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El PP y su bulosfera inquietos por la competencia

El PP y su bulosfera inquietos por la competencia
Habla de mafia el amigo íntimo de un narcotraficante y se desparrama en críticas “al bulo del Gobierno" el creador de la conspiranoia del 11M. Se han apuntado prácticamente todos los que viven de mentir sin descanso y los políticos que sufragan sus bulos, como asustados de que alguien les puede hacer sombra. Fue en julio de 2023. En el debate electoral de Antena3, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, apareció convertido en una metralleta de mentiras. Estrujaba los datos económicos del Gobierno sin pudor, aunque contravinieran la realidad avalada por una serie de organismos internacionales, incluida la Unión Europea. Solía mentir, pero esta vez era una estudiada táctica: una sucesión de golpes bajos disparados a ritmo acelerado. Feijóo se había sentado frente a Sánchez a accionar lo que se conocía como una “ametralladora de falacias”. No daba tiempo a rebatirlas por las sucesivas descargas. Esa intervención le costó las elecciones, no gustó tal suciedad. La impresión se confirmaría en la entrevista que una periodista de verdad, Silvia Intxaurrondo, le hizo en TVE evidenciando sus falsedades. Cuesta creer que la estrategia de derribo del Gobierno se base ahora en otra “ametralladora de falacias”, acompañada de fuego cruzado con insultos y más bulos. Ya lo dijo el jefe de la banda golpista: el que pueda hacer que haga, y es lo que desde Feijóo a Ayuso, pasando por toda la corte de oportunistas sin escrúpulos hacen con maestría. Están mejor organizados ahora, y el brazo mediático y algunos jueces secundan oportunamente –por acción u omisión–. Es tal la desfachatez exhibida estos días, que habla de mafia el amigo íntimo de un narcotraficante, miembro del partido que creó las cloacas del Estado para anular a adversarios políticos, y se desparrama en críticas “al bulo del gobierno que no rectifica” Pedro J. Ramírez, el creador de la conspiranoia del 11M que marcó un hito de profunda deshonra en el periodismo y causó un serio daño a la democracia. En realidad, se han apuntado prácticamente todos los que viven en sus medios pocilga de mentir sin descanso, como asustados de que alguien les pueda hacer sombra. Da hasta pudor decir que alguien como Ana Rosa Quintana se haya apuntado a esas críticas. Partiendo de los políticos del PP que echan dinero sin freno, dinero público, contratos, para que mientan. Hay una notable diferencia entre una equivocación y un bulo, una mentira. La primera es, según la RAE, tomar desacertadamente algo por cierto o adecuado. Un bulo es una noticia falsa propalada con algún fin. Hay una intencionalidad. El alto cargo de la UCO, Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, contratado por Ayuso no dijo textualmente lo de la bomba lapa como erróneamente transcribió algún medio extendiendo la noticia, pero soltó otra metralleta de graves insultos contra el Gobierno y la izquierda que deberían incapacitarlo para su cargo dentro de la Guardia Civil. Que Ayuso busque esos perfiles entra dentro de la lógica en su caso. Es la que más se ha apuntado a hacer lo que puede y mucho más para echar a Sánchez. Por cierto, llegando ya a niveles de bochorno institucional. Le siguen importando mucho más las cañitas de Madrid que los ancianos de las residencias y sus familias. Atraviesa malos momentos en ese terreno, otra jueza arrostra el riesgo de juzgar con dignidad el caso y hace falta ser muy valiente dados los tiempos que corren. Ahí estamos. La crispación sigue su ritmo creciente. Invade nuestras vidas ese fuego cruzado de mentiras, bulos, insultos, calumnias, ataques, descalificaciones, patrañas, infundios, que silban en todas las direcciones. Lo de Leire puede estar muy mal, pero el PP tiene doscientas Leires y. lo que es peor, a una Ayuso que es compendio de todo, cúspide de Cucas, Espes y Cayetanas. Si volvemos a mirar atrás a aquel julio de 2023 cuando Feijóo se destapó, y lo comparamos con este verano ya, dos años después, comprobamos a qué extremos se puede llegar cuando las urnas no dan los votos suficientes y no se estima en nada la democracia. Al punto, que se han atrevido a intentar dinamitar con un bulo el sistema electoral español, cuando claramente no cabe injerencia exterior alguna. Sigo, seguimos, muchas personas, echando en falta una reacción contundente del Gobierno. Le entregó el Poder Judicial de nuevo al PP, no sabemos por qué. Ése que calla ante demasiados desmanes, y cuya neutralidad necesitaría para atajar la intentona golpista. Entonces, ¿solo queda esperar a que la logren? Las mejores cifras de empleo en 17 años, pero si cree el Gobierno que con eso puede disipar la marea negra que extienden el PP y sus cómplices, está equivocado. Nadie pensó que un delincuente convicto de una treintena de delitos pudiera ser presidente de los Estados Unidos y ahí lo tienen, destruyendo la democracia de su país y la economía mundial. Se aupó con una interminable cadena de bulos. Un memorable artículo de Javier Valenzuela repasaba en 2018 las mentiras que desde Procopio en el siglo VI al trío de las Azores en 2003, desde el magnate de la prensa amarilla William Randolph Hearst –que prendió la mecha de la guerra de 1898–, a la conspiranoia del 11M de Pedro J. Ramírez en El Mundo, han existido y causado un daño inmenso. Con Trump se dio el pistoletazo de salida para una nueva fase que encuentra un aliado impagable en las redes sociales y una sociedad infantilizada en amplios sectores, crédula, que prefiere engullir mentiras a buscar razones a lo que le cuesta entender. No es solo la manipulación y la trampa, en su afán de poder por cualquier medio y forma, el PP ha extendido el odio en la sociedad. Uno de los sentimientos más intensos que en reacción termina siendo contagioso. Y dañino. “El odio es en sí una mentira. Hace el silencio, instintivamente, en torno a toda una parte del hombre. Niega lo que, en cualquier hombre, merece compasión. Miente, por lo tanto, esencialmente sobre el orden de las cosas”, reflexionaba el Premio Nobel de Literatura. Albert Camus. Y es verdad. Pero aún más, si cabe, cuando concluye: “Allí donde prolifere la mentira, la tiranía se anuncia o se perpetúa”. Fue en 1951 y se ha demostrado radicalmente cierto.

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