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Turismo regenerativo

La historia de la isla de Lanzarote está profundamente marcada por una visión: la que supo sembrar el artista César Manrique cuando apostó por un modelo de prosperidad turística para Canarias compatible con el respeto a la naturaleza, la identidad insular y la belleza como principio rector. Su legado, tan vivo como desafiante cuando se suman casi 33 años desde su fallecimiento, sigue siendo hoy una brújula ética y estética para quienes creemos que el futuro de nuestro archipiélago no puede verse desligado de la sostenibilidad y el compromiso sincero con el territorio. Quizá ya no tengamos entre nosotros a figuras inspiradoras como Manrique, faros irrepetibles que nos mostraron el camino. Pero sí conservamos sus enseñanzas. Por tanto, hablamos de faros que, si los sabemos entender, nos siguen iluminando con su visión innovadora, incluso rupturista. Es hora de interpretar con responsabilidad la misión que los nuevos tiempos nos han encomendado: cuidar lo que somos mientras construimos lo que podemos llegar a ser. Lo que quizá aún no somos, porque no nos hemos atrevido a intentarlo de verdad. Y solo lo lograremos fortaleciendo una necesaria alianza entre el sector público y el privado, guiada por los principios éticos, estéticos y territoriales, en este caso, que defiende la Fundación César Manrique. Solo desde esa convergencia, es posible un modelo que preserve el alma del paisaje y la dignidad de nuestra gente. Debemos avanzar hacia lo que queremos ser en los próximos decenios, pero sin olvidar. Somos muchos los que creemos firmemente que esta isla reúne las condiciones idóneas para convertirse en un laboratorio de excelencia e innovación en el turismo regenerativo, un potencial referente internacional del que no sólo se beneficiaría el archipiélago canario, sino el conjunto del modelo turístico y de ocio español. No hablamos sólo de reducir el impacto negativo del turismo, de modular sus externalidades negativas (asunto este que genera un debate inmenso en todo el territorio español), sino de generar un impacto netamente positivo en el entorno y en las personas que lo habitan. César así lo consideraba, y su legado lo encontramos a diario en los Centros de Arte Cultura y Turismo, que muestran al local, al turista y al mundo una visión que enmarca la belleza natural en simbiosis saludable con el desarrollo económico. Nuestra experiencia nos permite tener una visión transversal sobre los retos y oportunidades del desarrollo insular. Sabemos que el respeto al entorno no es una etiqueta, sino una estrategia de largo recorrido con metas claras y medibles. Y sabemos también que el verdadero cambio se produce cuando las palabras se transforman en hechos. La tentación de hablar y no hacer, es una de las amenazas más serias a las que se enfrentan las sociedades desarrolladas del presente. El turismo regenerativo exige un enfoque integral. Hablamos de modelos de alojamiento con baja huella ecológica, de movilidad sostenible, de integración real con la comunidad local, de economía circular y de una apuesta decidida por el conocimiento, la formación y la tecnología. Pero también hablamos de belleza, de respeto, de sentido del lugar. Porque regenerar no es sólo reparar daños, es innovar para generar nuevos espacios de belleza, de inspiración, de humanismo; en suma, de vida. Como el alisio que no pertenece a nadie y sin embargo nos abraza a todos, así es el compromiso con Lanzarote: un compromiso de todos. De los profesionales del diseño, del arte, de la arquitectura, de la comunicación, de las universidades, de los centros de innovación y de la sociedad civil. De esta forma, la regeneración no será una moda pasajera, sino una cultura compartida. Y los empresarios estamos dispuestos a contribuir con hechos. Desde las iniciativas de turismo sostenible hasta proyectos de logística verde, pasando por la colaboración con instituciones para desarrollar infraestructuras alineadas con el respeto por el territorio. Pero este camino exige también liderazgo. Un liderazgo que no se impone, sino que convoca. Que entiende que la reputación se construye desde el ejemplo, la humildad y el compromiso a largo plazo. Apelamos e invitamos a una unidad de acción decidida para construir juntos un modelo de turismo singular que será el gran legado que dejaremos a nuestros hijos: progreso y calidad de vida, asentados sobre el respeto.

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