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Qué garantías de seguridad puede recibir Ucrania en el marco de un acuerdo de paz

Qué garantías de seguridad puede recibir Ucrania en el marco de un acuerdo de paz
Todavía hay incógnitas sobre las medidas que pueden tomar los líderes occidentales para prevenir futuras agresiones rusasPor qué el Donbás se ha convertido en una de las piezas decisivas de las negociaciones sobre Ucrania Los líderes europeos han celebrado una videoconferencia para discutir las garantías de seguridad que podrían ofrecer a Ucrania en caso de un acuerdo de paz con Rusia. El debate llega tras la reunión en la Casa Blanca del lunes organizada por Donald Trump, de la que no había precedentes. El presidente estadounidense recibió al mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, y conversó con los líderes de Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Finlandia, la UE y la OTAN. El asunto principal fue cómo poner fin a la guerra de Ucrania, la mayor en Europa desde 1945, y cómo evitar que Rusia vuelva a atacar. ¿Qué puede conseguir Ucrania? Zelenski dijo que los detalles se definirán y “formalizarán en papel” en un plazo de entre una semana y 10 días. Es probable que se impliquen hasta 30 países —los integrantes de la llamada “coalición de voluntarios”—, con ayuda también de EEUU, aunque el alcance de esta asistencia no esté claro. Tras la reunión en la Casa Blanca, Zelenski dijo que el apoyo estadounidense podía revestir muchas formas. Una de ellas podría ser la prysutnist (presencia, en ucraniano), lo que conllevaría enviar tropas, algo que Trump ha rechazado. También podría incluir información de inteligencia, así como seguridad aérea y en el mar Negro, o bien solo fondos, planteó. La cuestión clave es qué gobiernos europeos están dispuestos a participar en una misión de mantenimiento de la paz en el interior de Ucrania. Reino Unido y Francia han indicado que pueden enviar soldados como parte de una “fuerza de garantía”. El presidente francés, Emmanuel Macron, lo confirmó: “Tenemos que ayudar a Ucrania sobre el terreno”. Alemania es más escéptica. Aún faltan por concretar muchos detalles. ¿Las tropas europeas se desplegarían a lo largo de una línea de alto el fuego, o tendrían un papel más limitado de formación en grandes ciudades como Kiev y Leópolis? ¿Y qué reglas de combate se les aplicarían si son atacadas por fuego ruso? ¿Con qué podría contribuir EEUU? Trump ha prometido coordinar una misión de paz encabezada por Europa en Ucrania. “A la hora de la seguridad, va a haber mucha ayuda”, dijo el lunes, sentado junto a Zelenski en el Despacho Oval. El presidente estadounidense dejó claro que el grueso de la carga recaería sobre los países europeos. “Son la primera línea de defensa porque están allí. Pero les ayudaremos”, dijo. Ucrania quiere comprar armas a EEUU por valor de 90.000 millones de dólares, y dice que podrían formar parte de la garantía de seguridad. Pero en términos generales, Trump ha sido vago sobre cuánto aportaría EEUU. Ya ha descartado el ingreso de Ucrania en la OTAN, que según Kiev sería el mayor freno a una nueva acometida rusa. No parece haber perspectivas de que EEUU envíe a sus propias tropas y participe en una misión de mantenimiento de la paz. Una opción más realista sería que el Pentágono suministrase apoyo logístico a un hipotético “escudo aéreo” en el centro y el oeste de Ucrania, incluida Kiev, que garantizasen aviones de combate europeos. ¿Qué dice Rusia? Según Trump, Vladímir Putin aceptó durante su encuentro en Alaska que Ucrania requiere garantías de seguridad. El enviado especial de Trump, Steve Witkoff, ha dicho que estas no estarían cubiertas por la OTAN, pero serían equivalentes al artículo 5 del tratado, según el cual atacar a uno de los miembros equivale a atacar a todos ellos. Rusia interpreta las garantías de una forma que parece diferente a la de Witkoff, no obstante. El Kremlin dice que se opone categóricamente a que haya tropas occidentales en Ucrania. Es improbable que acepte un acuerdo en el que se incluya una fuerza de mantenimiento de la paz. Los objetivos bélicos de Putin no han variado, por otra parte, y se enmarcan en los términos de las propias necesidades existenciales de seguridad de Rusia. Putin reclama la totalidad de las provincias de Donetsk y Luhansk, incluidos territorios que no ha logrado capturar desde 2014. También quiere la “desmilitarización y desnazificación” de Ucrania, lo que implica limitar severamente la dimensión de su ejército, así como la salida de Zelenski. La intensa actividad diplomática de los últimos días parece indicar que hay avances, pero la postura básica de Rusia no ha variado. Putin no ha dado señas de respetar la soberanía de Ucrania o de querer parar la guerra. La discusión de garantías de seguridad parece irrelevante mientras Rusia continúe bombardeando. ¿Qué nos dice la historia? Ya hemos estado aquí antes. En 1994, Kiev renunció a sus armas nucleares a cambio de garantías internacionales de seguridad. Según los términos del memorándum de Budapest, EEUU, Rusia, Reino Unido, China y Francia se comprometieron a garantizar la “integridad territorial” de Ucrania y su “independencia política”. Y a evitar “el uso y la amenaza del uso de la fuerza”. Los políticos ucranianos de entonces pensaban que renunciar al arsenal nuclear los dejaba expuestos a un ataque ruso. El Gobierno de Clinton insistió. El presidente ruso, Boris Yeltsin, firmó en mayo de 1997 un acuerdo con su homólogo ucraniano, Leonid Kuchma. Rusia reconoció las fronteras postsoviéticas de Ucrania. Como parte del acuerdo, Kiev cedió a Moscú la mayor parte de su armada y le alquiló por 20 años el puerto de Sebastopol, en Crimea. Los acuerdos no impidieron la agresión rusa. El Kremlin se valió de sus tropas situadas en Crimea para hacerse con la península y anexionársela en 2014. Putin dice ahora que Ucrania en su conjunto es la “Rusia histórica”. La experiencia de traición por la que ha pasado Ucrania —las promesas de finales del siglo XX demostraron no tener valor— conlleva que ahora requiera de mayores garantías.

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