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El tractor eléctrico español que cultiva el campo y también puede operar en zonas de conflicto

El tractor eléctrico español que cultiva el campo y también puede operar en zonas de conflicto
Versatilidad - Gracias a un sistema de acople estándar, el Voltrac puede pasar de trabajar en el campo a transportar suministros en zonas de combate simplemente cambiando su configuración superior.Así se podría obtener hidrógeno para vehículos usando solo agua del mar y latas usadas El desarrollo de vehículos con doble función ha dejado de ser una aspiración industrial para convertirse en una necesidad concreta. La tensión creciente en distintas zonas de Europa del Este, Oriente Medio y el Sahel ha empujado a gobiernos, empresas y ejércitos a invertir en plataformas capaces de operar en paz y conflicto con la misma eficacia. Esa versatilidad no busca solo eficiencia, también reduce costes logísticos y agiliza respuestas en contextos hostiles. En medio de ese panorama aparece un tractor valenciano que combina labores agrícolas con transporte militar de alta precisión. La modularidad del sistema permite adaptar el mismo chasis a tareas agrícolas y militares El modelo se llama Voltrac y se aleja de la imagen tradicional del tractor rural. No tiene cabina, funciona con baterías eléctricas de 200 kW y es capaz de transportar hasta 4.000 kilos a una velocidad de 40 kilómetros por hora. Aunque su diseño ha sido pensado para el campo, también puede moverse con fluidez por zonas de combate, llevando suministros sin exponer a ninguna persona. La base del vehículo incluye enganches estándar para tareas agrícolas, pero basta con sustituirlos por una plataforma plana o un sistema de protección electrónica para reconvertirlo en una herramienta logística militar. En una entrevista con The Next Web, Francisco Infante Aguirre, cofundador y director técnico de la empresa, explicó que su uso se extiende a contextos especialmente arriesgados como los de la guerra en Ucrania, al señalar que en estos conflictos “se pierden muchas vidas en situaciones no bélicas, incluidas las misiones de reabastecimiento en primera línea”. La siguiente versión incluirá herramientas de autoaprendizaje que ajustan el tratamiento de cada parcela mediante sensores El diseño del Voltrac permite mantener la estructura sin cambios mecánicos complejos. Su arquitectura modular facilita que un solo modelo sirva tanto para mover fertilizantes en una finca como para transportar munición en entornos hostiles. En su versión avanzada, puede integrar sistemas de detección de minas o tecnologías antiinterferencia, además de operar con drones interceptores. La gestión del vehículo se realiza por control remoto, aunque el objetivo a medio plazo es que pueda desplazarse de forma completamente autónoma. El sistema de conducción, por ahora, depende de estaciones remotas que permiten manejar varios tractores simultáneamente, como si se tratara de drones de visión en primera persona. La empresa busca que, una vez superadas las barreras legales, el tractor sea capaz de conducir por sí mismo, tomar decisiones en campo y ajustar sus movimientos en función del terreno o las condiciones operativas. No se trata solo de liberar a una persona del volante, sino de que la máquina reaccione en tiempo real en entornos cambiantes y peligrosos. La siguiente fase de desarrollo prevé un sistema experimental integrado en cada unidad. Este mecanismo permitirá aplicar tratamientos distintos en cada parcela del terreno, analizar sus resultados con sensores y ajustar los procedimientos agrícolas sobre la marcha. Esa capacidad de autoaprendizaje constante busca aumentar la productividad y reducir el uso de químicos, optimizando el trabajo sin intervención directa. La arquitectura del Voltrac permite integrar plataformas planas, sensores de minas o escudos electrónicos sin cambios estructurales El proyecto ha tomado forma gracias a la alianza de dos perfiles muy distintos. Thomas Hubregtsen, con experiencia previa en inteligencia artificial en Google X y BMW, lidera el área tecnológica. Francisco Infante Aguirre, en cambio, procede del sector aeroespacial y tiene vínculos familiares con la distribución de maquinaria agrícola en España. Ambos fundaron Voltrac hace poco más de un año. El futuro inmediato pasa por consolidarse como solución en el campo y en el frente Con un presupuesto inicial de dos millones de euros, han logrado fabricar el primer prototipo en tiempo récord y trabajan ya en el desarrollo completo del sistema, tanto a nivel de hardware como de software. Sus planes pasan por fabricar internamente todos los componentes posibles, utilizando piezas estándar del mercado y reduciendo la complejidad del conjunto. Gracias a esa simplificación, Voltrac emplea un 70 % menos de piezas que un tractor convencional. Las primeras unidades podrían entregarse a principios de 2026. Para entonces, los responsables de la startup esperan haber consolidado acuerdos en los sectores agrícola y de defensa. En palabras de Infante, la propuesta tiene sentido en ambos terrenos al reivindicar que “está diseñada para terrenos difíciles y no pone en riesgo la vida humana. Puede realizar el mismo trabajo, ya sea transportando cultivos o munición”. Más allá del éxito comercial o la innovación técnica, Voltrac representa una nueva generación de vehículos pensados para moverse entre mundos distintos sin necesidad de elegir uno solo. Su diseño plantea una alternativa práctica ante escenarios cada vez más imprevisibles, en los que la adaptabilidad deja de ser una ventaja para convertirse en una condición esencial. En esa transición hacia herramientas capaces de servir con la misma solvencia en el campo y en el frente, este tractor eléctrico valenciano marca el rumbo.

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