiar. Por eso, antes de decidirse conviene hacer un ejercicio de autoanálisis profundo que permita valorar el impacto qué tendrá en la vida personal y profesional: ¿qué quiero conseguir con este máster?, ¿qué tipo de puesto, sector o habilidad me interesa desarrollar con él? «Definir el objetivo permite identificar con mayor precisión nuestra elección». Desde su experiencia como consultor y especialista en formación, Pascual Parada destaca la importancia de incorporar herramientas prácticas que ayuden a tomar decisiones más reflexivas y alineadas con el perfil de cada estudiante. Una de las más útiles, explica, es realizar un análisis DAFO personal: identificar debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades permite obtener una visión clara de dónde estamos y hacia dónde queremos ir. Otra técnica que propone es la de los 'Seis sombreros' para pensar, un enfoque que consiste en adoptar distintas perspectivas en función del color del sombrero –emocional, crítica, positiva, creativa, organizativa y de futuro– para analizar una decisión desde varios ángulos. «Aunque parece una técnica muy simple, ayuda mucho preguntarse: ¿qué pasaría si la decisión la tomo desde cada perspectiva? Y la respuesta es una visión más completa y muy útil para quienes deben tomar una decisión importante». Por su parte, desde la Escuela de Posgrado y Enseñanzas Propias de la UAH, su directora Esperanza Vitón, coincide en que muchas veces el problema radica en no revisar con detenimiento la información oficial. «Hay datos esenciales que se pasan por alto: horarios, ubicación, requisitos…». Detectar pronto la equivocación permite cambiar a otro programa o solicitar convalidación de créditos. Para ello existen servicios que pueden orientar al estudiantado en la toma de decisiones informadas, además de prestarles ayuda en momentos de crisis. Matricularse en un máster simplemente porque toca, porque lo hace todo el mundo o porque parece el siguiente paso lógico tras acabar la carrera, es uno de los errores más comunes. Solución: antes de decidir, es clave hacer un ejercicio de autoanálisis que ayude a definir qué se espera del máster y cómo encaja en el proyecto profesional y personal. Para ello, los procesos de admisión suelen ser una herramienta esencial para garantizar que cada estudiante pueda tomar una decisión informada, realista y alineada con sus expectativas académicas y profesionales. No conocer la conexión efectiva de las demandas del mercado laboral y las oportunidades de desarrollo profesional en el sector correspondiente es un error significativo. Solución: investigar qué salidas profesionales tiene el programa, qué porcentaje de alumnos encuentra trabajo al finalizar y si hay convenios con empresas o acceso a bolsas de empleo. Preguntar a antiguos alumnos es una de las formas más fiables de obtener esta información. Suele ser tentador dejarse llevar por rankings o por la reputación de ciertas universidades. Pero un máster con renombre no siempre es el más adecuado para las aspiraciones, la trayectoria o la situación personal de cada estudiante. Solución: más allá del nombre, conviene analizar el contenido del programa, el enfoque docente, el tipo de profesorado y la red de contactos que ofrece. Un máster prestigioso que no se adapta a tus valores puede ser menos útil que uno más modesto pero mejor orientado. Presencial, online, híbrido… La modalidad influye más de lo que parece. Un máster a distancia exige disciplina y autonomía para crea hábitos regulares. Uno presencial puede implicar traslados o cambios de residencia. Y no todos los modelos sirven para todos los perfiles. Solución: elegir un formato que encaje con el estilo de vida, acorde a la disponibilidad horaria, a nuestra capacidad de organización que tengamos en esos momentos. Suele ser habitual cometer el error de no elegir la temática adecuada por no haber hecho con antelación un análisis profundo y riguroso del programa. Solución: las escuelas o instituciones suelen ofrecer un cambio de programa sin coste alguno con la convalidación de las asignaturas correspondientes. Si no se pudiera, los expertos recomiendan terminarlo, porque a veces, lo que parece a priori un error, termina siendo útil. Centrarse sólo en el contenido académico y obviar la parte más humana y relacional de la formación es un error frecuente. Las 'soft skills' como la creatividad, la escucha activa, la empatía, la adaptabilidad o la gestión emocional, son determinantes a la hora de desenvolverse en entornos laborales. Solución: valorar no solo el qué se enseña, sino también el cómo se enseña. Optar por programas que integren metodologías activas, proyectos colaborativos, dinámicas interpersonales o prácticas relevantes. A veces, el problema no es el máster en sí, sino la situación personal que cada alumno tiene. En muchos casos pueden existir dificultades como la adaptación al ritmo académico, sobrecarga de tareas, dificultad para organizarse o falta de comprensión del enfoque académico. Solución: muchas universidades ofrecen recursos como orientación universitaria, tutorías académicas o asesoramiento personal. Detectar el origen del problema a tiempo y pedir ayuda puede marcar la diferencia entre abandonar o reconducir con éxito la experiencia. Elegir sin tener en cuenta las opiniones de antiguos alumnos o profesionales del sector puede llevarnos a expectativas poco realistas y no conocer de primera mano la utilidad, calidad y retorno del máster. Solución: participar en jornadas informativas, sesiones abiertas o encuentros con egresados facilita una visión realista del programa. También es útil revisar perfiles de LinkedIn de referentes profesionales y analizar dónde se han formado.
abc.es
hace alrededor de 5 horas
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