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¿Es fiable un alto el fuego firmado por terroristas fanáticos?

¿Es fiable un alto el fuego firmado por terroristas fanáticos?
No creo que Hamás sea un interlocutor muy fiable, pero aun menos lo es Israel. Que el garante sea Trump tampoco tranquiliza mucho. Y sin embargo, que la matanza cese y llegue ayuda a Gaza es un alivio para la castigada población palestina Entiendo la euforia de palestinos e israelíes ante el anuncio de un alto el fuego que detenga el genocidio. Cómo no entenderla: los gazatíes llevan dos años de matanza, destrucción y humillación diaria, y los israelíes dos años esperando el retorno de los rehenes y soportando el oprobio de ser un Estado genocida a ojos del planeta. Pero el acuerdo de alto el fuego, lleno de ambigüedad y dificultades, tiene una debilidad importante: lo van a firmar terroristas fanáticos, fundamentalistas religiosos que se guían por mandatos divinos y desean aniquilar a sus adversarios. ¿Es fiable un alto el fuego firmado por terroristas fanáticos? ¿Hamás? Sí, claro, Hamás encaja en esa descripción. Pero también Israel. Aunque la narrativa oficial hable de una tregua firmada entre un gobierno (de un país democrático, añaden los proisraelíes) y un grupo terrorista, en realidad a ambos lados de la mesa hay terroristas fanáticos, fundamentalistas religiosos que se guían por mandatos divinos y desean aniquilar a sus adversarios. Y si tenemos en cuenta el tamaño y duración de sus crímenes, diría que Israel supera a Hamás en fanatismo y terrorismo. Yo creo que lo de “el único Estado democrático de Oriente Medio” lo podemos guardar en el cajón de una vez. Ya antes del genocidio de Gaza, había dado Israel muestras sobradas de ser solo formalmente una democracia y solo de puertas adentro (tan democrático como la Sudáfrica del apartheid), pero su actual deriva criminal hace que lo de “la única democracia de la región” suene a chiste.  No creo que Hamás sea un interlocutor muy fiable, pero aun menos lo es Israel. Los precedentes lo demuestran: el pasado enero firmaron un alto el fuego, primer paso para un acuerdo de paz, que fue recibido con los mismos parabienes por los gobiernos europeos, saludado con esperanza por toda la prensa, y vimos las mismas escenas de alivio y celebración entre los escombros de Gaza y entre las familias de los rehenes. Ya sabemos cómo acabó aquella “paz”: Israel incumplió desde el primer día, siguió asesinando, se negó a retirar tropas, forzó una ampliación de la primera fase del acuerdo después de que Hamás cumpliese su parte, y acabó rompiendo la tregua de forma unilateral con más de 400 muertos en un solo día, para reanudar sus ataques con más furia, hasta hoy. El actual acuerdo no parece mucho más sólido que aquel, con muchas dudas en su contenido y acusaciones cruzadas de incumplimiento antes incluso de firmarlo. Que el garante sea Trump tampoco tranquiliza mucho; es un árbitro de parte. Y sin embargo, que la matanza cese y llegue ayuda a Gaza es un alivio para la castigada población palestina. Cada día en vigor serán cientos de vidas salvadas. Así que mantengamos la presión sobre nuestros gobiernos para que no desanden los pocos pasos que han dado en los últimos meses, y que sin la movilización ciudadana nunca habrían dado. El genocidio sigue.

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