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Bárbara Rey, derecho de pernada

Se pregunta Bárbara Rey cómo podía decir que no al Rey. La pregunta, además de artera, es de un caradurismo y frivolidad acordes con el chusco personaje. La 'vedette' devenida en cortesana lanza la merluzada de una España visigoda de monarcas con derecho de pernada. Eso no se lo cree ni el que asó la manteca. No se le puede pedir dignidad y decencia a quien pone precio a su alcoba, que eso y no otra cosa hizo la patética domadora, que tarifó sus encantos. Sí se le debió exigir a Don Juan Carlos que no emborronara su legado de la manera tan lamentable. De aquellos polvos, literal, vinieron estos tristes lodos. Esto va de las pulsiones inguinales de uno... Ver Más

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