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Sánchez no puede con Madrid

Las encuestas que ABC ha publicado esta semana sobre la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid ponen sobre la mesa un problema estructural de la política nacional de Sánchez: su intento de desgastar al PP a través de Isabel Díaz Ayuso y de asediar a la Comunidad de Madrid no funciona. El ataque constante desde todos los frentes, no solo de la presidenta popular, sino de la región y su prosperidad como origen de todos los males que sufre el país no surte efecto en los populares, desgasta al Gobierno, lastra la riqueza en la capital de España y polariza el clima innecesariamente. Los datos son claros. Los sondeos de GAD3 que este diario ha desgranado en los últimos días dibujan un panorama en el que sus ciudadanos apoyan con amplia mayoría absoluta a la presidenta autonómica y al alcalde de la capital , además de valorar positivamente los servicios que reciben, pese a que deban seguir mejorando y ningún administrador de lo público se pueda permitir dormirse en los laureles, no por mero rédito electoral sino porque aún quedan lagunas en aspectos importantes (sanidad o vivienda) que requieren, según los madrileños, una mejora más o menos sustancial. En el ecuador de la legislatura, la mayoría absoluta con la que Ayuso renovó la presidencia de la Comunidad sigue intacta en 70 diputados de una cámara de 135. El bloque de la derecha gana tres asientos y acumula un 57 por ciento de los votos. La izquierda pierde tres diputados y un punto y medio en intención de voto y se produce en ella una inversión por la que el PSOE recupera la cabeza de la oposición por el hundimiento de Más Madrid, que perdería uno de cada tres votos. Desde el comienzo de la fenomenal pugna entre ambos, Sánchez se propuso terminar con Ayuso empujado por alguna obsesión enfermiza. Tanto él mismo como Pablo Iglesias (que salió al ruedo de candidato y terminó retirándose de la política) se enfrentaron a ella en un empeño personal que no les da frutos. El poder de Sánchez cojea aún más sin la mayoría de las comunidades, principalmente sin Madrid, motor económico del país. En lugar de celebrar la pujanza económica de la región, Sánchez más bien ha señalado la riqueza madrileña como madre de todos los males que aquejan al país y la ha cercado desde el punto de vista fiscal, regulatorio y discursivo. El sanchismo ha torpedeado en todo lo que ha sido capaz la actividad y el prestigio de Ayuso y en esa descabellada misión ha ido más allá de los límites mínimos de la moral y del Estado de derecho. Uno de los dos pilares de la ‘ayusofobia’ de Sánchez ha sido el intento de adscribirle personalmente los muertos en las residencias de ancianos en pandemia en una campaña que no se ve en otras comunidades socialistas en las que fallecieron ancianos en similares circunstancias. En este intento la han llegado a calificar de «asesina». El segundo flanco ha sido la situación fiscal del novio de la presidenta que se puso sobre el tablero para tapar los escándalos de la esposa del presidente del Gobierno y se expusieron con métodos que van más allá de lo legal. Actualmente, el fiscal general está siendo investigado en el Tribunal Supremo por filtrar presuntamente datos de un particular a la prensa. Con independencia de que la encuesta revele que Ayuso no ha gestionado de manera adecuada la polémica de su pareja (52 por ciento, frente a un 37 que sí lo considera), y pese a la magnitud de recursos y la crudeza que emplea, la maniobra política de Moncloa contra Sol no obtiene resultado alguno a la luz de los sondeos y sería aconsejable que Sánchez desistiera por la salud democrática del país, la moderación en el espacio público, la prosperidad de la región y el bienestar de sus habitantes.
abc.es
hace alrededor de 6 horas
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