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Palestina libre

Palestina libre
Fue el pueblo judío víctima del exterminio el que nos enseñó el horror de la deshumanización del otro, el peligro del patriotismo emocional, la perversión del lenguaje como arma criminal, el falso dilema de ellos o nosotros. Por lo que aprendimos de entonces podemos y debemos hoy clamar por una Palestina libre y en paz Fue un judío, Rafael Lemkin, el que inventó el término genocidio. Jurista nacido en Polonia, se doctoró en Derecho Penal en la hoy ciudad ucraniana de Lviv. En 1944 publicó un libro, El Gobierno del Eje en la Europa ocupada, cuyo capítulo IX se titulaba ‘Genocidio’. Una nueva palabra para un crimen no tan nuevo que alcanzó pleno sentido con el sufrimiento inhumano y la muerte de millones de judíos a manos de los nazis. Pero Lemkin no solo estaba pensando en los judíos. Muchos años antes había intentado que se implantaran nuevas figuras delictivas internacionales para combatir la “barbarie” y el “vandalismo” entre los pueblos y las culturas. Como ejemplo hablaba de los judíos pero también de los polacos cristianos y de los gitanos. El Holocausto impulsó la consolidación del término inventado por Lemkin, una combinación de la palabra griego genos (clan o tribu) y la terminación latina cidium (el acto de matar). Junto a otro judío, el británico Hersch Lauterpacht, Lemkin sentó las bases del Derecho Penal Internacional que hoy sigue vigente: ambos crearon dos nuevos tipos penales, los delitos de genocidio y crímenes contra la humanidad, no solo para proteger a los judíos, sino a cualquier grupo humano al que otro grupo o país quisiera exterminar. El Holocausto no deja de ser un faro que ilumina otros genocidios cometidos antes o después, con independencia de la identidad de las víctimas o los verdugos. Lemkin puso nombre a algo que sucedió y sucede, y nos sirve para reconocer los mimbres con los que está hecho el horror.  Lauterpacht, también jurista formado en Lviv, coincidía en gran parte con Lemkin y fue el impulsor del delito de crímenes contra la humanidad pero tenía algunas reservas, basadas sobre todo en el peligro de sustituir a los individuos por grupos, exacerbar las distintas identidades y reforzar sentimientos victimistas o de odio entre miembros de distintas tribus humanas. En las mentes brillantes de estos dos juristas judíos estaban ya todos problemas y matices que embarran el debate en el que estamos inmersos, y que impide ver el rostro individual de cada vida segada hoy en Palestina, retuerce el concepto de antisemitismo y pone al mismo nivel defender una Palestina libre y quemar una sinagoga. La palabra genocidio tiene cabida en el derecho internacional porque cualquier grupo humano puede ser víctima, no solo los judíos, y cualquier grupo puede ser agresor, también el estado de Israel. El horror del Holocausto creó una conciencia universal que trasciende a Israel como estado y, por supuesto, al gobierno de Benjamin Netanyahu. Todo aquel que es perseguido, negado y asesinado por pertenecer a un grupo debería encontrar consuelo en el pueblo judío, y ejemplo en su capacidad de resistencia y su amor por el conocimiento y la verdad. Cada acto criminal del gobierno israelí en Gaza y Cisjordania es una negación de ese consuelo y ese ejemplo.  ¿Somos antisemitas los que denunciamos y nos horrorizamos con los crímenes de Israel en Gaza? ¿Los que defendemos los dos estados, algo que ya es un proyecto utópico? El antisemitismo ha sido históricamente un fenómeno europeo, cristiano, nacionalista y conservador. Que las derechas y ultraderechas, históricamente antisemitas, esas que en España canonizarían a Isabel la Católica, apoyen hoy los crímenes de Israel en Gaza supone en realidad una traición al judaísmo universal, que ha impulsado el conocimiento y el progreso para toda la Humanidad. Fue el pueblo judío víctima del exterminio el que nos enseñó el horror de la deshumanización del otro, el peligro del patriotismo emocional, la perversión del lenguaje como arma criminal, el falso dilema de ellos o nosotros. Por lo que aprendimos de entonces podemos y debemos hoy clamar por una Palestina libre y en paz. 
eldiario
hace alrededor de 12 horas
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