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Verás cuando el juez Peinado descubra de quién es cuñada Begoña Gómez

Verás cuando el juez Peinado descubra de quién es cuñada Begoña Gómez
Impresiona que un juez tenga el tiempo, los recursos y la bendición de sus superiores para dedicar más de un año a insistir en un caso que parecía muerto desde el principio y que ha conseguido mantener con vida a base de tirar la caña una y otra vez, pescar otro zapato pero no rendirse Si crees que ya lo has visto todo en la mortadelesca investigación del juez Peinado a Begoña Gómez, ya te digo yo que no. Su sentido creativo de la justicia no tiene límites, y todavía nos dará grandes tardes. Al juez le quedan dos años para el retiro obligado, tras prorrogar su jubilación hasta el máximo permitido, así que de aquí a las próximas elecciones le caben todavía unas cuantas piruetas. Después de vincular a la mujer del presidente con el rescate de Air Europa e intentar mezclarla con el caso Koldo; tras investigarla sucesivamente por una carta de recomendación, una cátedra, un software, un trabajo para el Instituto de Empresa, la contratación de una asesora en Moncloa y de nuevo por el rescate de la aerolínea; después de interrogar al presidente Sánchez, al ministro de Justicia, al delegado del Gobierno en Madrid, a altos funcionarios de Moncloa, a media Complutense (rector incluido), a empresarios y a directivos del IBEX 35 (el próximo en pasar será el presidente de Telefónica); tras imputar testigos a su antojo, usar recortes de prensa como indicios, manejar la UCO a placer, saltarse los límites que le puso la Audiencia, y trabajar mano a mano con las acusaciones ultraderechistas, todavía hay un paso que no ha dado el intrépido juez. Cualquier día de estos descubre que, oh, sorpresa, Begoña Gómez es, chachán, chachán, cuñada de, uy, uy, cierto hermano del presidente del gobierno que ya está empurado en otra pintoresca investigación en un juzgado de Badajoz… Y hasta aquí puedo leer, que tampoco es plan de hacerle el trabajo al juez, no le voy a quitar el placer de descubrirlo él solito. En cuanto encuentre algún recorte de pseudomedio que le ponga en la pista, nuestro infatigable juez cierra el círculo de la corrupción. ¿A que tú también lo ves? La verdad es que impresiona que un juez tenga el tiempo, los recursos y la bendición de sus superiores para dedicar más de un año a insistir en un caso que parecía muerto desde el principio y que ha conseguido mantener con vida a base de tirar la caña una y otra vez, pescar otro zapato pero no rendirse y seguir haciendo encargos a la UCO y citando testigos y admitiendo ampliaciones de la denuncia original y saltando de una sospecha a otra. Todo empezó con una carta de recomendación de Begoña Gómez a un empresario, y mira dónde estamos. Imagínate que todos los jueces pusieran tanto celo en investigar a personajes públicos con comportamientos sospechosos a partir de informaciones periodísticas. Imagínate, por poner un ejemplo tonto, que un juez Peinado se hubiera cruzado en el camino de, yo qué sé, Esperanza Aguirre, aquella presidenta madrileña que se escapó limpia mientras sus consejeros acababan en la cárcel. Digo Esperanza Aguirre, porque ayer mismo le leí a la ex presidenta un gracioso artículo en defensa del juez Peinado, celebrando que “todavía hay jueces como él en España”, y que remataba con un “recemos para que siga habiendo jueces” como este. Pena que a ella no le tocó ninguno tan aplicado.
eldiario
hace alrededor de 9 horas
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