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Creer sí, pero también ver hacer

Creer sí, pero también ver hacer
El punto obtenido por la Real Sociedad en Vigo, in extremis y tras por lo menos 500 ocasiones claras, es evidentemente insuficiente dada la situación actual del equipo txuri urdin, que seguirá como colista, pero compartiendo ahora el dudoso honor con dos equipos más. Pero también es innegablemente balsámico, aunque sea muy ligeramente. El momento en el que Soler al fin remató a portería un centro, esta vez de Guedes, y superó a Radu provocó primero un grito al unísono de todos los aficionados realistas, tensos y nerviosos, para después suponer un suspiro de alivio parcial para todos, especialmente para el técnico Sergio Francisco, que sigue sabiendo que camina sobre un alambre pero que salva el ‘match ball’. Y lo cierto es que lo hace con una versión mejorada del equipo dentro de lo delicado y pobre de la situación. La Real fue notablemente superior al rival con 11 y con diez pero volvió a adolecer de dos problemas gravísimos y troncales: está defendiendo acciones concretas y clave horriblemente mal, y no puede tener menos gol. Porque generar, generó. Sin parar, en Vigo, otros días menos. Pero es insostenible regalar un gol por partido por hacer lo que no se debe y perdonar hasta en la cruz al rival en el área, ni contra diez. Con todo eso se entiende que el equipo lleve sin remontar desde el 9 de marzo de 2024, otro problemón. Pero, siendo cautos y estando preocupados y enfadados con razón, es quizá un día para centrarse en lo bueno que se ha visto para intentar creer en la mejora de la Real en próximas semanas para salir de abajo. Es lo que queda. Toca creer sí, pero también habrá que ver que algo hacen para mantener esa fe, que tiene grietas lógicas vista la construcción del equipo realizada. Y ante el Celta hubo más razones a la vista que contra el Rayo, desde luego.

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