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Milei no habría ganado las elecciones sin el rescate de Trump

Milei no habría ganado las elecciones sin el rescate de Trump
Trump sella con Milei en la Casa Blanca un rescate de 20.000 millones a dos semanas de las elecciones legislativas en Argentina Javier Milei obtuvo una victoria contundente en las elecciones legislativas de Argentina del pasado domingo 26 de octubre, superando en 9 puntos a la candidatura peronista. Esto contrasta fuertemente con los resultados de las elecciones provinciales de Buenos Aires de hace apenas un mes y medio, cuando fue precisamente el peronismo el que superó a la candidatura de Milei por más de 14 puntos. ¿Qué es lo que cambió de una elección a la otra para que los resultados fueran tan dispares? En primer lugar, es importante tener en cuenta que los códigos y la lógica de votación es muy diferente en las dos convocatorias electorales. Por ejemplo, en las elecciones provinciales juegan un papel fundamental los intendentes (alcaldes), muchos de los cuales son peronistas, quienes se esforzaron mucho en la contienda electoral para retener sus municipios y ayudar a sus gobernadores gracias a su maquinaria territorial, mientras que esos incentivos no se dieron en la convocatoria nacional. Esta diferencia podría explicar que las elecciones provinciales de septiembre fueran una anomalía puntual dentro de un escenario de importante apoyo (aunque rápidamente decreciente) a la formación liderada por Milei. En segundo lugar, el mismo hecho de que el peronismo obtuviera una victoria holgada en septiembre probablemente despertó los miedos de los antiperonistas, quienes hasta entonces habían creído que dicho movimiento estaba herido de gravedad, movilizándose entonces en octubre para votar en masa a la alternativa, representada por Milei. En tercer lugar, entre una elección y otra, la economía argentina tuvo que ser rescatada por Estados Unidos de la mano del mismo Donald Trump, quien aseguró que cancelaría su apoyo financiero multimillonario (20.000 millones de dólares en un swap y 1.800 millones en compras de pesos argentinos) “si Milei perdía las elecciones”. Esto, que supone una injerencia electoral en toda regla, pudo llevar a mucha gente a votar a Milei simplemente pensando en la marcha de la economía del país y no tanto en la simpatía que le pudiera generar. Sea como fuere, lo que sí está más que claro es que la gente no votó a Milei por la buena marcha de la economía, porque justamente está herida de gravedad: Argentina lleva en recesión todo el año 2025 y el indicador principal de actividad económica volvió a caer intensamente justo el mes anterior a las últimas elecciones; los tipos de interés se dispararon en septiembre y octubre hasta llegar a superar el 30% en términos reales, borrando de un plumazo el crédito bancario; más de 18.000 empresas han echado el cierre y más de 230.000 trabajadores han perdido su puesto de trabajo desde que Milei llegó al gobierno; los ingresos reales de los trabajadores y pensionistas se han desplomado un 15% y un 10%, respectivamente (con la única excepción de los asalariados del sector privado registrado, bien protegidos por unos sindicatos que Milei amenaza con debilitar); el pluriempleo, necesario para llegar a fin de mes, está registrando récords; el ahorro de las familias está en mínimos históricos; el consumo en supermercados y en tiendas es un 18% inferior a la época pre-Milei; las prestaciones sociales han sido recortadas en un 18,6%... El único aspecto positivo del que puede sacar pecho Milei -y que muchos argentinos valoran- es que su moneda nacional se mantiene fuerte, lo que no solo permite mantener más controlada la inflación, sino también que el 24% de los argentinos más ricos del país (los únicos con capacidad de ahorro regular) puedan comprar productos del extranjero a precios mucho más competitivos y viajar a otros países sin gastarse tanto dinero. Estos argentinos ricos, a quienes los recortes de Milei apenas afectan, están encantados con disponer de un peso fuerte, con mayor libertad para realizar inversiones financieras tras la apertura parcial del cepo, y con tipos de interés estratosféricos que solo multiplican su patrimonio financiero. Por otro lado, hay argentinos no tan ricos que también están contentos con tener menos inflación que antes, incluso aunque ahora tengan menos capacidad económica, porque prefieren ser algo más pobres pero no tener que preocuparse tanto por los precios a ser menos pobres pero estar mirando cada semana la evolución de los mismos. Los dos perfiles pueden perfectamente conformar la mayor parte de ese 27% del electorado que se ha decantado por Milei. No es un gran porcentaje, pero ha sido suficiente para alcanzar la victoria en un país sumido por el desencanto político y el antiperonismo. Ahora bien, ¿cómo ha conseguido Milei mantener durante casi dos años un peso argentino tan fuerte? Dilapidando desesperadamente todos los dólares que obtenía la economía argentina sin ningún tipo de miramiento, e incluso dilapidando dólares que no eran suyos y que tomaba prestados. Frente a una actitud conservadora, propia de otros países latinoamericanos como Brasil, México o Colombia y caracterizada por acumular dólares para afrontar los imprevistos del futuro, el gobierno de Milei decidió utilizar hasta el último dólar de sus reservas para mantener el peso fuerte y llegar en buena posición a las elecciones de octubre. Esta estrategia no solo era muy arriesgada y peligrosa, puesto que es “pan para hoy y hambre para mañana”, sino que también era imposible de realizar sin contar con los dos rescates multimillonarios del Fondo Monetario Internacional y de Estados Unidos, que suman más de 40.000 millones de dólares entre los dos, así como con un blanqueo de capitales histórico y una supresión de las retenciones al campo que le permitió adelantar los dólares de la cosecha (que son medidas extraordinarias y de un solo uso). Es decir, Milei pudo llegar a las elecciones presentándose el garante de una cierta estabilidad macroeconómica solo porque hipotecó salvajemente al país, secándolo de dólares y recurriendo a deudas externas y extraordinarias. Especialmente importante fue el rescate de Trump durante todo el mes de octubre, pues estamos hablando de que el Estado más poderoso del mundo ha estado tirando a la basura más de 1.8000 millones de dólares con tal de mantener artificialmente apreciado el peso argentino. Sin esa cuantiosa ayuda, el régimen cambiario de Milei habría saltado por los aires unas semanas antes de los comicios, y el ruido financiero y político se habría traducido sin duda en un mucho peor resultado electoral. En resumen, Milei priorizó su objetivo electoral a cualquier otra cuestión económica y, aunque le ha salido bien la muy arriesgada jugada -solo posible gracias a la inusual ayuda de Estados Unidos-, el peaje es terrible: Argentina está sumida en la recesión, con la industria destruida, con la población empobrecida, sin ningún dólar propio en las reservas y, encima, debiendo miles de ellos a Estados Unidos y a otros organismos internacionales.  Mientras los liberales celebran victorias, la Argentina paga con su futuro.
eldiario
hace alrededor de 21 horas
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