Está recién. Está perfecta

En el caso revelado por la UCO no parece haber un pequeño problema de autopercepción del machismo, lo que parece haber es una misoginia chusca, vulgar, grotesca y rancia Dice la escritora Esther López Barceló que se ha dado cuenta de que es capaz de metabolizar la corrupción económica, “pero escuchar audios entre puteros hablando de mujeres como si fueran muñecas hinchables, seres inertes, objetos a su disposición, me repugna hasta el vómito”. Difícil describirlo mejor. En el informe que la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil que ha entregado en el Supremo hay conversaciones que cuesta bastante digerir. “La Ariatna que está bien, que está recién… Está bien, está perfecta. No, si yo quiero la otra también, pero era porque cambiaras tú. Pero a ti te gusta más Ariatna”, le proponía Koldo García al exministro José Luis Ábalos. Pero este le contradecía: “No, sé, la Carlota se enrolla que te cagas”. “Pues la que tú quieras. O Ariatna y Carlota, y a tomar por culo”, añadía Koldo. “Bueno, yo pregunto y te digo. Ahora lo arreglo. Que hace falta también que puedan”, sentenciaba. Pero no solo al referirse a mujeres como simples objetos de consumo, la misoginia se desprende en otras capas de las conversaciones reveladas. Como cuando Koldo García se quejó a Santos Cerdán de la destitución de Ábalos diciendo: “Pero me da igual, como si has violado a tu hija, después de lo que has hecho por Pedro”. Eso sí, apostilla, es “una forma de hablar” para expresar que “después de lo que has hecho por Pedro y por el partido, que te traten así es una canallada”. Una forma de hablar. La clarividencia cristalina del lenguaje en las conversaciones privadas. Esa forma de referirse a las mujeres, esos “está recién”, “está perfecta”, “pues la que tú quieras” como si se fuesen piezas de bollería industrial en un escaparate es de por sí repugnante, pero lo es todavía más teniendo en cuenta la catadura moral de mostrarse como feministas en público. Siempre ha pasado y seguirá pasando que algunos hombres de izquierdas tararean la melodía del feminismo sin entender la letra de la canción. El sexismo de los hombres de izquierdas suele deberse a una falta de autorreflexión que va en contra de la imagen que proyectan de sí mismos. Y eso es precisamente lo que hace de su machismo algo más desalentador. Pero en este caso no parece haber un pequeño problema de autopercepción, lo que parece haber es una misoginia chusca, vulgar, grotesca y rancia. Y, más allá de las mordidas que están siendo investigadas, cabe preguntarse cómo con ese grado de misoginia pudieron acceder a puestos de responsabilidad en un gobierno feminista. Habrá quien diga que tal vez eran personas una doble cara, una suerte de Mr Ripley torrentinianos; habrá quien considere que estas conversaciones reveladas por la UCO no agregan nada al conocimiento de los delitos económicos que se investigan, que la vida privada de uno debe de permanecer privada, o incluso habrá quien justifique esas relaciones como una simple transacción equivalente. A algunas mujeres hasta les consiguieron trabajos en empresas públicas, dirán. Favores por favores, dirán. Como cuando el 2 de febrero del 2022, según las grabaciones reveladas por la UCO, Koldo le pide al ya exsecretario de organización del PSOE, Santos Cebrián, que le busque trabajo a una tal Nicoleta: “¿Te acuerdas de la chica rumana y demás? No solo hay que valer para follar. Ella, la pobre, está en el paro”. Pero me resulta imposible justificar nada de esto, ni siquiera situándolo en el marco de lo privado, porque a nuestros representantes se les debería exigir un código ético intachable, máxime si sus acciones (por llamarlas de algún modo) provenían presuntamente de dinero público. Y otra cosa: de la misma forma que existe el machismo estructural, también existe una corrupción estructural con diferentes rostros políticos, pero con las mismas empresas corruptoras que siguen pudiendo presentarse a licitaciones públicas. ¿Cuándo se perseguirá eficazmente esto? Corruptos y corruptores se necesitan mutuamente para existir, igual que los misóginos se necesitan entre ellos para seguir validando su machismo patológico.

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