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OpenAI ficha al mítico diseñador de los iPhone, iPad e iPod para crear dispositivos específicos para la IA

OpenAI ficha al mítico diseñador de los iPhone, iPad e iPod para crear dispositivos específicos para la IA
Jony Ive, gurú de los productos más famosos de Apple, se une a la desarrolladora de ChatGPT para "concebir una nueva familia de dispositivos" que dejen atrás las pantallasHemeroteca - Este pin con ChatGPT es la nueva idea de Silicon Valley para sustituir a los móviles Fue Steve Jobs el que grabó su nombre en la historia universal. Pero nadie en la industria digital duda que sus logros no pueden explicarse sin Jony Ive. Este diseñador fue la pareja de baile del cofundador de Apple en la concepción de sus productos más famosos. Mientras Jobs definía la estrategia que debía seguir el iPod, el iPhone, el iMac o el iPad, era Ive el que se encargaba de llevarlo a la práctica. Diseñó sus formas, eligió los materiales y definió sus interfaces, creando la estética emocional característica de los aparatos Apple. Juntos revolucionaron la tecnología digital y las tendencias de diseño industrial. Tras el fallecimiento de Jobs, Ive continúo en Apple unos años más. Pero la chispa se había perdido. Bajo el mando de su actual CEO, Tim Cook, la multinacional se centró en explotar el opulento legado de Jobs y dejó de lado la innovación. Tras 30 años en la empresa, Ive terminó abandonando Apple en 2019 para seguir su propio camino. Un camino que le ha llevado hasta la siguiente revolución tecnológica. En su mayor desembolso hasta la fecha, OpenAI, la desarrolladora de ChatGPT, ha fichado a Ive para que se encargue de diseñar los dispositivos de la era de la inteligencia artificial. No es un fichaje al uso: Sam Altman le ha dado 6.500 millones de dólares a cambio de integrar la startup que Ive, la propia OpenAI y un reducido número de diseñadores de Apple fundaron hace un año. Además, le ha encargado toda la responsabilidad del diseño creativo de la compañía. La startup, de nombre IO y que hasta ahora ha trabajado en total secreto acerca de sus proyectos, nació con la misión “concebir una familia de dispositivos que permitan a la gente usar la inteligencia artificial de manera creativa”. Con su integración plena en OpenAI, la desarrolladora de ChatGPT aprieta el acelerador en su intención de sacar al mercado aparatos que dejen atrás las pantallas que Ive y Jobs concibieron hace dos décadas. “Creo que tenemos la oportunidad de re-imaginar lo que significa usar un ordenador”, ha afirmado Altman sobre el acuerdo. “Imagina que yo quisiera preguntarle algo a ChatGPT sobre lo que hemos estado hablando. Piensa en lo que pasaría. Tendría que agacharme, coger mi portátil, abrir el navegador, empezar a teclear, presionar 'enter' y esperar una respuesta. Eso es todo lo que puede hacer un portátil actualmente. Creo que esta tecnología se merece algo mucho mejor que eso”, afirma el CEO de OpenAI. “Es simplemente de sentido común pensar que hay algo más detrás de los dispositivos tradicionales”, declara por su parte Ive. En el vídeo en el que dan a conocer el acuerdo, el diseñador califica a su nuevo jefe con “un visionario” y dice que está llamado a ser uno de los protagonistas de la revolución de la IA. Computación espacial Altman e Ive no son los únicos que piensan que la IA debería trascender las fronteras de los teléfonos inteligentes que giran alrededor de la pantalla táctil o los ordenadores y portátiles clásicos. La capacidad de esta tecnología para procesar información sobre su entorno empuja a los gurús del valle hacia dispositivos que puedan ver y oír lo mismo que el usuario. Pero las alternativas que lo han intentado no han prosperado. La que llegó más lejos fue AI Pin, una especie de broche computerizado diseñado para llevarlo sobre la ropa. La propuesta era radical: su interfaz no iba a ser visual, sino conversacional. Con micrófonos y cámaras registraba lo que ocurría alrededor del usuario, con el que interactuaba a través de comandos de voz y gestos de las manos. Cuando era estrictamente necesario, el dispositivo podía proyectar una tinta láser sobre la mano del usuario. El AI Pin llegó a salir a la venta para el público general a mediados de 2024, pero a principios de este año la empresa que lo fabricaba anunció su cese de operaciones y el fin de su fabricación. El primer intento para diseñar un dispositivo que tuviera a la inteligencia artificial como tecnología central y no como una herramienta más fracasó al poco de empezar. Otras empresas, como Meta, también están investigando como dar forma a este tipo de dispositivos. En su caso, la empresa de Zuckerberg apuesta por unas gafas con cámaras y micrófonos. Google también ha avanzado esta semana que trabaja sobre un prototipo similar. Las gafas inteligentes son, en general, la opción que cuenta con más confianza por parte de la industria para llevar a cabo esa transición que deje atrás las pantallas tradicionales. OpenAI fue una de las empresas que invirtió en su desarrollo. Ese tipo de computación espacial que tiene en cuenta el entorno del usuario es a la que Altman sigue haciendo referencia como objetivo del trabajo de Ive. El diseñador, por su parte, reconoce que estuvo buscando su rumbo desde su salida de Apple hasta 2022, cuando uno de sus hijos le habló de ChatGPT y quedó fascinado por el producto. Fue él quién dio el paso de contactar con Altman. “Creo que todo lo que he hecho en mi carrera me llevó a esto”, ha dicho en una entrevista con el New York Times. OpenAI, que nació como una fundación sin ánimo de lucro y sigue inmersa en un complejo proceso de reestructuración que le permita recibir más capital privado, no ha aclarado cómo va a financiar la operación. La CNBC ha informado que buena parte de la retribución a Ive a cambio de ceder el control total de IO (sobre la que OpenAI controlaba el 23%) será en acciones de OpenAI.
eldiario
hace alrededor de 5 horas
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