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La tecnología da un brillo de credibilidad al viaje responsable de la alta joyería

La trazabilidad en la joyería se ha convertido en un elemento fundamental para garantizar la transparencia en toda la cadena de suministro, desde el origen de las materias primas hasta la entrega del producto final. La tecnología está siendo clave para este cambio que reclama la sociedad. «En un sector tradicionalmente cerrado como el de la joyería, contar con sistemas de trazabilidad permite a los clientes conocer con precisión el origen de los materiales, las condiciones éticas y laborales en las que han sido extraídos o reciclados, así como los procesos de transformación y montaje que se han seguido en cada fase», indica Rosa Tous, vicepresidenta corporativa de Tous. Esto no solo fortalece la confianza del consumidor, «sino que también impulsa un cambio positivo en la industria al promover prácticas más responsables», añade. La ya consolidada firma española es miembro, desde 2018, del Responsible Jewellery Council (RJC), que certifica los máximos estándares de ética empresarial y cadenas de suministro responsables. Además, desde 2020, «mantenemos una alianza estratégica con Tracemark, empresa pionera en trazabilidad certificada para joyería, con el objetivo de garantizar la transparencia total desde el origen de las materias primas que componen nuestras piezas, pasando por cada eslabón de la cadena de suministro, hasta las manos de nuestros consumidores», añade. Gracias a esta colaboración, cada joya trazable de Tous incorpora un código alfanumérico único en la pieza que la hace única y a la vez la identifica. «Cada pieza viene acompañada con una etiqueta con el mismo código alfanumérico único y un QR, a través del cual el cliente puede acceder a un panel digital interactivo, que se puede consultar desde el propio smartphone, y que incluye información detallada sobre la procedencia de los materiales, el proceso de manufactura y las certificaciones éticas y medioambientales que respaldan cada fase de la cadena de valor. Además, el consumidor final puede registrar la propiedad de su joya y obtener, desde el panel de trazabilidad, su Pasaporte Digital de Producto en formato Passbook. Tous ha ampliado de forma significativa su compromiso con la trazabilidad en las nuevas colecciones, «consolidando nuestra visión de una joyería más ética, transparente y responsable», indica Rosa Tous. Tras el lanzamiento inicial de la colección Teddy Bear Stars, que marcó el inicio de su colaboración con Tracemark en materia de trazabilidad certificada, «hemos continuado integrando este estándar en otras colecciones destacadas de nuestra oferta». La vicepresidenta corporativa de Tous reconoce que implantar la trazabilidad en sus colecciones ha supuesto un reto importante «que ha implicado adaptar procesos, transformar la cadena de suministro y establecer alianzas con proveedores certificados que compartan nuestros estándares éticos y medioambientales». Berta Serret, fundadora de Tracemark, recuerda que la transparencia siempre ha sido un valor clave dentro de la industria del lujo, pero históricamente, difícil de demostrar. «Hoy, gracias a las tecnologías emergentes en Tracemark somos capaces de proporcionar esa transparencia de forma verificada a lo largo de la cadena de suministro de una joya: desde el origen de las materias primas, pasando por cada eslabón de la cadena de suministro, hasta las manos del consumidor final», resalta. Asegura que certificar la trazabilidad de una joya es complejo porque intervienen múltiples actores y procesos a lo largo de la cadena de valor: desde el origen de los diamantes y metales reciclados, hasta el diseño, manufactura, distribución y venta. Cada etapa se produce en países distintos, con normativas diferentes y sistemas poco integrados. «Nosotros hemos desarrollado una tecnología propia que conecta de forma integral cada eslabón de la cadena de suministro de una joya. Esta solución permite verificar con rigor cada etapa del proceso, generando una trazabilidad completa, certificada y auditada externamente para cada pieza», explica la fundadora. Es la primera solución integral de trazabilidad certificada para la industria de la joyería. «Nuestra misión es aportar transparencia en el sector joyero, generar una confianza verificable y promover la innovación dentro de la industria del lujo», puntualiza la también CEO de la compañía. El crecimiento de sus clientes ha sido constante y muy positivo, «especialmente entre las marcas de joyería que buscan afianzar su compromiso con la sostenibilidad de forma verificable y dar respuesta a una demanda cada vez más clara de transparencia por parte del consumidor», señala Berta Serret. Nota que el sector está en plena transformación con la trazabilidad como «elemento estratégico, tanto para satisfacer las nuevas expectativas del cliente final como para anticiparse a las nuevas regulaciones impulsadas desde la Unión Europea». Tiene claro que las marcas entienden que certificar el origen y recorrido de sus piezas no solo fortalece la confianza del cliente, sino que también posiciona a la empresa como referente en un mercado donde la sostenibilidad y la transparencia marcan el rumbo del futuro. La firma de joyas Facet ha hecho de la trazabilidad un pilar fundamental de su estrategia empresarial. «Desde hace años, la firma elabora sus joyas con oro, plata y platino reciclados, además de garantizar el origen responsable de sus diamantes. Una trazabilidad certificada por Tracemark», afirma José Miguel Serret, CEO de Facet y padre de Berta Serret, la fundadora de Tracemarkt. Dicha trazabilidad «es nuestra forma de entender el futuro de la joyería. Apostar por la transparencia y la sostenibilidad es un deber, pero también una oportunidad para liderar con integridad», indica Ángel Iborra, vicepresidente de Facet. La empresa ofrece trazabilidad certificada bajo demanda desde 2020, y esta está presente en varias de sus colecciones emblemáticas: «The Timeless Classics Collection, presentada en Inhorgenta Munich» y colección Riviere (USA), «comercializada íntegramente con trazabilidad Tracemark», resalta Serret. Además, toda su producción se realiza con materiales de abastecimiento responsable y estándares éticos elevados, como el uso de energía solar en su planta de Córdoba. Trabajan exclusivamente con materiales de abastecimiento responsable, como oro reciclado y diamantes provenientes de Sightholders de De Beers, y mantiene altos estándares de sostenibilidad en sus procesos, como el uso de energía solar en su planta de producción en Córdoba. «Facet demuestra que es posible una joyería que combine tradición, diseño, tecnología, ética y sostenibilidad», resalta el CEO. En Durán Joyeros, por su parte, solo trabajan con metales preciosos y gemas certificadas y de producción controlada. «Y en el caso de la Colección Compromiso, nuestra primera colección trazada y certificada, se quiso dar un paso adelante hacia el nuevo lujo sostenible», cuenta Teresa Betere, la responsable del departamento de Compras. Un proyecto realizado junto a Tracemark, y Facet. Llevan muchos años controlando cada piedra de sus joyas «y hoy es un tema mucho más desarrollado y el sector está más concienciado», añade. Cree que las nuevas generaciones empiezan a ser más conscientes de este tema y cuando se explica en tienda «lo ven como un valor añadido totalmente. Aunque todavía son pocos los clientes que preguntan directamente por la trazabilidad de su joya», resalta Betere. Más que dificultad por realizar la trazabilidad de las joyas, encuentra la necesidad de contar con un plazo de producción y entrega más extenso cuando lleva la trazabilidad con certificado y código QR. «Y lleva un sobrecoste añadido que incrementa el precio final de la pieza al llevar su propio certificado y su código QR. Un coste que nosotros entendemos pero que quizás al cliente le cueste más entender», cuenta la responsable del departamento de Compras. Lujo consciente Fundada en 2018 por Ana Merino y Laura Domínguez, madre e hija, Condé de Diamantes optó desde un primer momento por la trazabilidad. «Es una necesidad si lo que se pretende es estar a la altura de lo que hoy exige el lujo consciente», afirma Ana Merino, cofundadora de Condé de Diamante. Desde un primer momento apostaron por la trazabilidad de todos los diamantes que utilizan. «Son diamantes nuevos y, por supuesto, naturales, que llegan a nosotros con sus documentos y de los que conocemos el viaje que han realizado desde la mina a nuestro taller», resalta. Demuestran al cliente, de forma transparente, «que la piedra que se ha montado en esa joya que es importante y significativa en su vida proviene de fuentes responsables y, no solo cumple con las regulaciones del Proceso Kimberley, sino que además proporcionamos información de dónde y cómo ha sido extraído y cuál ha sido su viaje hasta llegar a nuestras manos», puntualiza. Para esta joven firma «es una cuestión de defensa de los valores de sostenibilidad y de ayuda a las comunidades que trabajan en el país de origen». Tal y como responde Laura Domínguez, la otra cofundadora, son muchas cosas las que les aporta esa trazabilidad como seguridad absoluta, «saber de dónde viene cada piedra, cómo ha sido extraída y por quién». Ella misma tuvo la oportunidad de visitar la mina Cullinan, en Sudáfrica, y conocer la forma de trabajo y de vida de las comunidades. Además, «nos da coherencia como marca». Su joya cuenta con una historia que puede transmitirse con orgullo. Lo que ofrecen al mundo «es el resultado de un trabajo donde volcamos nuestros principios. Así me enseñó mi abuelo, mi maestro en el manejo del metal», puntualiza. Un punto y aparte Laura tiene claro que la trazabilidad está marcando un antes y un después en la industria de la joyería una vez que «aporta credibilidad, al dejar de lado posibles cuestionamientos sobre el origen de algunos diamantes. También impulsa una transformación positiva en toda la cadena de valor. Desde las minas hasta los talleres, obliga a mejorar prácticas, a ser más transparentes, y a profesionalizar procesos». Y, algo fundamental, cree que abre la puerta a nuevas generaciones de consumidores que exigen coherencia ética además de belleza. En Condé de Diamante trabajan con proveedores que ofrecen soluciones digitales avanzadas que hacen posible el mantener una cadena de custodia completa y verificable, incluso cuando el diamante cambia de manos. «Trabajamos directamente con sightholders oficiales de De Beers —de los que solo hay 83 en el mundo—, que disponen de sistemas de trazabilidad real desde el origen. Además, complementamos la documentación de un diamante con su certificado oficial GIA o HRD». Según datos de Tous, más del 70% de los consumidores están dispuestos a comprar productos con trazabilidad, y el 77,5% incluso pagaría más por obtener esa certificación. Con todo, este fenómeno refleja no solo una demanda cada vez mayor por conocer el impacto social, medioambiental y ético asociado a la extracción y transformación de los materiales, sino también un interés real por parte de los clientes de descubrir la historia que hay detrás de cada joya.
abc.es
hace alrededor de 8 horas
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