‘El camino del artista’ se convierte en superventas 30 años después

Seguí el método durante doce semanas, paso a paso. Acababa de dejar la política por segunda vez y quería escribir una novela, pero no sabía cómo. Pese a tener entonces más de media docena de libros y miles de artículos publicados, estaba perdida Una cantante habló en redes sobre 'El camino del artista', de Julia Cameron. Y se hizo viral. El libro se publicó hace 33 años; lo del vídeo ocurrió hace algunos meses; la cantante era desconocida para mí. Nadie había prestado atención al libro de Cameron en tiempos recientes, hasta que llegó esta artista. Cuando oí la noticia, pensé: qué cosas. Hay gente que descubre el libro de Cameron ahora. Pero es lógico: 'El camino del artista' es un 'long seller': libros que se venden durante años. Cada semana, alguien lo descubre. No le vuelvo a dar importancia. Hasta que hace cinco días veo el libro convertido en súperventas: directo al puesto número 4 de la lista de más vendidos de no ficción, en Culturas de 'La Vanguardia'. Me impresiona. No encuentro el adjetivo. Es más, no sé si el gremio tiene un término para libros que después de vender durante 33 años, se convierten en 'best sellers' como del rayo. Investigo el fenómeno. La cantante podría ser Doechii, una rapera espectacular. En 2024 se convirtió en la tercera mujer en la historia en ganar el Grammy al mejor album de rap. Es crítica con muchas cosas, entre otras, el machismo de la industria del rap. El libro de Julia Cameron la ayudó a desbloquear su creatividad. Como es un programa de doce semanas, ella fue documentando cada semana con un vídeo. Explicó que le había ayudado a encontrar su camino artístico. Doechii ha contado todo sobre su vida en YouTube: sus problemas económicos, su crisis personal, el haber sido víctima de 'bullying', sus pensamientos suicidas... y la lectura de Cameron. Quizá no sea Doechii quien lo ha hecho viral, me digo, porque en Tik Tok encuentro muchos influencers que hablan del libro. Pero no puedo terminar de saberlo con certeza: los medios en los que confío para informarme no han dado la noticia. La gente del mundo del libro, con la que hablo estos días (en cualquiera de las demasiadas fiestas de la Feria del Libro de Madrid) tampoco comenta nada. Se habla más bien de esa trituradora de papel llamada “novedades”. Hay toda una vida libresca en la que no se habla del libro de Julia Cameron ni de Doechii. No me sorprende. Yo lo leí hace casi diez años y lo he comentado con dos o tres personas. Seguí el método durante doce semanas, paso a paso. Acababa de dejar la política por segunda vez y quería escribir una novela, pero no sabía cómo. Pese a tener entonces más de media docena de libros y miles de artículos publicados, estaba perdida. Sólo sabía algo (lo sigo sabiendo). No recuerdo cuándo quise ser escritora: siempre. Pero sí recuerdo que escribir significaba inventar historias. Aquella niña imaginativa se había hundido tan abajo con el peso de la vida adulta que yo no sabía por dónde empezar a buscarla. Comencé con el libro de Cameron. Y funcionó. Logré escribir mi primera novela 'Si sufrir fuera sencillo'. Después la política, una corredora de cien metros lisos que me persigue hace tiempo, me volvió a alcanzar. Pero esa es otra historia... Me conocí mucho mejor con aquel libro. 'El camino del artista' es un método para desbloquear la creatividad que tiene dos aspectos contraintuitivos para una europea. En primer lugar, es autoayuda, o sea, libro práctico para gente corriente que se atasca con el mismo vivir. Y ya se sabe que a la gente muy intelectual no nos gusta lo práctico. En segundo lugar, Julia Cameron tiene una visión espiritual de la creatividad cercana a la religión. Yo soy agnóstica, pero asocié con facilidad esa espiritualidad a lo único en lo que creo: la naturaleza y la energía estelar que llevo dentro. En fin que quiero dar esta noticia: una rapera de Florida ha convertido a Julia Cameron en superventas en 2025. Hay otro mundo que lee de otra forma, vive en otro ecosistema, ajeno a los suplementos literarios y los mandarines. De pronto, esas dos líneas paralelas se tocan porque en un suplemento hay una rendija maravillosa. Alguien se desliza de noche, almohadillada como un gato, y ocupa el número cuatro de los más vendidos. Y entonces salimos todos un poco de nuestros silos, nos miramos cara a cara, y decimos: anda, tú también por aquí.

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