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Del desatino al ridículo

La gestión del escándalo protagonizado por Leire Díez y su trama de aficionados al espionaje está resultando desastrosa para el PSOE. La 'investigadora' de trapos sucios de la UCO, conocida como 'la fontanera' del partido, convocó este miércoles a los medios para una declaración pública con la que solo consiguió demostrar que los dirigentes socialistas han perdido el rumbo internamente y ante la opinión pública. Sin preguntas de los medios de comunicación, Díez leyó un papel con el que volvía a insultar la inteligencia de los españoles y mostraba el erial en el que se ha convertido el PSOE. Insistía la colaboradora de Santos Cerdán en que todas sus andanzas por las cloacas socialistas contra la Guardia Civil era, en realidad, una sesuda, arriesgada y responsable labor de periodismo de investigación. Poco menos le faltó pedir a los españoles que le agradecieran su ejercicio de compromiso con la verdad y con la democracia. Lo cierto es que cuanto más público es el personaje más insólito parece que el PSOE confiara en alguien así su estrategia de 'inteligencia' contra las redes policiales, judiciales y periodísticas que acosan a Pedro Sánchez. Si lo mejor que tienen los socialistas para urdir una red de información sensible es el binomio Cerdán-Díez, entonces se explica bien la descomposición en la que se encuentra el PSOE. Una descomposición que, por otro lado, es consecuencia de su desmantelamiento como partido político -que es algo muy serio en una democracia- y su transformación en un grupo de leales, con pocas alternativas vitales y profesionales a la obediencia al líder, todos ellos al servicio personal de su secretario general y presidente del Gobierno. La responsabilidad directa del desaguisado que este miércoles perpetró Leire Díez está compartida por Santos Cerdán y Pedro Sánchez, porque la comparecencia de la ex alto cargo de Correos no fue otra cosa que una parte de su pacto con el secretario de Organización del PSOE. El resultado ha sido agravar aún más el deterioro de la imagen del PSOE, algo difícil vistos los acontecimientos de las últimas semanas. Primero acuerdan una parodia de expediente informativo. Luego, una renuncia voluntaria al carné del partido. Y pretendían cerrar la brecha con un acto ante los medios de comunicación, lógicamente, sin preguntas, porque nada temerán más en Ferraz que la locuacidad de Leire Díez. Los finos estrategas de Ferraz no contaban, sin embargo, con que están metidos en una refriega entre bandas, en un choque de sujetos sin escrúpulos que no tienen nada que perder y mucho que ganar. La irrupción de Víctor de Aldama en el acto era una probabilidad que solo la falta de luces en los mentores socialistas de la 'investigadora' podía descartar. Su intervención terminó de reventar la estrategia acordada la víspera con la dirección de Ferraz. Por otro lado, la presencia del empresario Javier Pérez Dolset, en funciones de guardaespaldas de Díez, hizo que la versión de la exmilitante socialista -el inefable proyecto de periodismo de investigación- fuera aún más inverosímil, porque Dolset, que es un libro abierto, nunca ha escondido que su objetivo es descalificar a la UCO de la Guardia Civil. Como el de Leire Díez y demás sectarios embarcados en la operación. Lo que los ciudadanos están viendo es el proyecto fracasado de Pedro Sánchez, al que tantas veces se le había presumido una intuición política extraordinaria y que ahora se revela como un torpe muñidor de coartadas para protegerse de los escándalos de su entorno familiar y político más inmediato. No podía aspirar a mucho más si sus esperanzas estaban puestas en Santos Cerdán y Leire Díez.

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