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Se busca consejero delegado para gigante del motor: Renault, Stellantis, Nissan y Seat cambian de jefe en un año convulso

Se busca consejero delegado para gigante del motor: Renault, Stellantis, Nissan y Seat cambian de jefe en un año convulso
El último relevo lo protagoniza Luca de Meo, que abandona Renault para convertirse en el primer directivo de la multinacional del lujo dueña de Gucci e Yves Saint LaurentFord, Suzuki o Stellantis sufren las restricciones de China a la venta de tierras raras: “Hemos pasado horas difíciles” Está siendo uno de los años más movidos para la industria del automóvil. Por un lado, todos los gigantes del sector están lidiando con un entorno marcado por la incertidumbre del consumo y el impacto que van a tener medidas económicas que les afectan de lleno, como los aranceles. Por otro, porque gran parte de los fabricantes están viviendo un terremoto en sus cúpulas directivas. En algunos casos, porque sus consejeros delegados (CEO en sus siglas en inglés) deciden emprender un nuevo rumbo profesional. En otros, porque los accionistas exigen su salida ante la evolución de los resultados económicos. El último que ha decidido dar un volantazo a su carrera –y de forma inesperada– ha sido Luca de Meo. Hasta ahora era el primer ejecutivo de Renault, a la que llegó tras pasar, entre otras compañías automovilísticas, por Seat. Precisamente, el grupo español bajo el paraguas de Volkswagen vivió hace unos meses un caso similar, con la marcha de Wayne Griffiths y la elección de Markus Haupt como sustituto, quien ocupa el cargo de forma provisional, aunque se espera que su nombramiento sea definitivo. Haupt es un hombre de la casa, porque lleva más de 20 años en el grupo germano, cuenta con experiencia en España y la confianza de los sindicatos. Y ya ha comenzado a tejer relaciones políticas. Hace unos días, se reunió en Moncloa con Pedro Sánchez, básicamente, para presentar los proyectos de la automovilística para los próximos años. Haupt tendrá que lidiar con un resultado financiero que, en los primeros compases de 2025, no está siendo brillante. Seat cerró el primer trimestre del año con una cifra de ventas récord, pero hundiendo más de un 97% su resultado operativo, que se quedó en cinco millones de euros. Esa evolución es, en gran medida, consecuencia del impacto de los aranceles que la Unión Europea ha impuesto a los coches eléctricos fabricados en China, donde Seat ensambla su Cupra Tavascan, uno de sus modelos estrella. De hecho, la multinacional ha criticado en varias ocasiones este recargo, no solo por el impacto en sus resultados, también en los puestos de trabajo. Seat ya tiene elegido a su primer ejecutivo, mientras que Renault acaba de poner en marcha la búsqueda de su próximo consejero delegado, tras el adiós anunciado este pasado fin de semana por Luca de Meo. Supone un nuevo cambio en un sector que mayoritariamente está dirigido por hombres. Solo hay una mujer al frente de una gran automovilística. Se trata de Mary Barra, CEO de General Motors (GM), que lleva más de una década al frente del gigante estadounidense. Ahora lidia con la guerra arancelaria abierta por la Casa Blanca de Donald Trump. De hecho, Barra ha calculado que los aranceles le pueden costar a GM entre 4.000 y 5.000 millones de dólares (entre 3.450 y 4.300 millones de euros al cambio actual) sin trasladar ese impacto al precio final que pagan los consumidores estadounidenses. En cuanto a Renault, la multinacional francesa ha desglosado que De Meo permanecerá en el cargo hasta el 15 de julio y que su consejo de administración ha puesto en marcha el proceso para encontrarle un sustituto. De Meo dirigirá, a partir del 15 de septiembre, el grupo Kering –controlado por el millonario François-Henri Pinault–, dueño de marcas como Gucci, Ives Saint Laurent o Balenciaga, entre otras. Una multinacional que lleva meses sufriendo por la caída de ventas en el mercado chino y a la que ahora se le suman, de nuevo, los aranceles y su previsible efecto en sus ingresos. Las crisis de Nissan y Stellantis Luca de Meo tiene fama dentro del sector automovilístico de ser el artífice de transformaciones de negocio. Por ejemplo, en Seat puso en marcha el despegue de la marca Cupra. Llegó a Renault en 2020 después de que la marca del rombo anunciase unas pérdidas récord de más de 7.200 millones de euros. En estos años, ha acelerado la transformación hacia los coches eléctricos que, de momento, estaba funcionando. En 2024, Renault ganó más de 700 millones, aunque no fue un buen año si se compara con 2023. Entonces, su beneficio superó los 2.000 millones de euros. Detrás de ese paso atrás estaba el impacto negativo de los resultados de Nissan, otra de las compañías que ha cambiado de consejero delegado en los últimos meses y con quien Renault mantiene una alianza histórica, con participaciones cruzadas en el accionariado. En marzo, Nissan relevó a su hasta entonces CEO, Makoto Uchida, a quien sustituyó el mexicano Iván Espinosa. Lo hizo después de que fracasasen las negociaciones con su competidora local Honda, para crear un nuevo gigante japonés del automóvil, capaz de rivalizar en tamaño con la pujante industria china. Nissan ha confirmado que valora vender hasta un 5% de sus acciones de Renault, dado que ambos socios ya anunciaron hace meses que iban a ir reduciendo sus participaciones cruzadas. Sin embargo, la marcha de Luca de Meo le puede pasar factura, porque este lunes las acciones de Renault han perdido más del 8% de su valor. “En caso de concretarse una venta de acciones en el futuro, se espera que los ingresos se destinen principalmente a inversiones en el desarrollo de productos. Sin embargo, aún no se han tomado decisiones definitivas”, aseguró este lunes Espinosa al medio japonés Nikkei. En las próximas semanas, Renault tendrá que decidir quién va a ser su nuevo consejero delegado. Si tarda lo mismo que Stellantis, esa búsqueda puede durar hasta seis meses. La multinacional dueña de marcas como Fiat, Peugeot, Citroën, Lancia, Opel, Jeep o Chrysler no solo está gestionando el impacto arancelario, también la falta de tierras raras, lo que está retrasando la fabricación de modelos de varias multinacionales. Y esas tareas han recaído en las manos de su nuevo CEO, Antonio Filosa. Un relevo al destituido Carlos Tavares que, al final, encontró dentro de su casa, porque hasta su elección estaba ejerciendo como responsable de las operaciones de Stellantis en el continente americano.
eldiario
hace alrededor de 9 horas
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