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Un caso con puntos oscuros

Un caso con puntos oscuros
¿Quién delinque, graba todo y lo guarda? ¿Quién dispone de los sofisticados equipos que empleó durante tantos años Koldo García? ¿Y aquel indulto de Aznar? ¿Y aquel embarque de remontada? Estremece hacer cábalas sobre "el que pueda hacer que haga", el 'cui prodest' y algunos elementos más que no se sabe si encajan o chirrían “Entregar las riendas del país a PP y Vox sería una tremenda irresponsabilidad”, dijo Sánchez y quizás sea la frase que con más acierto defina la situación, aunque en absoluto sea un consuelo, ni una salida al Caso Koldo que ha hecho crujir al PSOE. Más de una década de prácticas corruptas de dos secretarios de organización del partido consecutivos –si así lo dictamina la justicia– sin que nadie lo supiera es algo que cuesta creer. Mucho. Pero la frase de Sánchez constata una verdad. Tremenda para un país como este, tan aquejado, como no nos cansamos de recordar, de graves dejaciones de la honradez. Pedro Sánchez ha comparecido este lunes ante la prensa, ante la opinión pública, más relajado, más seguro que la semana pasada cuando estalló el caso. Entonces pareció estar noqueado, ahora da la impresión de contar con algunas seguridades necesarias. El caso, como investigación periodística, plantea algunos puntos oscuros; de esos que, en un esquema clásico del Derecho, responden a la pregunta cui prodest, a quién beneficia. Y no me refiero al monto de lo robado, que está bien claro –¿nadie lo notaba, por cierto?!!!×–, sino a su hallazgo y difusión. Por supuesto, los cuerpos de seguridad trabajan contra el delito y, si este se confirma, es bien abultado. Llama la atención la personalidad de Koldo García y el papel relevante que ha adquirido en distintos momentos. Una persona con una trayectoria no precisamente virtuosa, portero de prostíbulo que termina haciendo trabajos para la Guardia Civil en la lucha contra ETA, y relacionado con varios partidos. Un hecho significativo es su condena por un delito de lesiones contra un joven, vecino de Aranguren (Navarra), a quien Koldo y otros vigilantes de un vertedero agredieron violentamente por quejarse de un vehículo que obstruía la calzada, propinándole una paliza que le causó fracturas en varias costillas, una mano, contusiones y 14 puntos de sutura en la cabeza. El Gobierno de José María Aznar le indulta en 1996, en noviembre del mismo año en el que ganó las elecciones, y nunca entró en la cárcel. En 2011 sale concejal del PSOE en Navarra. En el 2018 fue premiado con el distintivo blanco de la Guardia Civil por el ministro de Rajoy Juan Ignacio Zoido. Una amalgama de tan difícil como necesaria aclaración. Cómo entra Koldo García en la vida de Pedro Sánchez también es un punto llamativo. 2016. Felipe González le monta con Susana Díaz –la presidenta que hundió al PSOE de Andalucía rompiendo una cadena de décadas en el poder– un golpe interno que le echa de la secretaría general. González había hecho una intensa campaña para que el PSOE no pactara con Podemos para gobernar. En la salida épica en la que Pedro Sánchez se echa a la carretera para recuperar su liderazgo, le acompañan Ábalos y Santos y llevan de chófer a Koldo García para la zona norte. ¿Quién delinque –presuntamente–, graba todo y lo guarda y lo ofrece a simple vista en un registro policial? ¿Quién dispone de los sofisticados equipos que empleó durante tantos años Koldo García? ¿Y aquel indulto? ¿Y aquel embarque de remontada? Estremece hacer cábalas sobre el que pueda hacer que haga, el 'cui prodest' y algunos elementos más que no se sabe si encajan o chirrían. Felipe González, que lleva una buena temporada muy activo, aconseja elecciones y ya tiene candidato favorito del PSOE: Eduardo Madina, rival de Sánchez en unas primarias. Dicen que algún grupo de comunicación apuesta por García Page, pero los “dicen” encajan en aquel mito del periodismo que parece hoy trasnochado: el rumor no es noticia. La hipótesis deductiva tras unir datos nos llevaría a ese paisaje perdido por la vieja guardia del PSOE y el PP, que sabe el peligro fagocitador de Vox: al bipartidismo de antes. Ese en el que se podía robar sin tantas cortapisas. O entregar 3,3 millones de euros de nuestros impuestos y lo que se tercie a los Legionarios de Cristo sin que pase nada. Incluso pagar 1.300 millones más de lo presupuestado a Quirón, la firma con la que trabaja tu novio, con toda tranquilidad. Momento apasionante este, en el que las pocilgas mediáticas intentan vivir la ilusión de que hacen periodismo. Y corruptos hasta la podredumbre salen tan campantes, sobrecogidos porque alguien robe igual o más que ellos. O intentando que este caso justifique toda la porquería que han vertido y siguen vertiendo. Qué espectáculo de cinismo nos están ofreciendo y qué asco produce. ¿Quita gravedad a lo ocurrido en el PSOE incluso por lo que se sabe hasta ahora? No, en absoluto. Incluido el desencanto por la quiebra de confianza. Dudo que a Sánchez le baste con resistir, hay demasiados puntos oscuros en derredor, incluso la sombra de la duda, pero sí tiene razón en que PP/Vox es mucho peor. Qué panorama el español cuando igual plantando cara de verdad y haciendo lo que no se hizo enfilábamos la buena senda. No se logra con las descalificaciones partidistas, sino con gobierno, mano firme y limpieza. España necesita educación política, retomar, generalizar los conceptos respeto y decencia, echar a los que reparten la injusticia y poner cortafuegos éticos a la profesión periodística. “Recuperemos el gusto por el trabajo bien hecho, España tiene derecho a la esperanza”, dijo Felipe González en el cierre de campaña de las elecciones de 1982, que así ganó por mayoría absoluta. Y resultó que era esto. Del otro colega, está todo dicho.
eldiario
hace alrededor de 8 horas
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