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Antonio Garamendi y Carlos Alcaraz

Antonio Garamendi y Carlos Alcaraz
Para la opinión pública es importante saber si Carlos Alcaraz ha autorizado a Antonio Garamendi para que utilice su nombre en la estrategia de oposición a la ley de reducción de la jornada laboral. De ahí que me parezca imprescindible que Unai Sordo y Pepe Álvarez se dirijan al tenista “Bienaventurados aquellos que, no teniendo nada que decir, se abstienen de confirmarlo de manera expresa”. Aunque no formulado explícitamente como bienaventuranza por George Eliot y James Russell Lowell, autores de las palabras que encabezan este artículo, no cabe la menor duda que era una bienaventuranza lo que pretendía transmitir. Bienaventuranza que, si tenía sentido en el siglo XIX, más lo tendrían con posterioridad. La cantidad de información y de opinión que se transmite en la sociedad contemporánea es de tal magnitud que nunca se podrá agradecer lo suficiente el silencio deliberado de quienes no tienen nada que añadir relevante sobre cualquier tema, sea el que sea.  María Álvarez lo ha ejemplificado de manera insuperable este pasado domingo en su columna Las horas trabajadas de Carlitos Alcaraz, en la que ha destruido literalmente la utilización por parte de Antonio Garamendi de la figura de Carlos Alcaraz en la “cruzada” de la patronal y de los partidos de la derecha española, incluida la derecha nacionalista, contra la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas a la semana.  Tras el artículo de María Álvarez está claro que no hay nada que añadir respecto de las palabras de Antonio Garamendi. No se puede decir lo que hay que decir mejor de como lo ha dicho ella. De ahí que no vaya a añadir nada sobre las mismas. Pero creo que sí es oportuno decir algo sobre Carlos Alcaraz. Antonio Garamendi ha demostrado ser un cantamañanas del que se tendrían que sentir avergonzados los empresarios que lo han puesto al frente de su organización profesional. Pero Carlos Alcaraz es uno de los mejores deportistas, no solo uno de los mejores tenistas, y es incluso posible que acabe siendo el mejor tenista de todos los tiempos. En consecuencia, no nos puede ser indiferente su utilización en una cruzada tan falta de empatía como la que se ha puesto en circulación contra la pretensión de reducir por ley la jornada laboral. Para la opinión pública es importante saber si Carlos Alcaraz ha autorizado a Antonio Garamendi para que utilice su nombre en la estrategia de oposición a la ley. De ahí que me parezca imprescindible que Unai Sordo y Pepe Álvarez se dirijan al tenista español para saber si realmente se ha incorporado voluntariamente a la cruzada de la patronal, permitiendo que se haga uso de su trayectoria deportiva como elemento desautorizador de la norma o si, por el contrario, se ha hecho uso de su nombre sin contar con él. Sabiendo, como sabe Carlos Alcaraz, cuántas horas semanales dedica a entrenar, cuesta trabajo pensar que haya dado su autorización a un uso tan manifiestamente fraudulento de su ejecutoria como profesional, como el que ha puesto en circulación el presidente de la CEOE. No es indiferente para la opinión pública que se sepa.  Y no es indiferente porque lo que ha hecho el presidente de la patronal está en contradicción con los derechos constitutivos de la personalidad reconocidos en el artículo 18 de la Constitución, derecho a la intimidad personal y a la propia imagen e incluso con los reconocidos en el artículo 20, libertad de expresión y derecho a transmitir información veraz. En principio, sería el propio Carlos Alcaraz el que estaría legitimado para reaccionar contra la utilización de su nombre sin su consentimiento. Pero, en mi opinión, también las organizaciones sindicales, reconocidas en el artículo 6 de la Constitución como instituciones con “relevancia constitucional”, podrían denunciar al Sr. Garamendi y a la CEOE por “juego sucio”. La CEOE también es institución de “relevancia constitucional” y como tal cabe exigirle que el comportamiento de su presidente se ajuste al reconocimiento de los derechos fundamentales tal como están recogidos en la Constitución. 

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