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El PP necesita mucho más que un reseteo

El PP necesita mucho más que un reseteo
Cuando Feijóo pide “un gobierno decente”, ¿a quién se refiere? ¿A uno presidido por el amigo íntimo de un narcotraficante o por la desalmada que dejó morir sin asistencia médica a 7291 ancianos enfermos? ¿Con un ministro que trabaje en las horas libres que le dejen sus reclusiones secretas en el Restaurante Aparthotel 'El Ventorro'? Cuando Alberto Núñez Feijóo pide tener “un gobierno decente”, ¿a quién se refiere? ¿A uno presidido por el amigo íntimo de un narcotraficante o por la desalmada que dejó morir sin asistencia médica a 7291 ancianos enfermos? ¿Con un ministro que trabaje en las horas libres que le deje sus reclusiones secretas en el Restaurante Aparthotel 'El Ventorro'? ¿Con varios imputados por recalificaciones dudosas o trapicheos varios siempre con dinero de por medio? No sabemos bien qué anda haciendo Alberto Núñez Feijóo, pero más parece que está opositando con encendidos mítines al liderazgo del PP, partido del que ya es presidente en horas bajas, bien es verdad. Ha convocado un Congreso para, según él, “resetear” las ideas del PP “sin límites”. El resto le mira un tanto estupefacto. Sobre todo, cuando se atreve a afirmar que “es mejor” ahora para gobernar España porque está “más preparado, más consciente y más determinado en cumplir su obligación”: “Les pido a los españoles que confíen en mí para ser presidente. Os garantizo que no os defraudaré”, lanza como en una súplica. ¿A quién?, ¿a los votantes que no están convocados a las urnas en este momento o a sus rivales en el partido? Resetear al PP es una buena idea, pero necesita ser muy amplia que limpie grandísimas tropelías ejecutadas por este partido. No lo harán, claro está. Nadie se lo exige, ni sus votantes. Pero la muy necesaria regeneración de la democracia española precisa exactamente eso: que la dirección del PP dé paso a una gestora, si encuentran a alguien no pringado entre ellos, para encauzar lo que desde hace años está muy torcido en su seno. Pasan los días y el PP y sus voceros mediáticos hablan, acusan, se desparraman en críticas y autobombo sin que digan una palabra de un hecho que comenzó con fuerza en el año 2016 y que, sin duda, cambió el rumbo de nuestro país. Lean despacio el magnífico reportaje de Pedro Águeda, aquí en Eldiario.es sobre cómo “La cúpula de la seguridad del Estado recurrió durante el Gobierno del PP a un disparatado montaje que duró seis frenéticos meses y que tenía por objetivo fabricar una supuesta financiación ilegal de Podemos para evitar que el partido alcanzara el poder en las elecciones de 2016”. En esta ocasión fue contra Miguel Urban, contra Pablo Iglesias hubo hasta un burdo sumario –falso– llamado PISA (Pablo Iglesias Sociedad Anónima“) con los sicarios mediáticos habituales que hoy siguen con toda pujanza. Investiga el juez Pedraz ahora, llevamos años, décadas, con noticias de esa sucia policía que el PP de Rajoy se atrevió a llamar ”patriótica“ fabricando mentiras para el Partido Popular. La de recursos que invirtieron y la de dinero que gastaron en el empeño. Se saldó con éxito, las expectativas se fundieron porque la gente decente no gusta de votar a corruptos y así los presentaron, como ahora hacen con Sánchez y su entorno. Lástima que hicieran caso a quienes sí lo eran, los fabricantes de la trama. Algo así no lo puede obviar una democracia que se tenga por tal. Pasan los días como pasaron los años, y el PP y sus oportunos brazos sectoriales ni se inmutan. Tampoco lo hace la sociedad a quien vendieron mercancía podrida que en realidad estaba en el corazón y las manos que la distribuían. ¿Es posible que entre tantos millones no haya quien sienta un poco de náuseas al ver los métodos que su partido y secuaces utilizan? Entonces y ahora, siempre. Porque esto es con ser muy relevante no es un hecho aislado. Es una tónica, una forma de actuar. Todo pudo ser diferente. Pero, como no me canso de decir a quienes piden la luna entre el barro que nos circunda, aquí no se tolera un gobierno progresista sin meterle unas dentelladas que lo crujan vivo. Ahora bien, cuando un partido ejecuta desde La Moncloa, tan a las claras, el cambio de rumbo de un país, lo obligado es resetearlo. Al no haberlo hecho, cada día es más grave su deriva. Aún manda por estos lares la reina de las charcas de Madrid, pobladas de sapos, que hoy reivindica tan campante el tamayazo que la llevó al poder. Los fascistas no creen en la democracia. Aguirre nunca creyó, tiene declaraciones condenando la Revolución Francesa, y desde luego se apuntó a todos los revisionismos que justificaron, también, el golpe de Estado de Franco. ¿Liberal, se dice? En dilapidar lo público exclusivamente. Encima deja en herencia a la que entró en “política” como comunity manager de su perro Pecas, prohijada también por el Señor Oscuro que sigue diciendo impunemente y con éxito “el que pueda hacer que haga”. Ayuso mira a Feijóo y, en la forma en que lo hace, lo dice todo. Esta gente del PP está del lado del genocidio que perpetra Netanyahu sobre los palestinos. Se han posicionado al lado de Israel ante la patraña que organizaron en Eurovisión para ganar influencia. Del Israel que sigue matando niños y adultos a la par que canta y se mofa de la cobardía de la comunidad internacional que no detiene su flagrante limpieza étnica. No les molesta, no se ocultan. Hay una trepa del PP que se está cubriendo de gloria en ese sentido. Vota a Israel sin oír siquiera la canción. Mucha trampa hubo. Es un concurso, lo grave es la orquesta de asesinatos que activó Israel mientras sonaba su canción. Desolador no poder pararlo, depender para ello de una unión de voluntades que no se da con contundencia, mientras la gente más miserable del planeta se hace dueña de la agenda a tratar. Es demasiado ancha ya, sin embargo, la manga del mal menor. Se ha consentido demasiado. De ahí que, llegados a la total desmesura, se estén produciendo algunas reacciones. El Congreso español inicia los trámites de una ley imponer un embargo de armas a Israel presentada en el Congreso español por más de 500 organizaciones. Solo PP y Vox han votado en contra. Canadá, Francia y Reino Unido amenazan incluso con sanciones. Reino Unido dice que rompe el Tratado comercial. La UE anuncia que revisará también el acuerdo comercial con Israel. Revisará. Veremos cómo evoluciona todo esto. Los cómplices siguen a lo suyo, en España, como se ve. En la cruz con la que cargamos en España, todo pudo ser diferente. Dejar que se cumpliera sin interferencias la voluntad popular cuando aún no estaba tan terriblemente mediatizada por ese huracán de mentiras que nos rodea, de odio, de veneno. Aprendan de una vez los simpatizantes de la derecha-ultra-derecha que por cada Aldama hay 20 Mazones, o que la especie de monarquía madrileña que inauguró corruptamente Aguirre es hoy, con Ayuso, un agujero para España. Y que mientras aplauden como idiotas, les están robando asuntos esenciales de su vida. Y ahí sigue Feijóo recitando hasta julio su agónica letanía. Cuando el otro día dijo: “Adiós a las mentiras, adiós a las cesiones, adiós a bloques, a la corrupción, a la incompetencia, adiós al ego y adiós Sánchez”, mucha gente creyó que era un mea culpa propio con propósito de enmienda y no, se trata de una nueva tanda de insultos a Sánchez. Créanme ahora, viene a decir Feijóo después de lo mucho que ha mentido. Y siempre estamos en el punto y seguido. Y seguido.  
eldiario
hace alrededor de 8 horas
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