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Déficit y deuda en un contexto de incertidumbre

Déficit y deuda en un contexto de incertidumbre
En abril, el Fondo Monetario Internacional rebajó las expectativas de crecimiento económico global, pero destacó una revisión al alza de las expectativas para España Cinco años después de la pandemia que paralizó al mundo, seguimos enfrentando eventos extremos e impredecibles que obligan a los gobiernos a replantear sus prioridades y a los organismos internacionales a revisar sus proyecciones macroeconómicas. En abril, el Fondo Monetario Internacional (FMI) actualizó sus previsiones, rebajando las expectativas de crecimiento económico global debido al aumento de las tensiones comerciales y las tasas arancelarias. Sin embargo, destacó una revisión al alza de las expectativas para España, impulsada por unos resultados mejores de lo esperado en 2024. Asimismo, se revisaron las perspectivas fiscales, previendo un incremento de la deuda pública global en un contexto de elevada incertidumbre. En su Monitor Fiscal de abril 2025, el FMI recomendó un ajuste fiscal gradual y sostenido a medio plazo para equilibrar las finanzas públicas. Los datos publicados por el FMI permiten analizar la evolución de las finanzas públicas en España y sus proyecciones hasta 2030, y compararla con las economías más avanzadas. Antes de profundizar en los datos, es conveniente entender dos conceptos fundamentales: el déficit y la deuda. Se habla de déficit público cuando el gobierno gasta más de lo que se ingresa en un año; por el contrario, si ingresa más de lo que gasta, se obtiene superávit. Al igual que ocurre con la mayoría de las magnitudes macroeconómicas, para facilitar comparaciones en el tiempo y entre países, este balance se expresa habitualmente como un porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB). Como ejemplo, en 2020, un año marcado por la pandemia, el déficit global fue del 9,5 % del PIB mundial. En ese año, ninguna de las grandes economías alcanzó un superávit. Alemania, que había registrado un superávit del 1,3 % en 2019, pasó a un déficit del 4,4 % en 2020. España, que ya registraba un déficit del 3 % antes de la pandemia, alcanzó el 10 %, una cifra similar a la de Italia, y superada por países como Canadá, el Reino Unido y Estados Unidos. Desde 2020, hemos vivido situaciones excepcionales que han obligado a los gobiernos a hacer frente a gastos extraordinarios y a proporcionar ayudas para que ciudadanos y empresas pudieran enfrentar las crisis. Por ello, es conveniente realizar un análisis a más largo plazo. Según el FMI, entre 1995 y 2024, Canadá logró superávit en casi la mitad de los años, Alemania en 8, mientras que España y el Reino Unido lo consiguieron en 3 años (España entre 2005 y 2007 bajo el gobierno de Zapatero y el Reino Unido entre 1999 y 2001 durante el gobierno de Tony Blair). Francia, Italia, Estados Unidos y Japón registraron déficit durante estas tres décadas. Para cubrir el déficit, los gobiernos emiten bonos o títulos que representan una obligación de pago futuro, generalmente acompañada del pago de intereses. Esto les permiten financiar los gastos que no pueden ser cubiertos con los ingresos ordinarios. El déficit acumulado a lo largo de los años genera deuda pública. Es decir, el déficit de un año es un flujo, que resulta de la diferencia entre los ingresos y los gastos públicos, mientras que la deuda es un stock, que refleja el endeudamiento acumulado de años anteriores. ¿Cuál es la situación actual de España con respecto a la deuda pública? A finales de 2024, la deuda pública de España se situó en el 101,8 % del PIB, tal como se muestra en la tabla. Esto significa que el total de la deuda acumulada por el sector público español supera la producción anual del país. Aunque nuestra deuda pública es elevada, representa una mejora con respecto al año anterior de 3,2 puntos porcentuales y está por debajo de la media de las economías avanzadas, que alcanza el 108,5 %. Además, está por debajo de la deuda de países como Canadá, Francia, Italia y Estados Unidos, y representa menos de la mitad de la deuda de Japón en términos porcentuales respecto al PIB. Deuda pública como porcentaje del PIB: Tabla  Fuente: FMI, Monitor Fiscal, abril 2025. A la luz de estos datos, y aunque el FMI recomienda a España “ampliar la base impositiva eliminando exenciones y mejorar la eficiencia del gasto fiscal”, nuestra situación sigue siendo sostenible en comparación con otros países desarrollados. Entre los ocho países avanzados comparados, España es el único para el que se prevé en 2030 una ratio de deuda inferior a la registrada antes de la pandemia, situándose en el 93 % del PIB. De cara a 2030, esto nos coloca en línea con la media de la eurozona y 20 puntos porcentuales por debajo de la media de las economías avanzadas. Además, cabe destacar que gran parte del ajuste fiscal ya se ha realizado: entre 2020 y 2024 la deuda se ha reducido en 17 puntos del PIB, es decir, una media de 4 puntos anuales, proyectándose una disminución adicional más moderada, de 1,5 puntos anuales en promedio entre 2024 y 2030. Además, el esfuerzo fiscal depende también de la evolución del PIB. Un mayor crecimiento del PIB permite aumentar el déficit y la deuda en términos nominales sin empeorar estas ratios. En este sentido, el sólido crecimiento de la economía española desde 2021 proporciona cierto margen fiscal. Es fundamental ordenar las finanzas públicas de manera justa y eficiente, teniendo en cuenta que aún existe margen para incrementar la recaudación, ya que la presión fiscal en España aún se sitúa por debajo de la media europea. No obstante, el actual contexto de incertidumbre exige prudencia, pues la deuda podría incrementarse si surgen nuevas necesidades de gasto, aumentan los costes de financiación o se produce un deterioro económico que exija mayores ayudas a empresas y ciudadanos.
eldiario
hace alrededor de 12 horas
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