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El dilema de Feijóo

El dilema de Feijóo
Se aproxima el momento de comprobar si Feijóo no presentaba la moción de censura porque no se salen las cuentas, o no la presentaba porque no quiere que se evidencie con quién y para qué tendrá que gobernarSánchez mantiene abiertas todas las opciones a la espera de hablar con los socios de investidura No serán pocas las veces que, durante estos días de pasión socialista, Alberto Núñez Feijóo habrá pensado que bien podría haberse ahorrado su amiga Isabel Díaz Ayuso la tontada de los pinganillos y evitar ponerle tan fácil al PNV o a Junts decir que no a apoyar una hipotética moción de censura. Tampoco parece el momento más oportuno para que Netanyahu le monte una guerra con Irán y dispute espacio en las portadas a las correrías de los 'Three amigos', Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo “Rec” García. Aunque se trata de pequeños detalles comparados con el dilema que deberá resolver en los próximos días: presentar o no presentar la mítica moción de censura, he ahí el dilema. La respuesta parece obvia hoy en día. No conviene distraer al adversario cuando se está equivocando. Entre las estrategias de defensa de los investigados, cada vez más propensos a salvarse entregando la cabeza de otro, los errores propios de los socialistas y los cadáveres políticos que le van a salir del armario a Pedro Sánchez sedientos de revancha, ya hay material más que suficiente para esperar al hundimiento. La moción supondría hoy una distracción inoportuna. Pero los días de respuestas fáciles duran poco. A no ser que la UCO tenga programados sus informes como si fueran un serial de Netflix y lo mejor esté por venir en los episodios que faltan, la ausencia de menciones a Pedro Sánchez en las conversaciones conocidas puede convertirse en el mejor salvavidas del presidente. Un informe de la UCO no es una sentencia y, al menos de momento, no ha aparecido un P. Sánchez como antes sí había aparecido un M. Rajoy. De las tres condiciones que tumbaron al gobierno popular en 2018 solo podría darse una: que alguien presente una moción de censura. A la espera de que el retiro del presidente en Quintos de Mora confirme que, ni dimite ni convoca elecciones, ni se plantea una cuestión de confianza a corto plazo, el tiempo empieza a correr contra Núñez Feijóo; por raro que parezca. Si Sánchez ha salido vivo del primer golpe, su leyenda de resistente impenitente hará el resto. Si ha sobrevivido a tanto, por qué no a esto también. La idea de reservarse la moción de censura para otro momento llevará a la inevitable pregunta de si no es ahora, qué mejor o peor momento puede haber. Paradójicamente todas las hipérboles descargadas a discreción por los populares a lo largo de la legislatura empiezan a pesar ahora en la balanza a favor de la presentación de la censura. El argumento de que no salen los números parece cada vez más pueril cuando la elección se tercia, como dice el PP, entra mafia o democracia. Se aproxima el momento de comprobar si Núñez Feijóo no presentaba la moción de censura porque no se salen las cuentas, o no la presentaba porque no quiere que se evidencie claramente con quién y para qué tendrá que gobernar.
eldiario
hace alrededor de 12 horas
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