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Descubren el 'dragón espada', un raro reptil del Jurásico, en la costa de Inglaterra

Investigadores de la Universidad de Manchester han descubierto en la costa de Dorset, sur de Inglaterra, el esqueleto casi completo de una nueva y rara especie de ictiosaurio, un tipo de reptil marino prehistórico que gobernó los océanos antiguos. El ejemplar, del tamaño de un delfín, vivió hace 193–184 millones de años y ha sido bautizado como Dragón espada de Dorset ( Xiphodracon goldencapensis ) por su largo hocico en forma de espada. Murió atacado por otro depredador, probablemente otro ictiosaurio más grande.   Desde que la paleontóloga pionera Mary Anning descubriera en Dorset el primer esqueleto completo de un ictiosaurio cuando solo tenía unos 12 años, en la cosa jurásica de Reino Unido se han encontrado miles de fósiles de ictiosaurios. Sin embargo, Xiphodracon es el primer género descrito de un ictiosaurio del Jurásico Temprano en la región en más de 100 años. Descubierto cerca de Golden Cap en 2001 por el coleccionista de fósiles de Dorset Chris Moore, el fósil se conserva casi en perfectas condiciones en tres dimensiones. El esqueleto incluye un cráneo con una enorme cuenca ocular y un largo hocico en forma de espada. Los científicos afirman que el animal medía unos tres metros de largo y se alimentaba de peces y calamares. Los restos incluso muestran lo que podrían ser rastros de su última comida. El hallazgo ha sido descrito por un trío de paleontólogos internacionales, liderados por el experto en ictiosaurios Dean Lomax, investigador de la Universidad de Manchester, en la revista 'Papers in Palaeontology'. «Recuerdo haber visto el esqueleto por primera vez en 2016. En aquel entonces, sabía que era inusual«, dice Lomax. En conjunto, el trío ha identificado varias características en Xiphodracon que nunca se habían observado en ningún ictiosaurio. La más peculiar es un hueso extraño y único alrededor de la fosa nasal (llamado lagrimal) que presenta estructuras óseas con forma de púas. «¡Uno de los aspectos más interesantes de identificar una nueva especie es que puedes ponerle nombre! Optamos por Xiphodracon por su largo hocico en forma de espada (xipho, del griego xiphos, que significa espada) y dracon (dragón en griego y latín) en referencia a los ictiosaurios, a los que se les llamó 'dragones marinos' durante más de 200 años», señala Lomax. La época en la que vivió la criatura, el Pliensbachiano, es crucial para los ictiosaurios, ya que varias familias se extinguieron y surgieron otras nuevas. «Xiphodracon es algo que podríamos llamar una 'pieza faltante del rompecabezas de los ictiosaurios'. Está más estrechamente relacionado con especies de finales del Jurásico Temprano y su descubrimiento ayuda a determinar con precisión cuándo se produjo la renovación faunística, mucho antes de lo esperado», explica el científico. Después de su descubrimiento en 2001, el esqueleto fue adquirido por el Museo Real de Ontario, Canadá, donde pasó a formar parte de su extensa colección de ictiosaurios, pero permaneció sin estudiar. Los ictiosaurios del Pliensbachiano son increíblemente raros y hacen de Xiphodracon una pieza vital para los científicos que estudian el momento crítico pero poco comprendido en la evolución de los ictiosaurios. «Se conocen miles de esqueletos de ictiosaurios completos o casi completos de estratos anteriores y posteriores al Pliensbachiano. Ambas faunas son bastante distintas, sin especies en común, a pesar de que la ecología general es similar. Claramente, se produjo un cambio importante en la diversidad de especies en algún momento del Pliensbachiano. Xiphodracon ayuda a determinar cuándo ocurrió el cambio, pero aún desconocemos el motivo», dice la experta en ictiosaurios y coautora Judy Massare, de la Universidad Estatal de Nueva York en Brockport, EE. UU., afirmó. Para Erin Maxwell, coautora y experta en ictiosaurios del Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart, «este esqueleto proporciona información crucial para comprender la evolución de los ictiosaurios, además de contribuir a nuestra comprensión de cómo debió de ser la vida en los mares jurásicos de Gran Bretaña. Los huesos de las extremidades y los dientes presentan deformaciones que apuntan a lesiones o enfermedades graves en vida, y el cráneo parece haber sido mordido por un gran depredador —probablemente otra especie de ictiosaurio mucho más grande—, lo que nos indica la causa de la muerte de este individuo. La vida en los océanos mesozoicos era una perspectiva peligrosa».
abc.es
hace alrededor de 4 horas
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