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El problema es Pedro Sánchez

El problema es Pedro Sánchez
O Pedro Sánchez se va o fuerza al PSOE a un contorsionismo que puede destruirlo, y Pedro Sánchez no es ni el socialismo ni el mesías del progresismo. En ese espacio, afortunadamente, hay mucha gente que podría gobernar y acabar la legislatura sin dejar el espacio como un páramo y con la cabeza alta Uno empieza por permitirse un asesinato, pronto no le dará importancia al robar, del robo pasa a la bebida (...) y se acaba por faltar a la buena educación Thomas De Quincey Hombres con prisa que corren con sus muertos. No es mío, es de Tristan Tzara en El hombre aproximado. Solo que ahora el hombre no se aproxima, lleva tiempo aquí. El único hombre del que tenemos que hablar se llama Pedro Sánchez. No me gusta decirles se lo dije, pero se lo he estado diciendo, sin importarme la lluvia de insultos. Nada de esto hubiera pasado sin Pedro Sánchez y nada se arreglará si Pedro Sánchez no se va. Mucha gente se acaba de caer del caballo ahora ante el escandaloso espectáculo de la corrupción más vulgar y más rastrera. Ferraz Vice. No hacía falta sorprenderse. Sánchez y su círculo habían traicionado hace mucho sus propias promesas y palabras, su contrato con los electores, los principios de la socialdemocracia y habían faltado a la verdad sin escrúpulos. Mejor lejos, así me entenderán. De quien tiene esa forma de estar en el mundo poco hace falta para sospechar que la moral y la ética no son su fuerte. Aquí es donde calza el sarcasmo de De Quincey, ya saben: se empieza por asesinar y se acaba no saludando en la escalera. Una descripción muy acertada de lo que hemos ido viendo. Sánchez es el hombre sin palabra y sin principios que eligió, nombró y no controló -como poco- a unos individuos rudos y bestiales, cínicos y mentirosos, corruptos y arribistas que si se descuidan van a hacer saltar por los aires al señero e imprescindible Partido Socialista. Es el dueño de la charca de los que han salido los sapos gordos y saldrán más ranas y por delante lleva a Esperanza Aguirre, que al menos dimitió tres veces. O conoce la trama o es de una ineficacia que lo inhabilita para gobernar. Culpa in eligendo e in vigilando, una condena política sin remisión. No puede intentar sostenerse a costa de su partido. España necesita un partido socialdemócrata fuerte porque, olvídense, es imposible que el relevo lo asuma la izquierda más radical: nunca gobernaría, eso es no conocer a este país y sus votantes. El perdón en política pasa por la dimisión, el propio Sánchez se lo dijo así a Rajoy. La performance del jueves fue patética y no sólo porque a la maquilladora se le hubiera ido la mano en el contouring. Esa petición de perdón tan parecida a la del Borbón y por ende tan poco creíble. De facto nada de lo que se dijo se ha cumplido a estas horas. Dijo el presidente que le había ordenado a Santos Cerdán que dejara todos sus cargos y su acta de diputado y, a estas horas, sigue siendo diputado y se ha personado en la causa del Tribunal Supremo defendido por Gonzalo Martínez-Fresneda y con Virginia Aragón como procuradora. Ambos bien identificados con el PSOE: lo representan en la Causa Hidrocarburos y a Sánchez Acera en la causa por la filtración del fiscal general. Fue letrado también de Pepiño Blanco y de Baltasar Garzón. El abogado además no ha visto incompatibilidad de representación, lo que augura que Santos Cerdán no se va a mover de la disciplina del partido ni de sus intereses de defensa. Esa personación se produjo doce horas después de la comparecencia, noche por medio. Muy bien engrasado. Tampoco se le ha abierto siquiera un expediente para expulsarlo del partido. Todo en diferido y en forma de contrato de lealtad. La situación es insostenible. Vendrán más informes de la UCO, al menos dos más. Koldo tiene un reservorio de pruebas a buen recaudo, según ha contado. El que con macarras se acuesta... y el guardaespaldas, como Aldama, ya ha roto la baraja. La investigación se extenderá hacia una presunta financiación irregular del PSOE. Sería la primera vez que en un esquema de cúpulas trincantes no aparece este elemento (Filesa, Gürtel, Púnica, Bárcenas). Está la cuestión del petróleo, llamado en plan fino hidrocarburo, y hay que estar atento a esa pantalla porque dará sorpresas. Las acusaciones están a la espera, ahora sí existe la responsabilidad penal de los partidos como personas jurídicas, de eso se salvó Rajoy, y una imputación del propio PSOE sería letal. El PSOE no es únicamente patrimonio de sus militantes, sino que tiene una responsabilidad con la democracia española y con todos sus votantes pasados, presentes y futuros. Esto, pierdan toda esperanza, no lo levanta ni un búnker ni un manual ni la mera voluntad de una personalidad autorreferencial. O Pedro Sánchez se va o fuerza al PSOE a un contorsionismo que puede destruirlo, y Pedro Sánchez no es ni el socialismo ni el mesías del progresismo. En ese espacio, afortunadamente, hay mucha gente que podría gobernar y acabar la legislatura sin dejar el espacio como un páramo y con la cabeza alta. No va a tener esa grandeza, sobre todo porque no la ha tenido hasta ahora. Una dimisión y una propuesta de investidura de otro candidato socialista ajeno a este núcleo salpicado por la ignominia podría terminar la legislatura, limpiar la casa y llegar a las elecciones en circunstancias más aceptables. La moción de confianza está descartada porque no pasaría el tamiz del propio Podemos. Convocar elecciones es una forma de ruleta rusa que no parece convencer en estas circunstancias, a pesar de la animadora jefe del CIS. Quedarse es una opción que sólo le beneficia a él mismo, al menos eso cree, siendo falso también. La agonía no deja buena cara. Morir frente a las cámaras es un horror. Algunos de los socios se frotan las manos pensando que del toro herido con el rejón aún sangrante se puede sacar mucho más partido. Deberían pensar también en su compromiso de honradez y de limpieza, los coágulos salpican. Seguir en un gobierno a la deriva con el que no compartes ni políticas ni corrupción se llama aferrarse al sillón, por mucho que lo adornes. El problema actual del socialismo es Pedro Sánchez. No verlo es estar ciego.
eldiario
hace alrededor de 12 horas
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