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El Gobierno tendrá que explicar a Bruselas antes de fin de año cómo se desenganchará España del gas ruso

El Gobierno tendrá que explicar a Bruselas antes de fin de año cómo se desenganchará España del gas ruso
La Comisión Europea presenta una hoja de ruta para dejar a 0 las importaciones de energía a Rusia en 2027. La pretensión de que los contratos a corto plazo acaben este mismo año para reducir ya un tercio lo que actualmente se compra Bruselas admite que las compras de la UE de gas ruso desde 2022 equivalen a 2.400 nuevos cazas para el Kremlin “Esto tiene que parar”. El comisario de Energía, Dan Jorgensen, ha apelado a los estados miembros a que dejen de importar gas de Rusia. “Nunca más permitiremos que Rusia instrumentalice la energía”, ha expresado en la presentación de la hoja de ruta con la que la Comisión Europea pretende que la Unión Europea sea completamente independiente de la energía rusa en 2027. Para ello, los gobiernos europeos tendrán que presentar antes de que acabe este año sus correspondientes planes de desenganche. En 2024, la UE importó energía por un valor de 23.000 millones, lo que suponen 1.800 millones de euros al mes, según los cálculos que ha expuesto Jorgensen en la rueda de prensa en la que ha presentado la hoja de ruta aprobada por el Colegio de Comisarios. En cuanto al GNL, se ha reducido del 45% del total que suponía en 2021 al 19% el pasado año. España es el segundo país europeo que más gas ruso importa. Lo que argumenta el Ejecutivo es que se trata de contratos suscritos con anterioridad a la invasión rusa de Ucrania, que precipitó la ruptura de la UE con Moscú. El Gobierno tendrá, por tanto, que enviar a Bruselas su planificación para reducir a cero esa cifra. “La Comisión colaborará con los estados miembros para garantizar que la eliminación progresiva de las importaciones de energía rusa. Se les pedirá que preparen planes nacionales para finales de este año en los que se exponga cómo contribuirán a eliminar progresivamente las importaciones de gas, energía nuclear y petróleo rusos”, señala en un comunicado. Prohibición de importar gas en diferido “Todas las medidas irán acompañadas de esfuerzos continuos para acelerar nuestra transición energética y diversificar los suministros de energía, incluso mediante la agregación de la demanda de gas y un mejor uso de la infraestructura para descartar riesgos para la seguridad del suministro y la estabilidad del mercado”, agrega la nota. El comisario ha negado que el plan se vaya a traducir en subidas de precios, aunque ha admitido que los países que tienen una mayor dependencia lo tendrán más complicado. Hungría, por ejemplo, se ha revuelto contra el plan de la Comisión Europea, cuya aprobación requiere de mayoría cualificada (al menos 15 países que representen el 65% de la población europea) y no la unanimidad. La propuesta de la Comisión Europea, que se traducirá en textos legislativos en las próximas semanas, también supone la prohibición de los contratos a corto plazo de gas ruso a partir de finales de 2025. Esa medida supondrá, según el ejecutivo comunitario, una reducción de un tercio de las actuales importaciones. “Estamos hablando de una prohibición desde el punto de vista jurídico”, ha explicado Jorgensen. En cuanto a los contratos a largo plazo, la prohibición se ejecutará a partir de 2027. “No tiene que ver con lo que ocurre en Washington” Preguntado por qué la UE ha tardado tanto en tomar esta decisión (han pasado ya tres años del comienzo de la guerra en Ucrania), el comisario ha rechazado que se trate de un movimiento relacionado con la guerra comercial en un momento en el que Bruselas está precisamente ofreciendo a Donald Trump incrementar las importaciones y, en concreto, las de gas. “La decisión adoptada no es por algo que esté ocurriendo en Washington. Es un mandato de Ursula von der Leyen cuando me designó comisario de Energía y Vivienda”, ha expresado Jorgensen sobre la iniciativa, que figuraba en los deberes delgobierno comunitario para los 100 primeros días de mandato. Ese periodo ya se ha pasado: “Nos va a llevar algo más porque es algo complejo y queremos hacerlo de manera promenorizada”. “Para la economía esto es difícil, hay el riesgo de que aumenten los precios y pedir a los estados miembros que abandonen el 30% de las importaciones provenientes de Rusia no es algo fácil”, ha expresado Jorgensen.  Desde Greenpeace cuestionan que la desconexión se produzca en diferido y no a través de prohibiciones o sanciones inmediatas (las sanciones requieren de la unanimidad difícil de lograr en el seno de los 27). Además, alertan de que se va a sustituir la dependencia de Moscú por la dependencia de Washington, aunque Bruselas está negociando con terceros países, como Azerbaiyán, entre otros, que también generan suspicacias por la vulneración de los derechos humanos. “Mantener el flujo de dinero a la caja de guerra de Putin para estos combustibles es escandaloso, pero la Comisión corre el riesgo de sustituir una dependencia desastrosa por otra: desenchufar el gas de Putin y enchufar el de Trump. En lugar de encerrarnos en contratos contaminantes y arriesgados de combustibles fósiles, los gobiernos y la UE deberían reducir el despilfarro energético y las facturas de los ciudadanos aislando los hogares, y darnos una verdadera seguridad energética con un impulso masivo a las energías renovables”, dice Thomas Gelin, responsable de Clima y Energía de la ONG.
eldiario
hace alrededor de 5 horas
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