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Avisar de controles en redes puede salir caro: la DGT advierte de sanciones y riesgos para la seguridad vial

Avisar de controles en redes puede salir caro: la DGT advierte de sanciones y riesgos para la seguridad vial
El organismo destaca que "puede que esa persona ponga en peligro tu vida o la de otros usuarios”Los dueños de coches eléctricos pueden pagar hasta un 75% menos en el impuesto de circulación: así funciona en cada territorio Avisar por redes sociales o mensajería privada de la ubicación de un control de tráfico es, para muchos conductores, un gesto rutinario o incluso solidario. Pero la Dirección General de Tráfico (DGT) lo considera algo mucho más grave: un acto que compromete la seguridad vial, dificulta la labor de los agentes y, según las circunstancias, puede derivar en una infracción sancionable. Así lo recordó el organismo en una comunicación oficial publicada el 31 de octubre de 2024 bajo el título: “No sabes a quién avisas”. La advertencia no se dirige solo a quienes avisan con ráfagas o gestos desde el coche —una conducta ya sancionable desde hace años según el Reglamento General de Circulación—, sino también a quienes difunden ubicaciones de controles a través de redes, grupos de WhatsApp o canales de Telegram. Especialmente preocupante para la DGT es la existencia de comunidades organizadas que comparten información en tiempo real sobre puntos de control, radares móviles y alcoholímetros. El riesgo: no sabes a quién estás protegiendo En su nota oficial, la DGT es clara: al avisar de un control, “no sabes si estás facilitando que una persona que ha consumido alcohol o drogas, que circula sin permiso o con un vehículo sin ITV, eluda un control”. Y añade: “puede que esa persona ponga en peligro tu vida o la de otros usuarios”. La institución recuerda que la localización de los controles no se publica con antelación precisamente para garantizar su eficacia disuasoria y proteger a la población. Frente a los argumentos que defienden el derecho a compartir información vial, la DGT establece una diferencia clara entre avisos de retenciones, accidentes o condiciones meteorológicas adversas —considerados útiles y legales— y la difusión de datos sobre controles policiales, que pueden obstruir una actuación preventiva o represiva en marcha. Qué dice la ley: infracción grave Aunque actualmente no existe un artículo específico en la Ley de Tráfico que castigue directamente estos avisos digitales, sí existen mecanismos sancionadores. El artículo 36.23 de la Ley de Seguridad Ciudadana considera infracción grave “el uso no autorizado de imágenes o datos de miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad” cuando pongan en peligro su seguridad o el éxito de una operación. Esta base ya ha sido empleada en sanciones reales contra administradores de grupos que alertaban sobre controles. En el plano legal, las sanciones actuales dependen del modo en que se difunda la información. Alertar con señales luminosas a otros conductores sobre la presencia de un control conlleva una multa de hasta 200 euros, según el Reglamento General de Circulación. Pero si la difusión se realiza a través de redes sociales o aplicaciones de mensajería, y se considera que compromete la seguridad de los agentes o el éxito del operativo, puede aplicarse el artículo 36.23 de la Ley de Seguridad Ciudadana, que contempla multas de entre 601 y 30.000 euros. Además, el Congreso ha aprobado una proposición para reformar la Ley de Tráfico, que, de materializarse, sancionará con hasta 500 euros a quienes compartan esta información y con multas de hasta 20.000 euros a quienes gestionen grupos o canales dedicados a hacerlo de forma habitual. Además, el Congreso aprobó en 2024 una proposición no de ley para modificar el artículo 77 de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, con el objetivo de sancionar expresamente la difusión de información que impida o dificulte las labores de vigilancia del cumplimiento de las normas de circulación. Controles móviles e imprevisibles Mientras la legislación se adapta, la DGT ha intensificado otras estrategias. Entre ellas, los controles exprés, que se instalan en puntos aleatorios por tiempo limitado, y los controles dinámicos, en los que una patrulla circula y selecciona vehículos al azar. Esta modalidad hace prácticamente inútiles los avisos, ya que la ubicación del control cambia constantemente. La eficacia de estas acciones depende en gran medida del efecto sorpresa. La propia DGT insiste en que su objetivo no es multar más, sino evitar que personas que suponen un peligro se escapen de los controles gracias a alertas compartidas por otros conductores. Más allá de la multa: una cuestión de responsabilidad El debate sobre si alertar de un control es un acto solidario o irresponsable se cuela habitualmente en la conversación pública. Pero el enfoque de la DGT es inequívoco: no se trata de moralizar, sino de preservar la seguridad colectiva. Si quien recibe el aviso está bajo los efectos del alcohol, conduce sin puntos o lleva un vehículo en mal estado, la alerta puede tener consecuencias directas sobre la integridad de terceros. De ahí que la campaña insista en apelar a la conciencia de los conductores. “Avisar de un control no ayuda a tus amigos; puede ayudar a alguien que ponga en peligro a tus amigos”, señala la DGT, en un intento de desactivar la lógica de complicidad que aún subsiste entre muchos usuarios.

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