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Violeta, la MIR con nota alta que será médica de familia: "Si hiciera otra cosa sería por el qué dirán"

Violeta, la MIR con nota alta que será médica de familia: "Si hiciera otra cosa sería por el qué dirán"
Medicina de Familia y Comunitaria se quedó en la primera jornada de elección en la mitad de la tabla de las especialidades más elegidas aunque porcentualmente quedan muchas plazas por cubrir porque oferta muchas más vacantes La elección de las plazas MIR vuelve a ser presencial: “Estaba más nervioso que el día del examen” La elección de plazas MIR no vive ajena a los estereotipos, esos que dicen que si tienes buena nota podrás ser dermatóloga, anestesista o cardióloga. Incluso que debes serlo. Las plazas que fueron escogidas por los estudiantes con la nota más alta en el primer llamamiento celebrado este lunes, sin embargo, solo confirman a medias estas ideas preconcebidas. Los 131 puestos de Dermatología se agotaron, pero Medicina de Familia y Comunitaria, la especialidad que parece examinarse cada año por estas fechas porque es la única que deja puestos sin cubrir, ocupó nueve plazas. Casi las mismas que Otorrinolaringología (11) o Traumatología (10) y más que Neurocirugía (7) o Neumología (1). Violeta Dueñas es una de esas nueve aspirantes que, teniendo casi todas las opciones a su alcance, se han decantado por Medicina de Familia. Se enamoró de la especialidad durante sus prácticas en un centro de salud de Vallecas, en el sur de Madrid. Aunque desde entonces las dudas la han zarandeado varias veces. “Cuando vi que tenía una nota buena –estaba en el puesto 242 de más de 10.000– me vino la numeritis y volvió a mi cabeza la idea de coger anestesia, que era una opción que me había planteado. Pero intenté escucharme. Esto es lo que creo que quiero y si hiciera otra cosa sería por el qué dirán”, explica un día después de hacerse con una plaza en el área sureste de Madrid. Todavía no sabe cuál será su centro de salud, pero seguro estará adscrito al Hospital Universitario Infanta Leonor. “Esta especialidad permite conocer a los pacientes a lo largo de los años, ver cómo hacen la vida, seguirles de cerca por mucho tiempo. Quiero acercar la medicina a las personas, esa parte me gusta mucho”, justifica la residente, que considera que las “creencias populares” en torno a la que será su especialidad hacen daño y resultan disuasorias. Sin haber empezado su formación ya lo percibe: “Cuando eliges esto hay personas que no saben muy bien qué decirte. Es como si pareciera que te estás conformando con lo que queda o con algo fácil y es una visión que tenemos que cambiar. He elegido Familia como cualquier otra especialidad porque es lo que me gusta”. Cuando eliges esto hay personas que no saben muy bien qué decirte. Es como si pareciera que te estás conformando con lo que queda o con algo fácil y es una visión que tenemos que cambiar A Violeta le gustaría que se normalizara su opción. Sin necesidad de aplaudirse especialmente o, al menos, no más que en otras circunstancias. “Se pone mucho énfasis en quién ha elegido Familia, pero en mi turno Neumología la escogió una persona y Psiquiatría, dos. Parece que te estás metiendo en un infierno y me llama la atención que se ponga ahí el foco cuando por otras especialidades no ha optado nadie y no pasa nada”, asegura. Pasó, por ejemplo, con Inmunología, Microbiología o Medicina Nuclear en la primera ronda. Ese “infierno” se ha construido en los últimos años con varios ladrillos, según Dueñas. “Uno es que la gente piensa que solo sirves para derivar como si fueras el portero del hospital. A eso se suma que los médicos y médicas de familia tienen una gran carga asistencial que no les deja tiempo para atender cómo les gustaría y una carga administrativa también importante que se podría repartir. Quizá es verdad que puedes tener menos calidad de vida que otras especialidades por eso y hay riesgo de acabar quemado, todo el mundo lo dice, pero no tenemos guardias”, reflexiona. Si tuviera que mandar un mensaje a los gestores les diría lo siguiente: “Si se mejoran las condiciones laborales, las especialidades se tienden a coger más”. Fueron diez días de clase. Lo triste no es que no hubiera una asignatura completa sino que las sesiones que tuvimos se centraron en temas burocráticos y eso no le apetece mucho a nadie Si fuera por lo que conoció en la carrera de la especialidad, puntualiza, nunca la habría escogido. “Fueron diez días de clase. Lo triste no es que no hubiera una asignatura completa, sino que las sesiones que tuvimos se centraron en temas burocráticos y eso no le apetece mucho a nadie”. Sociedades científicas de profesionales de familia, como la SemFYC, llevan tiempo reclamando cambios en los currículos del grado de Medicina precisamente por este motivo. Solo hay una asignatura llamada Medicina Familia y Comunitaria en una de cada tres facultades, según un estudio publicado en la Revista Clínica de Medicina de Familia en 2023, aunque sí hay rotaciones en centros de salud en más del 80% de las universidades. Cuando se imagina en los próximos cinco años lo hace con “sus pacientitos, conociendo a la gente, sabiendo cosas de su vida, con un contacto más humano”. “Seguramente lo tengo idealizado, pero me gusta la idea de poder ayudar a arreglar lo que les pasa y derivarlo si hace falta”, señala. Hay ilusión pero también temores. “Me da un poco de miedo terminar quemándome, claro, pero pienso que prefiero equivocarme haciendo algo que quería hacer. Al final todos elegimos sin saber casi nada de las especialidades así que ahora valoramos lo que nos gusta. Cuando vengan los contras, ya los veremos”, zanja.

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