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Feijóo no se puede fiar ni del Banco de España

En un gesto con pocos precedentes, Feijóo se decide a hablar de economía en el Congreso, aunque al final resulta una falsa alarma. Un informe del Banco de España sobre productividad vuelve a dejarle sin argumentos, como le ha ocurrido con las instituciones internacionalesMarlaska exige “neutralidad” a la Policía y la Guardia Civil y recuerda que filtrar investigaciones “sería un delito” No hay manera de que Alberto Núñez Feijóo pueda hablar tranquilo sobre economía. Por eso, suele abstenerse de hacerlo al saber que casi todas las cartas ganadoras están en poder de Pedro Sánchez. Lo intenta a veces y la cosa no suele acabar bien para sus intereses. Quizá es porque existe una trama conspiratoria que le perjudica y de la que forman parte la Comisión Europea, la OCDE, el FMI, The Economist y el Financial Times. Todas estas pérfidas organizaciones vendidas al sanchismo se conjuran para anunciar que la economía española va bien o muy bien, creciendo muy por encima de las principales economías de la Unión Europea. Otra institución se unió el miércoles a este panorama tan deprimente para el PP. El Banco de España emitió un informe con un análisis sobre la productividad de la economía española que también deja en mal lugar las críticas habituales de la oposición. En el balance de 2024, el banco central afirma que “la productividad aumentó en la economía española más que en la eurozona, en Alemania y en Francia, tanto si esta se mide por trabajador como por hora trabajada, en términos de capital o en términos de todos los factores”. En su análisis, el Banco de España también valora la evolución de la economía en este punto desde la pandemia. Afirma que se puede observar desde 2019 “un comportamiento más dinámico de todas las medidas de productividad en nuestro país”. Si ni siquiera con la productividad –un punto habitualmente débil de la estructura productiva del país– el PP puede hincar el diente al cuestionar el análisis optimista o incluso triunfalista del Gobierno, la oposición se va a quedar en un estado de inanición argumental. Sólo le queda centrarse en asuntos como la desigualdad que nunca han preocupado demasiado al partido en sus etapas de gobierno. No hay más que recordar lo que pensaba Rajoy sobre cómo combatir la desigualdad. Bastaba con crear empleo. Los datos esgrimidos por el banco se conocieron en la tarde del martes. Bien porque ya lo tenía previsto o porque necesitaba neutralizar todo mensaje positivo, Feijóo habló de economía en la sesión de control del miércoles. Un poco, sin pasarse. “La sensación en la calle, esa que usted no puede pisar, es que el único servicio puntual en España es Hacienda”, dijo, antes de recurrir a un meme tradicional del PP que consiste en sostener que Sánchez ha subido 97 impuestos. Cuando el PP mostró en Twitter ejemplos de esas subidas, sólo pudo llegar a 31. Algunas no eran tales. Como el Gobierno aprobó una rebaja temporal del IVA de los alimentos o de la luz, cuando el porcentaje volvió a su nivel anterior, eso ya era considerada una subida de impuestos por el partido. Hasta las actualizaciones catastrales se convertían en subidas fiscales. Pero el PP no va a dejar de hablar del tema, aunque su contabilidad fiscal sea tan creativa como la de Nacho Cano. Feijóo se refirió a un tema real, la pobreza infantil, que coloca a España en la peor posición en Europa. El índice de pobreza es una de las marcas negativas de todos los gobiernos españoles, por mucho que el índice Gini, que mide la desigualdad, haya descendido desde 2014 a un ritmo similar al de la caída del desempleo. Los datos de Eurostat muestran que España tiene el cuarto peor porcentaje de Europa en personas en riesgo de pobreza o exclusión social. Es una desgracia producto de decisiones políticas concretas. Del total de transferencias del Estado, el 20% de los hogares más pobres solo recibe el 12% del total, mientras que el 20% más rico acapara más del 30%. Reciben más ayudas aquellos quienes menos las necesitan. Eso es un análisis demasiado profundo como para que Feijóo o Sánchez quieran meterse. “El PIB no se come”, dijo Feijóo en pleno, y es una idea correcta. Las previsiones de la OCDE no te llenan el estómago. Lo que es seguro es que sin las tasas de crecimiento que ha tenido España después del fin de la pandemia no puedes llegar a 21,5 millones de afiliados a la Seguridad Social. Y con los sueldos de esos empleos creados y con el aumento consiguiente de la renta disponible para los hogares sí se come. Salvador Cerdán llega al Congreso el miércoles para la sesión de control. Lo de hablar de economía era un espejismo que el líder del PP puso ante el hemiciclo. En seguida, llegó lo que importaba, que era Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, al que amenaza una nueva figura en las investigaciones de corrupción: rumores sobre un informe de la UCO que todavía ha leído nadie y quizá tampoco el juez. “El Gobierno está llenando los bolsillos de los corruptos”, dijo Feijóo antes de retar a Sánchez para que dijera si avala la conducta de Cerdán. Sánchez recordó lo que decía Feijóo cuando llegó a Madrid. “Para lo que hemos quedado, señor Feijóo. Usted que no venía a insultar y ahora difamando a personas honestas”, le respondió. Prefirió no mencionar el nombre de Cerdán. Ante los periodistas, Cerdán admitió el martes que había preguntado en ocasiones a altos cargos sobre obras públicas en Navarra, provincia de la que es diputado, y también sobre obras en el resto de España por ser coordinador territorial del partido en 2020. Se supone que los diputados están para algo más que para apretar el botón de votación y que interesarse por las obras pendientes en sus circunscripciones debería formar parte del trabajo. “Ninguna (de esas gestiones) es constitutiva de un delito. Eso lo tengo clarísimo”, dijo Cerdán. Lo malo para él es que no concretó mucho más. Tiene difícil desmentir algo que no conoce y no debería dar por hecho que lo que cuentan algunos medios sobre esos rumores es cierto. Pero de lo que se le acusa es de favorecer la adjudicación de obras a una trama corrupta. Le ayudaría a él y a su partido que se diera información concreta sobre las gestiones que hizo. Decir sin más que ha hecho “muchas veces preguntas sobre obras” no ayuda a despejar ninguna incógnita y sólo sirve para alimentar la máquina de titulares. Tampoco es que necesiten mucha materia prima de calidad por lo que se ha visto en los últimos tiempos.
eldiario
hace alrededor de 9 horas
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