cupure logo
sindelunalosquelasfeijóoconsecretosgaza

Dreyfus sobrevuela

Dreyfus sobrevuela
La situación del caso de los jóvenes desalojados en Valencia de un avión es conflictiva y no puede manejarse como una cuestión emocional. Dos versiones y un bochinche con carácter internacional Sí, el acusado es culpable" y un estremecimiento recorrió a todo el público reunido Dillon (Segundo Consejo de Guerra al capitán Dreyfus) El caso Vueling se ha convertido en uno de los preferidos de la prensa francesa en este julio sin canícula. Hasta el punto de que ha devenido en un incidente diplomático, puesto que los políticos franceses se han puesto en marcha inmediatamente para paliar al fuerte reacción de su opinión pública a los testimonios de los chavales y las declaraciones de sus familias que llenan estos días el prime time. Como saben, el miércoles medio centenar de niños y adolescentes franceses fueron desalojados en Valencia de un avión de Vueling acusados de comportamiento conflictivo que podía poner en riesgo la seguridad del vuelo –notablemente se relata la manipulación de elementos de seguridad como chalecos y mascarillas–, por lo que siguiendo los protocolos se notificó a la Guardia Civil. No se han hecho públicas ni imágenes ni grabaciones de los incidentes. Los chavales, que volvían de una colonia organizada por una asociación judía, religión que profesan, afirman que se les conminó a entregar los móviles y borrar todo video de ellos (discutible que esto haya sido posible y que no hubiera copias o reenvíos). Al salir del avión, ya en la terminal, los guardias placaron en el suelo boca abajo a una de las monitoras para esposarle en la espalda, de lo que sí ha circulado un video. Dos versiones y un bochinche con carácter internacional. En las teles francesas los relatos que consideran el incidente un caso de antisemitismo se suceden. No sólo porque los jóvenes afirman que todo empezó cuando uno de los chicos gritó una frase en hebreo sino porque circula un video del reembarque al día siguiente en el que los monitores instan a los chicos a guardar todo elemento religioso, como kippas o estrellas de David, en bolsillos o mochilas para evitar nuevos problemas. Hay indignación diplomática y ciudadana y una denuncia en marcha realizada por el Club Kineret, la entidad organizadora del campamento. Lo cierto es que los chicos sí fueron abandonados en la terminal, dado que la compañía no se responsabilizó de ellos a pesar de haber menores, y tuvo que ser una organización judía española la que les proporcionara comida y alojamiento hasta su repatriación. Así que el ministro de Asuntos Exteriores francés ha intervenido telefoneando a la CEO de Vueling para saber si sus compatriotas habían sido objeto de discriminación por razón de su religión y el Quai d'Orsay ha emitido un comunicado oficial al respecto. La compañía aérea también emitió una larga explicación en la que confirmaba que el piloto del avión había sido uno de los involuntarios entrenadores de Mohamed Atta antes del atentado de las Torres Gemelas. Esta coincidencia desató también una marejada de rumores en redes francesas. No me gustaría ahora mismo llevar la comunicación de crisis de Vueling. El tema no es fácil, porque se les pide una prueba en contrario, es decir, que prueben que no hubo discriminación ni “odio” en el incidente. Para rematarlo el ministro de guardia en X, Óscar Puente, les ha llamado “niñatos israelís” (sic) cuando es evidente que son franceses. Ahora será Albares quien tenga que bregar con el lío. Dos versiones. La primera lección es que será seguramente la Justicia la que de nuevo tenga que intentar aclarar los hechos en una época en la que parece imposible aprehender una mínima verdad sin necesidad de su intervención. ¿Qué pasó en el avión? Existen testigos, puesto que no eran los únicos ocupantes; de hecho alguno ha dicho en la televisión francesa que ni siquiera hacían demasiado ruido para ser tan jóvenes y tantos. ¿Pudo ver desde su lugar lo que sucedió? ¿Por qué hoy día en que se graba todo no hay vídeos en los que se oiga a la tripulación o se vea lo que sucede? Uno tiende a pensar que un comandante en su sano juicio no ordenaría evacuar a medio centenar de críos por gritar en hebreo o aunque fuera en arameo pero en Francia parece más creíble que así fuera. ¿Se están victimizando los viajeros utilizando la religión como excusa para un comportamiento impropio? ¿Podría suceder que cómo afirman el apoyo a la causa palestina haya desatado una oleada de rechazo hacia lo judío tenga o no que ver con Israel? Lo que sí parece evidente es que el peso de la culpa francesa sigue bien vivo. Cada país, ya se sabe, arrastra sus propios complejos históricos, el pecado del pasado. En Francia hay pavor al rebrote de un antisemitismo que arrastran desde el siglo XIX, cuando el affaire Dreyfus desgarró al país y partió a su opinión pública en dos bandos irreconciliables. 'J'accuse', recuerden. Tampoco el comportamiento de la sociedad del hexágono durante los años treinta en relación con los judíos ni con las soflamas fue ejemplar y, por supuesto, no lo fue durante la Ocupación. Francia tiene actualmente la mayor comunidad de ciudadanos de religión judía de Europa, superando el medio millón, y en los últimos años el número de atentados terroristas y ataques contra ellos se ha incrementado. No hablamos de incidentes baladíes: disparos contra colegios judíos y sinagogas con víctimas, secuestros y asesinatos de rehenes en supermercados judíos, un superviviente del Holocausto apuñalado en la calle y un grupo de ultra derecha, Bastion Social, ilegalizado por actos antisemitas. Digamos que la reacción de las autoridades francesas bebe del clima de su país y reacciona alineándose con sus nacionales. Por eso no conviene minimizar la respuesta al incidente de Vueling, que debe ser aclarado, investigado por la compañía con transparencia de los resultados. Lo han solicitado también el Simon Wiesenthal Center y el Combat Antisemitism Movement a la par que el gobierno de Israel. Las ocurrencias de autoridades españolas en X sobran. Cabría la posibilidad incluso de que la explicación de la discriminación se haya utilizado para paliar ante los padres una mala gestión del regreso de los niños del campamento y que exista un proceso de victimización infundado. Particularmente, no veo yo a la tripulación de un vuelo liándola con una evacuación y retrasando dos horas su salida por un grito en hebreo, pero esto es una opinión con los mismos hechos fácticos que se conocen y que ellos utilizan para afirmar lo contrario y, por lo tanto, no tiene gran base. La situación es conflictiva y no puede manejarse como una cuestión emocional que lleve a pensar que el masivo respaldo español al pueblo palestino y el dolor unánime por la masacre que contra él lleva a cabo el Estado de Israel esté provocando discriminación religiosa hacia ciudadanos europeos. Investigación, transparencia, información. Un básico de la gestión de crisis que Vueling debe manejar; no en vano la imagen de un avión de su flota sobre los titulares que acusan de discriminación antisemita ha dado la vuelta al mundo. No es flaca crisis con la que torear. Sin complejos pero sin frivolidad y menos gubernamental. No tiene sentido provocar que la principal entidad mundial de memoria del Holocausto, Yad Vashem, tenga que pedir a un ministro que deje de “alentar el odio” y fomentar el antisemitismo: “Señor Puente, confundir su identidad religiosa con una nacionalidad extranjera es antisemitismo. Son judíos franceses. Europeos”. Tras estas amonestaciones y las realizadas por el diputado francés Vojetta: “Esas manifestaciones deberían darle vergüenza, investigue de una vez lo ocurrido en Valencia y, mientras esperamos sus conclusiones, pida disculpas por su mensaje”, el ministro de Transportes ha terminado por borrar su desafortunado tuit. Esto no ayuda a la compañía aérea ni a nuestra imagen como sociedad tolerante y abierta. Esperemos la verdad y pronto. Nota de rectificación. En la columna del pasado miércoles introduje a Rodríguez Uribes en la enumeración de títulos sospechos debido a que en la página oficial del PSOE aparecía como licenciado y no como doctor. José Manuel Rodríguez Uribes es Doctor en Derecho y su tesis doctoral fue publicada en Marcial Pons.
eldiario
hace alrededor de 13 horas
Compartir enlace
Leer mas >>

Comentarios

Opiniones