La bajeza moral de PP y Vox

Negar el aplauso a las víctimas que comparecieron en el Congreso para defender la memoria de las víctimas de la dana y reclamar justicia es de una mezquindad difícil de superar Feijóo y Abascal hablan por teléfono pero evitan abordar nombres para sustituir a Mazón Es difícil no emocionarse cada vez que un familiar de un fallecido en la dana relata cómo fueron esas horas. Imaginar la soledad y el miedo que pasaron, el no poder hacer nada, en muchos casos ni despedirte. Cuando sus esposas, maridos, padres, madres, hijos… lo describen es imposible no empatizar con ellos. Imposible a no ser que seas un diputado o diputada de PP o Vox, tanto monta, de la comisión parlamentaria que este martes por fin escuchó sus testimonios. Esos diputados negaron el aplauso a las víctimas. Un gesto que debería perseguirles toda su vida política porque es difícil comportarse de manera más mezquina. Porque sí, las representantes de las víctimas pidieron que Mazón sea juzgado y vaya a la cárcel. Es humano y comprensible que lo reclamen, no solo por lo que hizo el ahora president en funciones (más bien lo que no hizo) ese 29 de octubre, sino por cómo se ha comportado después. También con las víctimas, a las que ha ninguneado durante más de un año. Él y los suyos. “El 14 de marzo estuve en la calle Génova y quise facilitarle el teléfono al señor Feijóo, pero no se ha puesto en contacto conmigo. Me gustaría que cualquier partido político, sea del espectro que sea, porque en la asociación hay víctimas de todas las sensibilidades, se pusiera en contacto con nosotros. Han contactado periodistas de todo el mundo, no creo que sea tan difícil conseguir nuestro teléfono”, explicó la Presidenta de la Asociación de víctimas de la dana, Rosa María Álvarez, en el Congreso. El padre de Rosa María murió en su casa de Catarroja mucho antes de que se enviase el mensaje de alerta a los móviles. Desde que esta mujer empezó a aparecer en los medios y a denunciar la negligencia que provocó 229 víctimas mortales se ha convertido en blanco de los ataques y bulos en redes. Desde cuentas anónimas pero también desde otras identificables. Uno de los últimos procede del gerente provincial del PP en Valencia, Sergio Alonso, quien en X ha escrito el siguiente mensaje: “Ay, Rosa, qué poco queda para verte con sueldo del PSOE. Qué engañados tienes a muchos... pero no a todos”. No es una táctica nueva. El PP hizo lo mismo con Pilar Manjón y la Asociación 11M Afectados del Terrorismo. También ella les dijo a la cara la verdad que no querían escuchar. “Ojalá alguna noche, aunque sea en sueños, ese blindaje al horror ceda y sean conscientes ustedes y quienes a ustedes les mandan por un solo instante del sufrimiento que pudieron provocar con sus decisiones o que no lograron evitar”, afirmó el día que, como Rosa María, los tuvo delante también en el Congreso. Feijóo no es Aznar, pero tampoco ha estado a la altura. Ha defendido durante un año a Mazón, mintió cuando dijo que este le había mantenido informado durante el día de la dana y ahora está atrapado en la telaraña que el PP valenciano y Vox han ido tejiendo todos estos meses. Cuando Feijóo presentó a su primer equipo de dirección subrayó en el discurso que no pensaba actuar de manera servil frente a Pedro Sánchez. La frase literal fue esta: “El Gobierno quiere de mí una marioneta, pero no lo soy, ni lo somos”. Desde luego, nadie podrá reprocharle que haya sido dócil con el PSOE. Pero en lo que se equivocó fue en pensar que no sería una marioneta. Para desgracia no solo de su partido, Feijóo ha acabado siendo un títere en manos de Vox, que es quien condiciona la estrategia del PP hasta el punto de que si hay nuevo presidente en la Comunitat Valenciana será quien quiera Abascal. En condicional, puesto que también puede llegar a la conclusión de que, con unas encuestas más que favorables, lo que le conviene es forzar un adelanto electoral. De hecho, sería la salida más honrosa para todos, si es que a estas alturas queda alguna.

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