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Gaza entre políticos

Por si el panorama político no estuviera ya suficientemente revuelto, el PSOE y el PP se enredan en un debate semántico sobre si los actos bárbaros de Israel en Gaza constituyen un genocidio o una masacre. La discusión es más un ejercicio retórico que un análisis de los hechos, pero revela cómo la política interna se mezcla con la diplomacia internacional. Sospecho que ambos partidos buscan posicionarse ante una posible intervención del Tribunal Penal Internacional, tratando de evitar complicaciones legales. Este miércoles, ambos bandos, Israel y Gaza, aceptaron los primeros puntos del plan de Gaza propuesto por Trump, un acuerdo que incluye la liberación de rehenes y algunas medidas de desescalada. Aunque supone un avance, queda por ver si realmente logrará frenar la violencia y proteger a los civiles. Sea como se termine calificando la actuación de Israel en Gaza, no puede considerarse una guerra en sentido estricto, porque no hay dos ejércitos enfrentados. Más bien parece una operación policial brutal que vulnera los derechos humanos más elementales. Ni Hamás es el pueblo palestino, ni el pueblo palestino es Hamás: el primero ha convertido a los ciudadanos en su escudo, arrastrándolos a una tragedia humanitaria. Desde un punto de vista interno, la cuestión para Pedro Sánchez no parece tener otro objetivo que congraciarse con sus socios de gobierno, mientras trata de tender una trampa a los partidos de la derecha. Ha sido el presidente de Andalucía quien se ha sacudido el cepo y ha aceptado sin ambages el término genocidio, que es lo que parece. Sorprende que Sánchez dejara abandonado al pueblo saharaui, acogido a la caridad de Argelia en un desierto inhóspito desde hace cincuenta años, movido por su interés personal. Rafael Caro Ruiz. Córdoba

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