cupure logo
unadelsánchezparalosperiodismofeijóolasmujicaque

La falta de liderazgo de Sánchez

En las últimas reuniones de líderes europeos para tratar la negociación de un alto el fuego en Ucrania, echamos en falta al presidente español que cuando empezaron las discusiones parece que se iba a convertir en un protagonista principal. Ya se sabe qué grupo de países europeos son los que lideran la negociación –Reino Unido, Francia y Alemania– a los que de vez en cuando se une algún invitado más. No sabemos si a Sánchez le invitan a participar y declina su asistencia para no meterse en problemas con sus socios de gobierno y no mojarse en las decisiones, o le ignoran sabiendo que no es de muy fiar y que sus aportaciones, con tal de no citar la palabra rearme, son más filosóficas que pragmáticas. Me da que también influirá los desastres que han ocurrido hace unos días en este país y que no quiere explicar, y como no, los escándalos que estamos viviendo. De cualquier forma, creo que, a Sánchez, todo esto le da igual y seguirá a su aire, esperando dar su golpe de efecto cuando le convenga. Eduardo Rodríguez . Madrid Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que a la política se iba con vocación de servicio público y ello implicaba el adiós a esta cuando las circunstancias evidenciasen la ineptitud o negligencia del cargo de turno de cara a la sociedad a la que se debía. Siendo Corcuera ministro de Interior, en 1993, el Tribunal Constitucional anuló dos apartados de la conocida como 'ley de la patada en la puerta', tras lo que inmediatamente abandonó su cargo al entender que su labor había sido un fracaso por su carácter contra natura respecto a la carga magna. Su sucesor en el cargo, Antoni Asunción, dimitió un año después de su llegada al ministerio cuando Luis Roldán, uno de los célebres corruptos socialistas, que engordó estratosféricamente su patrimonio durante su etapa al frente de la dirección de la Guardia Civil, huyó de España para evitar ser detenido: Asunción entendía que lo correcto era, no buscar responsabilidades ajenas, sino asumir la propia como primer y último responsable. Fernández Bermejo, ministro de Justicia con Zapatero, coincidió con Baltasar Garzón durante una cacería cuando este se encontraba este instruyendo una causa contra el PP: en su marcha afirmó que «nadie debe estar amarrado a un puesto si no es para servir». Quizá a dichas palabras es a las que se agarre el ministro Puente: el caos ferroviario y su incapacidad de gestionar el grueso de su cartera hubieran hecho inevitable en otro momento obligatoria su marcha para estar así a la altura de las circunstancias; sin embargo, en tanto en cuanto este sirve al amo Sánchez, ni aunque sobre España caigan las siete plagas bíblicas, Óscar Puente deshará los nudos que lo atan al sillón ministerial. Raúl Calleja Fuentes . Palma del Río (Córdoba)
abc.es
hace alrededor de 11 horas
Compartir enlace
Leer mas >>

Comentarios

Opiniones