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En pleno cambio climático, las ciudades solo tienen una pregunta que responder: convertirse en una esponja o en una ratonera

En pleno cambio climático, las ciudades solo tienen una pregunta que responder: convertirse en una esponja o en una ratonera
Los "desastres relacionados con el clima" han aumentado desde los años 70. Lo dice la Organización Meteorológica Mundial. Y no un poco: se han multiplicado por cinco a lo largo de las últimas cinco décadas.  Según sus cálculos, en los años 80 se registraron 1.400 incidentes —sus tablas incluyen fenómenos meteorológicos, climáticos e hídricos extremos— y en los 90, algo más de 2.200. En la primera década del siglo XXI se alcanzaron los 3.500 y durante la última, la que abarca de 2010 a 2019, se rozaron los 3.200. Eso, como hemos visto estos días, incluye las inundaciones. Cada grado de más, es un 7% más de humedad en la atmósfera. Por desgracia, no estamos preparados.  ¿Cómo que no estamos preparados? La lista es casi interminable, pero dejémoslo en lo más evidente: malas decisiones en urbanización, sellado de suelos, ocupación de zonas inundables o infraestructuras obsoletas e infradimensionadas... Solo hay que coger uno de esos factores para encontrar toneladas de evidencias que demuestran que nos hemos creado un problema enorme a nosotros mismos. La buena noticia es que eso no tiene por qué ser así. En Xataka Cada vez hay más fenómenos meteorológicos extremos. A cambio, están dejando menos víctimas que nunca Al menos, eso es lo que creen en Dinamarca. Copenhague está desplegando una estrategia de "ciudad-esponja" de la que (si tienen razón) tendríamos mucho que aprender.  ¿Cómo cambiar tu ciudad en tres cómodos pasos? El primero es creerse que hay un problema. Copenhague lo cree: según sus propios documentos, la ciudad espera un aumento de hasta 30% más de lluvia antes de que acabe el siglo. También sabe que tiene demasiadas superficies selladas, que no se permite la infiltración y aumenta el riesgo de escorrentías. Eso significa muchas cosas; pero, sobre todo, dinero. Cuando en 2011, Copenhague sufrió un episodio extraordinario de lluvias, los daños que provocó se valoran en más de mil millones. El segundo paso es tener un plan. El plan de la capital danesa es sencillo: combina soluciones basadas en la naturaleza con otras propias de la ingeniería. La intención es "absorber, infiltrar, almacenar, filtrar y reutilizar el agua de lluvia" antes de que cause inundaciones. Suena bien, pero cómo se haría: Permeabilizando las superficies: pavimentos drenantes, adoquines con huecos, etc.Creando zonas verdesPromoviendo cubiertas vegetales (azoteas verdes, por ejemplo)Adaptando las lagunas y estanques para convertirlas en zonas de retención temporales.Reconvertir los canales y acequias como corredores de drenaje.Integrar la infraestructura "gris" (tuberías, alcantarillado, etc...) para poder aprovecharla El tercer paso es ponerlo en marcha. Porque el concepto no es nuevo (China lo ha convertido en una política nacional), pero ha sido muy difícil ponerlo en marcha. De hecho, Copenhague solo se puso manos a la obra tras el desastre de 2011.  Pero la clave es el largo plazo: no hay forma de cambiar la faz de una ciudad en tres telediarios. El Cloudburst Management Plan danés contenía 300 proyectos en un plazo de 20 años. Cosas que van desde el rediseño de calles o parques a la creación de una gran infraestructura pluvial. ¿Este es el camino? Si esa es la pregunta, la única respuesta cabal es que no lo sabemos. Pero es alentador ver que hay gente trabajando en buscar alternativas al caos que vemos año sí, año también en nuestro país.No ocurre a menudo que la alternativa más viable sea, además, tan extremadamente cara. Pero esta es la situación que tenemos y sería fantástico poder aprender de todas las experiencias previas. Imagen | Nick KarvounisEn Xataka | La pregunta no es cuándo va a dejar de llover, la pregunta es cuánta agua más va a caer este otoño - La noticia En pleno cambio climático, las ciudades solo tienen una pregunta que responder: convertirse en una esponja o en una ratonera fue publicada originalmente en Xataka por Javier Jiménez .

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