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La industria de defensa española: capaz y a tiempo

España vive un momento vertiginoso. Las instituciones europeas se han comprometido con el desarrollo industrial y, en particular, con la industria de defensa europea . Nos han puesto ante la necesidad y la urgencia de desarrollar una industria europea. No es una cuestión coyuntural; es un giro histórico que definirá el futuro durante los próximos treinta años y la mayor oportunidad para transformar nuestro modelo productivo y situar a la industria de defensa como motor de crecimiento, de innovación tecnológica y de empleo de calidad. No es la primera vez que afrontamos esta transformación. La automoción, un sector que conozco bien tras cuarenta años de trayectoria laboral al frente de Renault, fue el gran laboratorio. En 2012 sufrimos una grave crisis económica que se tradujo en una caída en la venta de coches a mínimos históricos. En aquella coyuntura, era muy complicado garantizar el futuro de las fábricas y todos nos planteamos nuestra continuidad. Mientras el fantasma del cierre sobrevolaba la industria, pusimos en marcha un plan industrial para reconvertir las capacidades productivas de las fábricas y ganar competitividad. Para evitar el cierre de la planta de Nissan de Ávila avanzamos hacia la reindustralizacion de la factoría, pasando de fabricar camiones a producir recambios para las plantas de la Alianza Renault Nissan. Otro hito decisivo fue apostar por la producción de híbridos antes de que el mercado abrazase la electrificación total. Había que caminar en esa dirección, pero con pausa, y preparamos a las plantas españolas para recibir altos volúmenes de producción en tiempo récord. Esas decisiones se cristalizaron en el plan industrial Renaultion España 2021-2024, seguramente el más ambicioso del sector, en tiempo mínimo, pero con la perspectiva de construir los cimientos de una industria. Hacer posible, lo imposible. Este es el camino a seguir en la industria de la defensa en España. El giro europeo es explícito. Es una hoja de ruta para llevar la capacidad industrial de defensa a un nivel nunca visto, con más inversión conjunta, menos fragmentación y con el objetivo de que la compra pública se haga dentro de Europa. Pero no podemos atraer fondos europeos sin entender que esta inversión debe revertir en empleo, más salidas profesionales para nuestros jóvenes, en más y mejor tecnología propia y en la construcción de una economía industrial de país; de cada rincón de nuestro país. Nosotros no tenemos duda alguna de la capacidad tecnológica de nuestras empresas y de nuestras 'startups'. Pero tenemos el reto empresarial y social de cambiar nuestra mirada. Tenemos que mirar hacia el futuro más allá de la inmediatez. Tenemos que entender que defensa es industria y que industria es tecnología . Asentar este pilar y, lo más importante, apostar e invertir en él. Sé que cuando hablamos de innovación nunca es suficiente, pero en este contexto España parte con una ventaja diferencial. Pocas naciones europeas pueden presumir de un tejido industrial con tanta tradición, de universidades y centros de Formación Profesional que año tras año forman ingenieros de primer nivel, y de empresas capaces de competir en los mercados más exigentes. El ecosistema español de defensa, seguridad, aeronáutica y espacio facturó en 2023, según el informe de PwC para Tedae, 13.900 millones de euros, aportó 19.688 millones al PIB (el 12 por ciento del PIB industrial), generó 215.607 empleos directos e indirectos y destinó 2.403 millones a I+D+i, el 27 por iento de toda la inversión en I+D de la industria española. Innovación y tecnología avanzadas: estas dos palabras sustentan la estrategia de la Indra del mañana . Queremos ser referente europeo en el sector espacial con la construcción de un satélite que cubra toda la cadena de valor, con visión dual civil y militar. Seremos motor de crecimiento industrial con nuestra división Indra Land Vehicles, que abordará todo el proceso de diseño, producción, montaje, integración de sistemas, puesta a punto, entrega y mantenimiento en Asturias, una zona de España fuertemente industrializada y con una red de proveedores experimentados. También con IndraMind, que trabaja el campo de la Inteligencia Artificial, 'ciber', 'cloud' y 'data' con aplicación dual civil-militar. Y muchos más. Europa nos dice que la inversión en investigación y tecnología es crucial para asegurar la superioridad tecnológica de la UE y acabar con su dependencia. Por eso es imprescindible que sigamos apostando por desarrollos tecnológicos propios e integrarlos en nuestras cadenas productivas. Servirá para reforzar la posición de Europa y su capacidad de decisión y la de España en Europa. Servirá para crear miles de empleos, para apoyar nuestras 'startups', para que nuestros jóvenes tengan un horizonte laboral, para desarrollar otras industrias auxiliares en el ámbito local, para movilizar sus economías y su desarrollo. Para crear.

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